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Tardamos muy poco en llegar a su casa, tenía prisa en llegar, subimos rápido, me cargó hasta su habitación, se deshizo de la ropa, la aventó donde creía conveniente, no le importaba nada más que nosotros.

—Eres lo mejor que me ha pasado, Sarah.

Me besaba y todo era tan real, tan personal y mágico, es como si realmente sintiera algo por mí, me afiancé a eso, mientras estábamos en su cama, hicimos el amor, después me abrazó, nos quedamos así un buen rato, sin darme cuenta, empecé a llorar.

—Sarah, ¿qué sucede?, ¿te lastimé?, ¿te hice daño?

No quería decir nada, me cubrí con la sábana, no podía ni verlo a los ojos, me había equivocado tanto con él, mi futuro se había desvanecido por completo.

—Respóndeme, por favor.

—Regresaré con mi familia, es lo más sano.

—¿Por qué?, ¿te hice algo?

—Daniel, no eres tú...

—No salgas con esa frase, por favor, dime la verdad.

—Sólo necesito irme a casa.

—¿Qué te hice? 

Me heriste, me engañaste y lo peor de todo me enamore de una mentira, apreté demasiado fuerte mis labios, hasta que sentí un sabor metálico, las lágrimas no paraban de rodar por mi cara, yo no tenía una razón coherente para decirle, mejor dicho, no tenía el valor para decirle que sabía la verdad.

—Sarah, necesito que me hables, por favor.

—¡Tengo miedo de tu pasado!

Era un golpe bajo lo que había hecho, pero sentí que era mi única salida, tal vez así me dejé en paz y pueda irme a casa, tal vez así sea más fácil arrancarlo de mi corazón.

—¿Mi pasado?, ¿por lo que no he querido contarte?

—Sí, me dijiste que era muy malo, que me harías daño, yo...

—Sarah, jamás los pondría en riesgo, nunca pondría en riesgo a ese bebé, al que te pido que me dejes cuidar y proteger... Yo no quiero lastimarte, te he demostrado que haré hasta lo imposible por cuidarte, te quiero demasiado como para hacer algo que te afecte.

—No puedo darte una responsabilidad así, tú no tienes culpa de mis decisiones, tú no me embarazaste...

—No, pero me haré cargo, lo criaremos juntos, seré el padre que necesita, te lo puedo asegurar, le daré el amor que pueda... Haré mi mejor esfuerzo, te lo prometo Sarah.

—No quiero que dejes a...

—No hay nadie a mi lado, ni tampoco hay nada que me impida estar contigo, sólo dame la oportunidad, por favor.

—¿Quién te hizo las cicatrices?, dime por favor.

—Sarah...

—Daniel, me duele saber que te hicieron daño, y sé que no fue por tu trabajo...

—Fue cuando era niño, viví en casas temporales, nunca conseguí una familia, entre las tantas casas viví violencia y en una que me sentí seguro... —Noté el dolor cuando lo recordó.

—Detente, puedo imaginarlo, no quiero que lo revivas...

—Lamento no poder contarte como tú quisieras...

—No, yo me siento fatal por insistir en que me cuentes algo que te duele demasiado.

—Sarah, no es algo fácil y tampoco es algo que se vaya contando por ahí, perdón por no poder contarte a detalle todo.

¿Sólo yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora