Capitulo 39

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Mientras Alan acompaña a René a casa de sus padres, Erika va a acompañar a Nathan a la obra de teatro en la que sale Laura. Nathan observa con admiración a su pequeña mientras representan la obra de Caperucita. Su hija es la protagonista, y como su padre no cabe en sí de orgullo viendo a su pequeña. Su exmujer Sondra también ha ido a ver la obra de su hija, acompañada de su último novio que le dobla la edad. Y es que, Sondra desde que se divorció cambia tanto de novio como de camisa. La relación entre Sondra y Nathan es bastante tirante. A pesar de que ya llevan dos años separados no son capaces de estar más de veinte minutos juntos sin discutir, así que, ambos se mantienen alejados durante toda la obra. Nathan también esta preocupado por Michelle:

- ¿Cómo ha pasado la noche Michelle? - Pregunta Nathan a Erika.

-¡Pues imagínate, tiene un disgusto...no ha parado de llorar en toda la noche! Tiene los ojos hinchados de tanto llorar. Alan se ha pasado bastante con ella. No me esperaba esto de él.

- ¡Ey, Alan también está pasándolo mal! ¿Sabes? Es la primera vez que se enamora, Michelle no tenía derecho a mentirle.

- Ya, pero me parece muy exagerada su actitud. - Sigue discutiendo Erika, mientras los miran el resto de padres que están sentados viendo la obra.

- Será mejor que no alcemos la voz, estamos llamando la atención. - Dice susurrando Nathan.

- Tienes razón, además no deberíamos discutir por nuestros amigos.

- Es verdad, si seguimos discutiendo por ellos vamos a acabar mal.

- Te propongo algo, - Dice Erika. - vamos a evitar que la ruptura de Alan y Michelle interfiera en nuestra relación.

- Si, que resuelvan ellos solos sus problemas. - Ambos se besan y sonríen mientras siguen disfrutando de la obra.

Michelle todavía sigue en el apartamento, está un poco mejor que la noche anterior, ha pasado toda la noche sin dormir, pero al menos ha sacado algo en claro de todo lo sucedido. Piensa enmendar todos sus errores, para empezar, cambiará su tesis, y además no piensa renunciar a Alan. Sabe que Alan en estos momentos está muy dolido, pero no se va a dar por vencida. Luchará hasta el final para recuperar al hombre de su vida. Michelle lo tiene clarísimo, nunca antes había querido tanto a un hombre como Alan, y no lo puede perder. Lleva toda la mañana llamando a Alan, pero él no coge el teléfono, y la última vez que lo llamo apagó su móvil.

Después de dejar a René en casa de sus padres instalándose, Alan vuelve a la oficina, llega mentalmente agotado, René es agotadora. Alan quiere echar un vistazo al trabajo pendiente antes de que Nathan vuelva de la obra de su hija. Nathan llega unas horas más tarde, después de finalizar la obra, ha pasado unas horas con ella fotografiandose vestida de caperucita, y en compañía de su chica Erika.

- Hola Alan, - Dice Nathan apoyando su mano en el hombro de Alan. ¿Que tal con mi hermana?

- ¡Ni me hables!

- Ya te avise que era un poquito especial. ¿Ya la dejaste en casa de mis padres?

- Si. Pero me ha dado un viaje ... cuando íbamos en el coche no me ha dejado hablar, ella seguía y seguía hablando. Por cierto dijo que tu coche era muy incómodo.

- ¡Que dices! ¡Pero si es mi preciada joya!

- Nunca antes una persona me había dado tan mala impresión nada más conocerla. ¿Seguro que es tu hermana?

- Lo siento Alan. - Dice Nathan bajando la cabeza.

- No es culpa tuya. ¿Porque te disculpas? Además, ya me habías avisado del carácter de tu hermana.

Alan's PhobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora