Sixteenth Side

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Ya eran pasadas de las once de la mañana, pero Suzzanne no había conseguido luchar contra la desgana y empezar el día. En cambio, había colocado Chelsea Girl de Nico en el tocadiscos del salón a todo volumen y había vuelto a la cama, procrastinando de toda responsabilidad. Collin había salido temprano en dirección a Dunmurry para cubrir una entrevista allí, así que nada ni nadie la obligaba a moverse de allí. Se sentía de buen humor, pero tener el día libre le hacía perder las ganas de aprovechar el tiempo en más que aquel relajante descanso.

Era mediados de mayo y la temperatura había subido considerablemente, en especial aquel viernes. Apenas usaba un camisón fino y se tapaba por inercia con una delgada sábana de color crema.

Pese al alto sonido de la música, logró discernir el timbre de la puerta con insistencia. Vaciló entre fingir que no estaba en casa o pretender no haberlo oído, pero decidió ir a abrir. Cuando llegó a la entrada y tiró del pomo de la puerta, se encontró con Evelyne con una pamela y gafas de sol, Mary también con unas gafas de sol tras ella y finalmente Amanda con una boina a continuación de ellas dos.

—¡Suzzi! —exclamó ilusionada Mary, adelantándose para abrazarla—. ¡Hace siglos que no te veo!

—¡Hola, Mary! ¿Todo bien con tu familia? —aún sorprendida, se separó de ella y le apretó el brazo con cariño. La rubia y menuda Mary asintió con una sonrisa. Suzzanne miró a las otras dos muchachas y rió un poco—. ¿Y a qué debo esta repentina visita?

—¡Venimos a secuestrarte! —dijo triunfante Evelyne con un gesto de la mano—. Pero veo tienes un jardín de meditación montado en tu casa —atinó a decir por el disco que sonaba—. ¿Tus vecinos no te odian?

Suzzanne soltó una amplia carcajada, llevándose algunos mechones de pelo detrás de la oreja— Espero que no, pero no les culparía. Cuando tengo el día libre, suelo montar el guateque de sus vidas aquí mismo.

—¡Nos apuntamos al guateque de sus vidas! Tienes alcohol, ¿a que sí? —Evelyne se hizo paso dentro de la casa con una mueca divertida.

Amanda le riñó un poco y se plantó delante de la pelirroja sonriente— En realidad veníamos a buscarte para ir a almorzar juntas.

—Sí, como hace tanto tiempo que no salimos las cuatro —siguió Mary observando con una risilla a Evelyne, que parecía tratar de bajar el volumen del tocadiscos sin éxito alguno y una expresión cómica.

—Veronica quería venir también, pero se ha quedado en Sheffield con sus padres —dijo Evelyne dándose por vencida, acercándose de nuevo con quejas sobre el aparato.

—Me parece estupendo, pero —Suzzanne se fijó en su escasa prenda— me voy a vestir antes.





[...]





—Yo no soy conservadora ni nada por el estilo..., ¿pero vale la pena vivir con Collin? —dijo sin tapujos Evelyne, mientras caminaban por Carnaby Street como si fueran turistas.

—Pero mira que eres bruta a veces, Ev —se quejó Amanda negando con la cabeza. Mary también parecía sorprendida por sus palabras. Suzzanne torció la sonrisa y rió, sin saber exactamente qué contestar.

—Yo qué sé, siento curiosidad. Parece tan formal, que al lado de Suzzanne es lo más soso del mundo —la rubia de la pamela no se cortaba un pelo.

—Tal vez no es así con Suzzi, Evelyne —ayudó un poco Mary, sin esforzarse por no reír levemente.

—Qué va, tenemos mucha confianza. Las primeras impresiones engañan —resolvió finalmente la pelirroja sin saber cómo abordar el tema.

Suzzi se percató de la mirada abstraída de Amanda, sin extrañarse en absoluto. Ya se había dado cuenta desde hacía mucho que Amanda era una chica pensativa, pasando más tiempo en sus reflexiones que en el mundo real. Sin embargo, esta vez parecía pensar en algo que le preocupaba, y Suzzanne se aventuró a pensar que era ella misma aquel asunto. Mientras Evelyne y Mary comentaban sobre dónde podrían ir a comer, Suzzanne se apartó con la morena.

—Dime, Amanda. ¿Cómo te va todo? —soltó de sopetón, desconcertando levemente a la distraída muchacha—. Hace siglos que no hablamos como es debido.

Amanda se pasó la mano por el flequillo de forma inconsciente por debajo del ala de la boina— B-bueno, me va bien.

—Freddie mencionó algo sobre un libro que estabas escribiendo —dijo con cierta injerencia, sonriendo serenamente.

—Ah, pues —Amanda miró a otro lado con una risilla nerviosa— así es. Aunque en realidad no es un libro. Es un... libro para niños.

—¿Para niños? —Suzzanne hizo una mueca curiosa, agradada con la idea.

—Ahora estoy intentando que lo publiquen en alguna editorial..., pero no es sencillo —hizo una expresión divertida.

—Ya me imagino. Mucha suerte con ello. ¡Me hace ilusión leerlo! —dijo simpática Suzzi mostrando la dentadura—. Va a ser estupendo ver tu nombre en las librerías.

—No creo que se vea en muchas librerías, pero sí —se pasó una mano por el brazo con una expresión animada—. ¿Cómo te va a ti en la revista?

—¡Bien! Les gustan mis artículos, y la gente es muy maja allí. Pero no me voy a dar por vencida hasta llegar a la Rolling Stone —dejó escapar una risotada.

—Estoy segura de que lo conseguirás, ¡he leído algunas secciones tuyas y eres muy buena! —dijo Amanda algo más relajada.

—Roger me enseñó números antiguos de la revista en la que estabas en Londres, y estoy de acuerdo —Evelyne se unió a su conversación rápidamente, al igual que Mary.

—Nuestra Suzzi llegará alto, y Amanda también —añadió Austin con seguridad.

—No te olvides de mí, que con la versión teatral de "Oh! What a Lovely War" pienso triunfar de lo lindo en el mundillo, ya lo veréis —Evelyne alzó la cabeza con donaire, sonriendo después.

Siguieron hablando de forma relajada sobre todo tipo de temas, pero Suzzanne se habría quedado con las ganas de preguntarle a Amanda por Freddie sin parar. No se sintió capaz de hacerlo. Y no lo mencionó en otra ocasión durante todo el día, ni siquiera cuando pasaron la noche bebiendo y riendo sin dejarse intimidar por ninguna charla.

KEEP YOURSELF ALIVE #3: Both Sides Now ♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora