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4 meses después

Mi hermano y yo estábamos bastante felices en México, pero yo llevaba tiempo sintiéndome mal, en un principio no quisimos darle importancia porque pensamos que había sido la comida o el cambio de ciudad; sin embargo la situación no mejoraba, mi madre optó por llevarme al médico, y hoy voy camino a recoger mis resultados.

—De seguro es una anemia, de adolescente padecí eso.

—Sí, pero es mejor que estemos seguros.

Llegamos al laboratorio, en cuanto me bajé del coche sentí que un frío recorría mi columna vertebral, eso no auguraba nada bueno, entré rápido para no hacer esperar a mi hermano, el lugar era amplio, demasiado blanco para mi gusto, había unas cuantas sillas para la gente que como yo venía por sus resultados o esperaba para hacerse algún estudio. Después de unos cinco minutos de espera la recepcionista me llamó.

—Buen día señorita, ¿a qué estudio viene el día de hoy?

—No, ayer me llamaron para avisarme que mis estudios de sangre ya estaban listos, vengo por ellos.

—Sólo necesito su identificación y en un momento se los proporciono.

Busqué en mi cartera mi identificación, se la entregué y esperé a que me imprimiera mis resultados, tardó como dos minutos, de inmediato los recibí, me puse a leerlos para poder decirle a mi mamá que era mi anemia; me llevé la sorpresa de que había algo nuevo en mis estudios y es que la CGH estaba elevada, de inmediato me puse a buscarla en internet para saber qué diablos significaba eso.

—Mierda, eso no puede ser cierto.

Me levanté de inmediato para preguntarle a la recepcionista si podía haber un error en los resultados, porque yo no podía tener esa hormona elevada.

—No señorita, todos los estudios los hacemos con estricta calidad, sus resultados no son erróneos.

—¿Puedo ver a algún médico o alguien me puede atender ahorita?

—No, todo es con previa cita.

—Puedo pagar el doble del estudio, pero necesito que me atiendan ahorita.

—Lo siento, pero como puede ver, hay gente que está esperando para ser atendida, no puedo darle prioridad a usted, aunque quiera pagar el doble.

—Bien, gracias.

Tomé mis resultados y salí asustada, los rayos del sol me cegaron parcialmente, mi hermano de inmediato corrió a mi lado, quería saber por qué salí así.

—¿Qué pasa?, ¿te dieron malas noticias?, dime algo por favor.

—¿Podemos ir a un centro comercial?

—Sí, ¿estás bien?

—Lo estaré, pero vamos al centro comercial, por favor.

Fuimos al auto, mientras caminamos guardé mis resultados en mi bolso. Una vez que nos subimos al coche, le di las indicaciones a mi hermano para que se dirigiera al centro comercial, él fue concentrado y atento a lo que le decía, pero también estaba preocupado por los resultados que estaban bien guardados.

—No me tardaré mucho, ¿me esperas en el coche?

—Como prefieras.

Saqué mi cartera del bolso y me fui directo al centro comercial, necesitaba comprar una sola cosa con urgencia. Mientras caminaba estaba pensando en lo que iba a hacer, mi papá iba a pegar el grito en el cielo, mi mamá otro poco y Héctor no tenía ni la menor idea de cómo iba a reaccionar cuando supiera lo que pasaba.

¿Sólo yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora