¿Sólo yo?

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Estaba despertando de mi fabuloso sueño, era extraño que tuviera buenos sueños cuando voy a la escuela, según mi madre es porque tendré un maravilloso día y puede que sea cierto porque me levanté con suficiente tiempo para hacer todo con calma y sin preocuparme de nada. Fui al baño de mi habitación, era pequeño y se ajustaba a mis necesidades básicas, las paredes estaban forradas con mosaicos de mariposas, la regadera era cuadrada y el agua salía de manera abundante; me desvestí y me coloqué debajo de la regadera, cuando el agua tocó mi piel di un fuerte grito porque salió helada.

—¡Mamá, el agua sale fría! — después de ese grito mi garganta ardió y como no escuché respuesta inmediata tuve que salir, busqué mi toalla y me la coloqué de una forma que no fuera a caerse. Fui a buscar a mi madre para que viera lo del baño, mi sorpresa es que no estaba, ¿cómo podía dejarme sola en esta situación?
Sin más remedio salí a la azotea para verificar que el calentador estaba encendido, era algo grande y bueno estaba descuidada porque no es una zona que frecuentemos mucho. Al ver el calentador apagado me molesté demasiado y quise gritar, pero el frío y dolor de garganta me lo impidió. Encendí el calentador y regresé a mi casa, creo que mi madre se equivocó en cuanto a los sueños.

Después de mi mala suerte con eso regresé para poder bañarme, lo hice rápido porque el tiempo había volado, me tardé aproximadamente unos veinte minutos, me sequé lo más rápido que pude con mi toalla y regresando a mi habitación busqué en mi armario mi bendito uniforme, odiaba eso, busqué mi ropa interior en los primeros cajones de mi cómoda, el uniforme me hacía ver más llenita de lo que estaba, no es que tuviera un cuerpo de modelo, pero lo poco que tenía se veía fin forma, lamentablemente no podía hacer nada contra eso. Bajé a la cocina por dinero y fui a la parada para tomar el transporte escolar.

El camino a la escuela fue corto, la mayoría bajó en forma de estampida y yo preferí esperar al último para que no me empujaran. Caminé en silencio porque llevaba puestos mis audífonos, la escuela era más allá de grande, contaba con pocos salones de clases, pero había demasiados espacios para deportes como natación, que la amo, fútbol, gimnasia y otros que no son de mi interés, era una escuela privada y podía gozar de ciertos lujos, aunque no era necesario que estuviera en una escuela así.

Caminé al primer edificioque es donde se encontraban los segundos años, tenía que subir bastantesescalones, pero ya estaba acostumbrada a eso. Subí las escaleras y caminé alfondo que es donde se encontraba mi salón, algunos de mis compañeros ya se encontraban ahí, cada quien tenía su círculo de amistades, en mi caso no tenía a nadie, convivía poco con mis compañeros, pero con ninguno formé un lazo de amistad.

La primera clase comenzó a las ocho de la mañana, la mayoría estaba apático, yo no rebosaba de alegría, pero ya me había acostumbrado. A primera hora teníamos Biología, era un materia buena, pero el catedrático la hacía demasiado aburrida, lo peor es que debía soportarlo por tres horas seguidas y sin descanso porque usaba el pretexto de que teníamos un descanso de media hora.

El día siguió su curso, demasiadas clases, poco tiempo de descanso y muchas tareas, la ventaja es que saliendo de mis clases podía dedicarme a la natación, no formaba parte del equipo porque según el entrenador me faltaba condición, pero tenía más condición que su equipo. Estuve en la piscina alrededor de dos horas, me relajaba y dejaba tiempo para hacer mis tareas, regresé a mi casa con toda la calma del mundo, el transporte era escaso a las cinco de la tarde, y entre más tarde fuera menos transportes pasaban cerca.

Llegando a mi casa busqué algo para comer, mi madre trabajaba la mayor parte del día, sólo llegaba a verla en la noche o cuando tenía pendientes en casa, lo cual era muy poco común, ella me había dejado preparado de comer, así que sólo tendría que servirme y calentarlo. Mientras hacía eso fui por mi computadora para tener música y no sentirme tan sola como en otras ocasiones, mi madre decía que a veces la música es mejor compañía que otras personas.