Capitulo 11

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Erika se ha levantado muy temprano, es sábado, y no es habitual que madrugue, sobretodo sabiendo que esta noche tiene turno de guardia otra vez en el hospital. Ha decidido apuntarse a un gimnasio, lo que su compañera Valerie le ha dicho sigue rondando en su cabeza, y quiere ponerle remedio estando en forma. Para ello se a apuntado al gimnasio E. Madison Avenue, donde además de un sinfín de máquinas de ejercicio de última generación están los mejores instructores para entrenarte y alcanzar tus objetivos. Lo que Erika no sabe es que no es la única que asiste a este gimnasio, y mientras le muestran las instalaciones un rostro familiar aparece frente a ella.

- ¿Erika, que haces aquí?

- ¿Alan, es este el gimnasio al que vienes todos los días?

- ¿Os conocéis? - Pregunta el instructor.

- Si, somos más... o menos amigos. - Dice Erika.

- ¡Estupendo! Esto te motivará a no faltar a ningún entrenamiento. Alan es uno de nuestros mejores clientes, lleva viniendo aquí desde hace nueve años, y él es una clara muestra de que nuestro gimnasio funciona. Os dejo solos. - El instructor se aleja dejando a Erika y Alan solos.

- Valla, - Dice Erika. - ¿Quien me iba a decir a mi que nos encontraríamos en el mismo gimnasio?

- Si, - Dice sonriendo Alan. - la vida es un pañuelo.

- Por cierto, quiero disculparme por lo de anoche, si por mí fuera jamás me habría subido encima tuya, fue Michelle que me insistió para hacerlo.

- No tienes de que disculparte, además, la terapia funcionó muy bien, y pude controlar los síntomas.

- Si, Michelle me contó que avanzasteis bastante.

- Si, el lunes si todo va bien empezaremos con la hipnosis.

- Me alegro mucho por ti. ¿Sabes? Este tiempo que he podido conocerte, a pesar de las ideas descabelladas que Michelle me ha obligado a hacerte, me has parecido un chico muy amable y considerado, de los que ya no quedan, me gustaría que llegásemos a ser buenos amigos.

- A mi también, y espero que después de superar mi fobia podamos pasar más tiempo juntos.

Ese comentario hace que Erika esbocé una pequeña sonrisa.

- Bueno, te dejo seguir entrenando, seguro que nos vamos a ver más a menudo por aquí.

Erika sale del gimnasio con una gran sonrisa en su rostro, no esperaba que Alan estuviese en el mismo gimnasio que ella, pero esto es un buen aliciente para que no falte al entrenamiento. Erika decide mantener en secreto que Alan y ella vallan al mismo gimnasio, últimamente Michelle actúa muy raro, y no sabe que es lo que podría pasar si Michelle se llega a enterar.

En el apartamento Michelle ya se a levantado y desayunado, está llamando a Brian a la base, pero él no coge el teléfono. Ya lleva varios días sin saber nada de su prometido.

Nathan acaba de llegar al apartamento de su exmujer para recoger a su hija pequeña Laura. Nathan conoce muy bien el edificio y la zona, hace apenas dos años vivía en ese apartamento, cuando se divorció de su mujer ella se quedo con el apartamento:

- Bien, ya estás aquí. - Dice Sondra la exmujer de Nathan al abrir la puerta.

- ¡Valla, yo también me alegro de verte!

- Aquí tienes a tu hija, - Dice Sondra cuando lleva a Nathan hasta la cocina.- lleva toda la mañana que no quiere desayunar, dice que le duele la barriga. Yo me tengo que ir, si quiere desayunar que lo haga, si no apañátelas, ahora es asunto tuyo.

- ¡Tan simpática como siempre! Bueno cariño, ¿Así que te duele la barriga?

- Si. - Dice la pequeña de cinco años.

Alan's PhobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora