Capitulo 45

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René que ha salido a tomar un poco el aire, observa a Alan de lejos como se aleja, es como si huyese de ella.

- ¿Estás avergonzado de algo? - Exclama René mientras lo persigue. - ¿Porque no puedes mirarme?

- ¿A qué te refieres con que no puedo mirarte? - Dice girandose frente a René. Simplemente no quería ver a cierta persona.

- ¿A cierta persona? Esa persona soy yo. Soy la hermana de tu gefe y tu compañera de trabajo después de todo. Además lo más importante es que soy el cerebro de la campaña, deberías estar conmovido de verme.

- Si, si, si. Estoy tan conmovido que estoy por tener un ataque. - Dice con ironía Alan.

De repente René ve de lejos el rostro de una vieja compañera universitaria, una amiga muy pesada que no hacía más que darle la brasa siempre que la veía. Y, parece que su vieja amiga la reconoce enseguida, por que empieza a aproximarse a la zona donde Alan y René se encuentran. René nerviosa comienza a intentar taparse detrás de Alan para que no la vea.

- ¡Estoy condenada, apúrate, escondeme!

- ¿Que le has echo tan vergonzoso a esa chica como para tener que esconderte? - Dice Alan metiéndose detrás de una columna con René. - ¿Acaso es alguna clienta descontenta con una de tus esculturas?

- Era una de mis amigas de la universidad, le prometí una escultura que nunca le hice por qué no tuve tiempo. Estuve durante un año ignorando sus llamadas.

- ¡Simplemente dile la verdad, y dile que estabas ocupada!

La chica sigue acercándose mientras mira a cada lado para ver dónde se encuentra René.

- ¡No puedo, cree que sigo en las Vegas!

- ¡Le mentiste! - Exclama sorprendido Alan.

- ¡No le mentí! ¡Hace tiempo que no hablo con ella!

De repente la chica coge su teléfono y marca el número de René, que lo lleva en su bolso y comienza a sonar.

- ¡Ahhh! - Exclama mientras cuelga el teléfono.

La chica se acerca cada vez más a ellos, cuando Alan sale de la columna exclamando en alto.

- ¡Mentirosa! ¿No sé te ocurrió algo mejor? ¿Que le digo yo ahora a papa? Te prohibió ir a ese concierto. ¿En serio pensaste que no me enteraría si te escapabas? ¡Ven conmigo, nos vamos a casa! - Exclama Alan tapando a René para que no sea vista por la chica que los observa asombrada. - Lo siento por tener que presenciar esto.

- Lo siento. - Dice cambiando la voz René mientras sale tapada con la chaqueta de Alan para que la chica no la reconozca.

- ¡No piensas! - Exclama Alan ya muy metido en su papel de hermano herido.

Erika sale del apartamento en dirección al hospital, aunque está de vacaciones necesita ir para ayudar a Michelle en su plan de recuperar a Alan. Y es que para llevar a cabo su descabellada idea, necesita la ayuda de su compañero Scott Alen. Un celador del hospital obsesionado con las mujeres con un alto nivel de testosterona en el cuerpo. Scott tiene un rostro bastante singular y único, compuesto por unos ojos azules intensos, pero lo que más llama la atención nada más verlo, son sus cejas, a las que el mismo denomina, cejas Vulcano, ya que son parecidas a las cejas  que tenía Spock, el personaje de la película Star Trek. Le gusta llevar el pelo bastante corto, dice que así tarda menos tiempo para peinarse, y le encanta dejarse la barba de tres días sin afeitarse, cree que a las chicas les parece sexy. Si Nathan a simple vista parecía un mujeriego antes de conocer a Erika, Scott lo supera con creces. Todas las doctoras y enfermeras del hospital lo conocen, porque ninguna se a librado de sus constantes piropos e intentos de ligoteos. Erika ha sido una de sus últimas víctimas, tan pronto como se graduó de la universidad y comenzó a trabajar en el hospital ha sido su pesadilla. Siempre que se cruzaba con ella le soltaba cuatro piropos y al minuto le estaba pidiendo salir, y es de los chicos que jamás se dan por vencido, e insisten para conseguir una cita  hasta que las chicas hartas de él terminan ignorándolo, o sus novios le advierten que se aleje de sus chicas.
Erika debe ser bastante clara con Scott desde un principio para que su plan funcione.

Alan's PhobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora