El día.
La casa era un lío, todos corrían de un lado para otro, y eso me ponía cada vez más nerviosa aún, estaba encerrada en mi habitación y vi pasar a mi en unas horas más, esposo.
- Escuche tus gritos de auxilió mentalmente. - Ambos reímos por lo dicho y el se recostó a mi lado, posicionando su cabeza en mi vientre.
- Estoy demasiado nerviosa, hoy conocere a la mayoría de los amigos de la familia, hoy me casare, y hoy por primera vez los lobos y vampiros estaran conviviendo juntos por primera vez. - Comencé a acariciar su cabello. - No se como saldrá todo eso.
- Bueno, también estarán los brujos que conociste en tu viaje con Alec y sus amigos ángeles guardianes.- Vi que Edward cerró sus ojos disfrutando del tacto de mis dedos en su cabello y sonreí.
- Estoy feliz de poder compartir mi eternidad junto a ti. - El sonrió y me miro a los ojos, levanto su mano y acarició mi rostro.
- Yo igualmente estoy feliz, de hecho lo estoy desde que te conocí. -
Edward, se movió de su lugar quedando acostado y con su fuerza me tomó de las caderas quedando yo encima de el, estaba comoda y gustosa en esa posición, me acerque a su rostro y junté nuestros labios para fundirnos en un tierno beso.
Edward siempre causaría aquello en mi, corazón latiendo rápido, mejillas ardiendo y pensamientos impuros, lo amaba, podía asegurarlo de una y mil maneras posibles, por eso en 5 horas más juntaria mi vida con la de el para siempre, quedando en un pacto sellado.
- ¿Aún sientes deseo por mi sangre?- Me senté derecha, aún encima de el y lo mire.
- Solo a veces, ya no es tanto como una droga. - El me miro y ladeo su cabeza en forma de duda. - ¿Porqué?
- Por nada, era una simple duda. - Le sonreí y volví a besar sus fríos pero también dulces labios.
🩸
Desperté por un leve movimiento que me provocaban y abrí los ojos viendo a Esme, ella me sonrió dulcemente como acostumbraba y yo me senté en la cama, Edward ya no estaba, no me di cuenta cuando me había dormido entre sus brazos, para mi eran comodos.
- Cariño es hora de arreglarte, quedan 2 horas para que llegue el sacerdote y los invitados. - Esme acaricio mi rostro y me paso una bata celeste. - Te deje la tina lista con agua tibia. -
- Gracias Esme, eres muy amable. -
La abracé y ella me correspondió, caminé al baño, el cual se encontraba en la misma habitación y me despoje de mi ropa quedando desnuda, lista para introducirme en la bañera.
Al hacerlo todos mis músculos se relajaron haciendome cerrar los ojos, sentía mucha tensión en el cuerpo y tomarme una baño relajante ayudaría de mucho.
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Inmortal | Edward Cullen. |TERMINADA|
FantasyPara Edward Cullen cada grosería que es dicha por Eva se le hace adorable. 02/07/2019. 03/01/2020. Editada en año 2023. Finalizada un 8 de abril del 2024.