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7 años después

Narra Álvaro

Había regresado de mi misión un mes después, pero cuando volví Sarah no estaba, intenté averiguar su paradero y todo me llevaba a dar vueltas en círculos; hasta ahora han pasado siete años que no la veo.

—Santos, voy a salir.

—Está bien, prepararé el carro.

Actualmente me tocaba ser guardaespaldas de Héctor, porque mi amigo había tenido que ocuparse de otro caso; salí para preparar el carro, hice los chequeos de seguridad y esperé a que saliera, una vez que nos pusimos en marcha le pregunté el destino.

—¿Hacia dónde?

—Al aeropuerto, debemos recoger a algunas personas.

—¿Aeropuerto?

—Sí, por favor.

—Perfecto.

Opté por tomar la ruta más rápida, tardamos en trasladarnos aproximadamente unos veinte minutos ya que no había tráfico; busqué un sitio para estacionarme, bajé del auto para verificar los riesgos y una vez que todo estuvo seguro le abrí la puerta a Héctor.

—Gracias Santos.

Asentí y seguimos hasta la entrada del aeropuerto, Héctor se fue a sentar mientras tomaba un café, íbamos a esperar un rato.

—Santos, siéntate, me impacienta verte parado.

—Aquí tengo mejor campo de visión.

—Bueno, como tú decidas.

Vi que una chica se aproximaba corriendo hacia Héctor, tenía todos los rasgos de Sarah, aunque había envarnecido un poco seguía siendo ella, sus ojos grandes, su cabello largo negro azabache, su pequeña estatura, no había duda que había regresado, y con ella mi amigo.

—Hermanita.

—Por fin vuelvo a estar en casa.

—Bueno, casi en casa.

—¿Y cómo has estado?

Yo había sido ignorado por completo, mi amigo me saludó asintiendo con la cabeza ya que no éramos de expresar mucho, después de unos minutos de parloteo decidieron que era momento de marcharse. Tal vez en su casa pueda hablar con ella y saber qué pasó, de momento debo enfocarme en mi trabajo.

—Santos, vamos directo a casa, mi hermana necesita desesperadamente un baño.

—Está bien.

Ni así ella me volteo a ver, es como si yo no existiera para ella, pero en cuanto mencionó que alguien la esperaba frené de golpe.

—¿Va todo bien?

—Sí, sólo un bache.

Seguí manejando sin más problemas, en cuanto llegamos ella como una niña pequeña se volvió a maravillar por su casa, extrañaba todo lo que había aquí.

—Hola mi niña.

¿Mi niña?, ¿qué mierda estaba pasando aquí?, al momento en que Sarah escuchó esa frase corrió a sus brazos y ese imbécil la cargo y le dio de vueltas. Apreté demasiado fuerte mis puños, ella estaba sonriendo como una enamorada.

¿Sólo yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora