Fourteenth Side

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De regreso a Reino Unido, Suzzanne tenía mucho en la cabeza. Las canciones de Queen resonaban en su mente sin parar, aún fresco el recuerdo del concierto que dieron en el Avery Fisher Hall. También pensaba en los cambios que había experimentado cada uno de sus amigos desde que no los veía. No había sido tanto tiempo, en realidad, y sin embargo se había perdido muchas cosas. Pero no importó en absoluto, porque aún eran los mismos de siempre.

Collin también parecía haberlo pasado bien, incluso si el ambiente musical no era su fuerte. Había disfrutado del espectáculo y felicitó en varias ocasiones a los cuatro.

—¿Y cómo son? Joder, Suzzi. Cuando eres amiga íntima de unos famosos, se comenta así de pasada —se quejó Sienna mientras tomaban un café en el receso de la jornada en el periódico.

—Es que olvidé que son famosos, los conozco desde hace mucho tiempo —explicó la chica como excusa.

—Ay, perdona. Olvidaste que te codeas con las altas esferas —la morena levantó la taza y enarcó una ceja, haciendo reír a Suzzanne.

—Hola, chicas —saludó Henry amistoso entrando en la sala de descanso. Mientras él se servía un café también, Sienna hizo todas las gesticulaciones posibles por la inquietud de su aparición.

—Buenos días, Henry —Suzzanne hizo una mueca a su amiga a espaldas del muchacho—. Me voy yendo ya. Luego te veo, Sienna.

La muchacha asintió y se quedó a solas con el que creía que era su alma gemela. Suzzanne marchó al encuentro de la salida de la redacción. Hacía dos meses, cuando había viajado a Nueva York, en lugar de tomar unas vacaciones, había abandonado su trabajo. Tenía un nuevo puesto en una revista musical emergente de Liverpool, a la que creía que sería capaz de aportar mucho.

Ya estaban a finales de abril, y el cumpleaños de Collin se aproximaba. Llevaba bastante tiempo pensando en qué podría regalarle, pero sus ideas se esfumaron cuando al llegar a la puerta del edificio de su apartamento, encontró a Collin subiendo maletas y mucho equipaje a su coche.

—¿¡A dónde vas!? —preguntó sin vacilar, alzando ambas cejas con extrañeza.

Collin se giró al oírla, y cuando la vio sonrió de oreja a oreja— ¡Hola!

Se acercó para besarla y seguir con sus quehaceres.

—Podrías decirme por qué estás haciendo eso —dijo inquisidora cruzándose de brazos. Él se detuvo y la miró con diversión.

—Nos vamos a casa —anunció tranquilamente. Al ver la expresión confundida de la chica, rió un poco y siguió—. Nos vamos a nuestra nueva casa.

Suzzanne entendió al fin lo que sucedía, pero no cambió su gesto incluso dejando escapar un grito ahogado de impresión— ¿¡Y ahora qué voy a regalarte por tu cumpleaños!?

Se echaron a reír en mitad de la acera, y después cargaron lo que quedaba de equipaje en el coche para irse rápidamente, como dos niños traviesos escapando de una fechoría.  

KEEP YOURSELF ALIVE #3: Both Sides Now ♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora