Inmortal | Edward Cullen. |TERMINADA|

12.

Creí en el.

Me despedí de seth y el solo me obcervo con pena, corrió en su forma lobuna entre los arboles y yo entre a mi casa, mi madre no podía saber lo que paso, sería capaz de arrancarle la cabeza para luego quemarlo, así que me limpie las lagrimas y camine a mi habitación, sentía que si hablaba rompería en llanto, mi garganta dolía, mi madre al parecer no estaba ya que no había ruido alguno en la casa, aproveche para encerrarme en mi habitación y caer de rodillas al suelo, todo dolía dentro de mi, siempre sería ella, siempre seria Isabella, me daba coraje por que ella solo deseaba la inmortalidad, haciendole creer a Edward que aún lo amaba, pero ya no había vuelta atrás, amaba a Edward, lo amaba demasiado, pero no iba a aguantar que pasara toda una tarde ignorandome por estar con su ex novia, grite, grite de impotencia y dolor, por que yo creí en el, creí en sus mentiras. Pero limpie mis lágrimas luego de un rato y suspire, no valía la pena llorar por un hombre que no sabía lo que quería, yo me amaba más a mi misma, y no dejaría dejaría esto acabará conmigo.

Pero con Evangeline Hale nadie jugaba, tome mi teléfono y mande la foto a Jacob Black, lobo obcecivamente imprimado, Bella Swan me las pagaría.

Me despoje de mi ropa y me metí a la ducha, bajo el agua me relaje y deje fluir mi mente, al terminar me seque el cuerpo y luego el cabello, me obcerve en el espejo y solte una mueca, me vestí con mi pijama, corrí a mi cama, vi mi teléfono, no tenía mensajes de Edward, suspire y deje el teléfono a un lado.

Mi madre paso a la habitación y me miro, se acerco a mi se acosto a mi lado abrazandome, eso basto para que yo soltara unas lágrimas, ella me consolaba, mi madre ya lo sabía, al parecer Alice lo había visto, así paso un buen rato hasta que me dormí en los brazos de mamá.

Me termine de trenzar el cabello y sonreí satisfecha por el resultado, tome mi bolso y salí de la casa, me iría al instituto con mi madre y Emmett, no por que estuviera triste significaba que dejaría mi educación de lado, Edward no se lo merecía, la verdad ya no merecía nada de mi.

Hoy era un día nublado, pero con aire calido, en pocas palabras el día estaba perfecto, los estudiantes de Forks estaban a la espera de que sonará la campana para dar inicio a las clases y por suerte yo no me había encontrado con Edward, o con Isabella, sentía que si los veía los mataba, y no era algo bueno revelar mi condición frente a tantos humanos.

Entre a la clase del señor Varner y me senté en mi pupitre sacando el cuaderno y lápices, esta clase me tocaba sola por suerte, el profesor comenzó con su clase pero se detuvo al ser interrumpido, yo alce mi vista y mire al chico que se encontraba tímido frente a los demás alumnos.