Twenty-Sixth Side

58 9 11
                                    

—Suzz, cariño. Soy todo oídos.

Ya estaban todos instalados, descansando del viaje y preparándose para la pequeña fiesta que darían por la noche antes del gran día por la mañana. Suzzanne había preparado té y se había llevado un momento a Freddie hasta una terraza apartada con un par de divanes.

—Bueno, ya sabes que yo no tengo padres.

Freddie alzó ambas cejas dejando la taza en su mano suspendida en el aire— Ay, Suzz. ¿Te encuentras bien?

—¡Claro! —la chica no pudo evitar reír un poco por el efecto erróneo de sus palabras, acomodada en el asiento frente a Freddie—. Lo que pasa es que no tengo a nadie que me lleve al altar. Mi hermana ya es mi dama de honor, y el caso es —se echó hacia delante en el diván— que iba a pedirte que lo hicieras tú.

El muchacho no parecía molesto con la propuesta, sino más bien desprevenido. Tragó saliva y soltó la taza en su respectivo platito sobre la mesa entre los divanes.

—Ya sé que es un contratiempo y te lo estoy diciendo a última hora, pero...

—No digas tonterías, claro que lo haré. Aunque no tenga ni idea de lo que hay que hacer, yo estoy aquí para ti —dijo con solemnidad, juntando las manos y cruzando las piernas. Suzzanne procuró asentir con la misma gravedad, pero se le escapó una risilla.

—Perdona, te has puesto tan serio diciendo que no sabías qué hay que hacer —se tapó la cara con la mano aún riendo. Freddie se quejó de forma cómica y recogió su té fingiendo que no le hacía gracia.

—Ya me estabas asustando con tanto misterio, creí que me ibas a decir que te habías quedado sin vestido y necesitabas mi ropa más elegante —comentó con una mueca diva. Suzzanne volvió a romper en risa—. ¿Te imaginas qué entrada más triunfal con mi traje blanco, el del sayo plisado?

—A los padres de Collin les daría un ataque, madre mía —Suzzanne regresó la espalda al respaldo sin poder parar de reír.

—Necesitan un poco de emoción, que así les ha salido su hijo —dijo con acritud bromista bebiendo de su taza.

—¡Oye! —la chica se quejó intentando detener su risa—. Que me voy a casar con él, tienes que dejar de decir esas cosas.

—Si me sigo metiendo con Roger y estamos en el mismo grupo, eso es más que estar casados —replicó aireando una mano—. Además. De eso mismo quería hablarte.

—¿De Collin? —Suzzi también dio un tiento a su té.

—¿Por qué demonios te casas? —preguntó de golpe con tono inquisitivo. Llevó una mano a su barbilla—. Nunca me imaginé que justamente tú te casarías. Y menos con un tipo como él.

Suzzanne se quedó callada, con los ojos fijos en el bordado de porcelana de su taza turquesa. Apretó un puño apoyado contra su rodilla, y al fin alzó la vista frunciendo el ceño.

—¿Justamente yo?

—Sí, tú —Freddie no se echaba atrás pese a la dura mirada que Suzzanne le dedicaba—. Siempre dijiste que irías por libre toda tu vida, sin ataduras.

—Pues imagino que he cambiado de opinión —dejó de observarle con rigidez y volvió a beber de su té hasta terminarlo.

—Desde luego que has cambiado —la voz del muchacho se hizo más seca, clavándose en los oídos de Suzzi.

—Sí, he cambiado. He cambiado, Freddie —repitió dejando la taza de nuevo con demasiada fuerza—. ¿Creías que iba a vivir en una caravana escribiendo artículos sobre grupitos de pueblo y volviendo a Londres cada vez que a vosotros se os cantara aparecer?

KEEP YOURSELF ALIVE #3: Both Sides Now ♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora