Capitulo 28

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Después de que Erika se llevase a Michelle al apartamento, Alan vuelve a la oficina, y comienza a trabajar en el comercial con todo lo que tiene, y es que está decidido a adelantar el trabajo que falta para que Michelle pueda descansar. 
Por otra parte Erika llega al apartamento con Michelle.

- ¿Has desayunando? ¿Quieres que te prepare algo? - Pregunta Erika.

- No gracias, - Dice mientras se sienta en el sofá. - Alan me preparo el desayuno antes de que vinieras. ¡Estaba buenísimo!

- ¿Quien, el desayuno o el?.¡Jajaja! ¡Era broma! - Dice Erika al ver la cara de sería de su amiga. - La verdad es que Alan se ha comportado como un caballero, me llamo esta noche una veintena de veces contándome cómo estabas, se le oía muy preocupado.

- Si, es un gran chico.

- Si, y creo que le gustas.

- ¡Que dices! ¡Eso es ridículo! - Exclama nerviosa Michelle.

- No es ridículo, he hablado con Nathan, y el piensa lo mismo, nunca antes Alan se ha comportado con una mujer como lo ha hecho contigo.

- Pero eso es por las circunstancias que está viviendo conmigo, solo siente cariño hacia a mí.

- Esperemos que sea solo eso, tú te vas a casar y no estaría bien que se cruzase alguien...

- Por cierto, últimamente pasas mucho tiempo con Nathan, ¿Que tal os va?- Dice Michelle cambiando radicalmente de tema.

- ¡Emm...!pues, nada mal, nos dejamos llevar, sin prisas.

- ¡Que misteriosa! - Exclama Michelle.

- Si, creo que las cosas con el pueden funcionar.

- Me alegro. Entonces añadiré un acompañante a tu invitación para la boda.

- ¡Bueno, ya veremos cómo van las cosas más adelante! De momento, - Dice Erika cogiendo del brazo a Michelle. - te vas a meter en la cama y vas a descansar, hoy no quiero que te muevas de allí. ¿Entendido?

Michelle asiente sonriendo mientras se va a la habitación. Aunque está mejor de su resfriado, se siente un poco débil todavía.
Brian que ya lleva unas cuantas horas entrenando esta nervioso y preocupado. Pensó que lo suyo con Tara estába terminado, pero después de haberse acostado con ella la noche anterior, su cabeza no para de dar vueltas. Por un lado está Michelle, su novia desde hace nueve años, la quiere, y por supuesto que quiere casarse con ella. Pero por otro lado está Tara, con ella es todo pasión, es como un fuego interno en el que se siente tan bien, que jamás quiere que se consuma. Si tan solo hace un año Tara hubiese aceptado casarse con el cuando se lo pidió, las cosas habrían sido muy diferentes. Cuando Brian por fin se armó de valor para pedirle a Tara que se casase con el, no le importaba nada, ni siquiera los años de noviazgo con Michelle, estaba dispuesto a renunciar a todo por un si, de Tara. Pero, cuando ella se rió de el al verlo de rodillas declarándose y le dijo que lo suyo solo era sexual, sintió que todo lo que había arriesgado por estar con ella no merecía la pena. Le costó superarlo, aunque él saber que Tara estaba de misión facilito las cosas. Pensó que ella ya no volvería, que todo se había olvidado. Por eso le pidió matrimonio a Michelle, por qué quería empezar de nuevo con alguien que nunca le había fallado. Pero ahora todo ha vuelto a darse la vuelta, y ni el mismo sabe que es lo correcto.

Nathan sale de su despacho para tomar el café de la media mañana. También aprovechará para llamar a Erika, ayer no pudo verla y como tenía guardia en el hospital tampoco pudo llamarla, y echa de menos oir su voz. Cuando llega a la máquina de cafés, ve a Alan sacando un café de la máquina.

- ¿No sé suponía que hoy te tomarías el día libre?

- Eso fue porque Michelle no se encontraba bien y me iba a quedar para cuidarla, pero como Erika ya se la ha llevado para descansar en su casa, he decidido venir para adelantar trabajo.

Alan's PhobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora