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Regresamos al sitio, bajamos las cosas y Adam se dispuso a instalar la casa de campaña, algunos estaban preparando las bebidas, un poco de comida, y algunas bocinas inalámbricas. Mientras observaba todo eso Christian se acercó a mí, me ofreció un poco de jugo.

—¿Es tu primera vez?

—Sí, nunca salgo de casa, soy más de libros y películas.

—Entonces, será en grande tu primera vez, debes disfrutarla, pocas veces se repite.

—Gracias.

—¿Dormirás en la misma casa que Adam?

—Sí, no trajo otra.

—Si gustas, mi casa es más grande, podemos dormir los tres, para que no te sientas incómoda.

—Será más incómodo con dos chicos.

—Pero estarás más segura, la mayoría terminará ebrio y no sabemos sus intenciones.

—Tampoco las tuyas.

—Eso es desconsiderado, soy hermano de Adam, me sé comportar con las chicas.

—¿Qué edad tienes?

—¿Por qué?

—No te he visto por la escuela, así que hay dos opciones, estudias en otro colegio por tu edad o no estudias.

—Estoy en la universidad, en tercer año para ser más exacto.

—Tienes veintiuno o veinte.

—Veintiuno, tú debes tener unos diecisiete.

—Sí, ahora comprendo porque no te había visto.

Seguimos platicando durante un rato, Christian me hacía sentir bien, era como si mis miedo sociales desaparecieran. Adam estaba molesto, pero no tenía motivos, sólo estaba hablando con su hermano.

Dejé a Christian y caminé hacia la casa de campaña, ya estaba armada y nuestras cosas estaban dentro, le di las gracias a Adam. 

—¿Qué pasa?

—Pensé que no hablabas con medio mundo.

—Sólo he hablado con tu hermano, ¿por qué estás molesto?

—No lo estoy, ve a hablar con él, deben tener muchas cosas para hablar.

—Adam, ¿qué te sucede?, no puedes enojarte porque hable con tu hermano.

—¡Te está ligando y no le pones un alto!

Recibimos algunas miradas, Adam las ignoró, pero yo no podía ser un centro de atención, me molesté y me metí a la casa de campaña, la cerré.

—Cuando dejes de comportarte como un idiota me avisas.

Adam no tardó ni dos segundos en entrar a la casa de campaña, se sentó a mi lado y volvió a disculparse.

—Lo siento Sarah, es que él es un ligón de primera, no quiero que te lastime.

—¿Lastimarme?, ni siquiera salgo con él o algo por el estilo Adam.

—Sarah...

—Nada Adam, no sé qué anda rondando tu mente, pero vine contigo y contigo voy a estar, eres mi novio, ¿no?

Me acerqué a él y lo besé, a principio él se negó, pero después de mi insistencia terminó por besarme también. Nos quedamos acostados platicando, no me sentía incómoda, podíamos dormir juntos sin ningún problema, aunque por la fiesta, dudo que eso suceda.

¿Sólo yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora