KEEP YOURSELF ALIVE #3: Both Sides Now ♕

Fifty-Third Side

Aquello empezaba a ser una locura. Suzzanne estaba sumergida entre la gente viendo el desmadre a su alrededor, sin prestar atención a nada en concreto. Ella había sido la única que no había bebido alcohol, aunque nadie lo hubiera notado, y probablemente por eso no estaba disfrutando tanto de ese desastre de excesos que no podría haber imaginado que tendrían lugar.

Eran casi las tres y cuarto de la madrugada, según marcaban las manecillas de su reloj de muñeca. La pelirroja estaba sentada en el mismo sitio donde había comenzado la velada, Collin también permanecía cerca pasándolo bastante bien, charlando con algunas personas. La muchacha se alegraba por ello, parecía completamente integrado con el ambiente a su más puro estilo. No obstante, también parecía un poco cansado de tanta juerga y desde luego tampoco se había integrado tanto como para estar como el resto de la pandilla, más acostumbrados a ese tipo de situaciones. Suzzanne casi no podía localizarlos a todos entre todo ese tumulto de desconocidos bailando y divirtiéndose, pero no estaban en la mejor condición posible desde hacía horas. Comenzaba a preocuparse. Seguía teniendo una sensación extraña en la boca del estómago, pero lo achacó al sofoco que le causaba estar allí metida como en una olla hirviendo.

Se puso en pie con intención de ver más allá de la gente que había cerca de ella, y conseguir un poco de oxígeno también. Oteó el lugar, parando los ojos vagamente en todo el mundo y en nadie. Logró localizar a John por un lado, a Evelyne por otro, Brian en otra dirección.

Se agachó un poco para acercarse hasta Collin, y llamó su atención dándole un toque en el hombro. Habló alto para que le oyera entre todo el alboroto de voces y música—¡Voy a salir un momento!

—¿Estás bien? —preguntó a la misma altura él—. ¿Voy contigo?

Ella negó con la cabeza y levantó un pulgar. Se giró y trató de pasar entre la multitud, recibiendo algún que otro empujón. En su camino vio a Freddie y Amanda, que también estaban yendo hacia la salida. Ninguno de los dos parecía encontrarse bien.

—¡Suzzi! ¡Estás aquí! —una Evelyne bastante borracha se le acercó, riendo con languidez—. ¡Uh! ¡Qué pasada de fiesta!

—¡Sí! —dijo ella no muy convencida, siendo zarandeada por la rubia.

—¿¡Sabes qué!? —le gritó al oído a mayor volumen de la cuenta sin pretenderlo.

—¿Qué? —preguntó Suzzanne, intentando echar un ojo a su vez hacia Freddie y Amanda, que ya no estaban a la vista y supuso que estarían fuera.

Evelyne se la quedó mirando con una sonrisa ida durante un rato, para acto seguido llevarse una mano a la boca y tener una arcada.

—¿Quieres salir, Evelyne? —Suzzanne la sujetaba por un brazo. La muchacha asintió, sin apartar la mano de su rostro—. Anda, ven conmigo.

Intentó apresurarse hacia la puerta, con éxito pues Evelyne con su predisposición a vomitar causó el pánico entre algunos algo más lúcidos y les dejaron paso.

—Espera un... —dijo costosamente Ev, parándose en la pared junto a la salida, tapándose rápidamente la boca de nuevo y encorvándose.

Suzzanne no dejó de vigilarla, pero se adelantó a abrir la puerta para ayudarla a salir. Se asomó afuera, buscando con la mirada a sus amigos en el exterior. Amanda estaba en mitad de la carretera, con un vómito a sus pies.

—Evelyne, vamos —agarró rápidamente a la muchacha, queriendo salir cuanto antes a ayudar también a la morena.

—Creo que voy a vomitar... —murmuró la rubia. Se detuvo de nuevo con otra arcada justo en el marco de la puerta.

—Yo también —dijo Suzzanne. algo irritada por aquella innecesaria situación.

Evelyne se dejó caer contra la puerta entre arcada y arcada, y Suzzi no era capaz de levantarla.

Entonces, con un oído dentro y otro fuera del local, oyó un sonido que no provenía de la fiesta. Llevó sus ojos, abiertos de par en par, directamente a la carretera.

—No —alcanzó a musitar, llevando esta vez la vista a la muchacha que se debatía entre erguirse y caerse en la calzada. 

Cinco segundos.

—¡AMANDA!

Menos de diez segundos. Jamás podría borrar de su memoria aquel instante.