Inmortal | Edward Cullen. |TERMINADA|

24.

The last day.

Los días notablemente habían pasado y mañana se llevaría a cabo la boda, por petición de Alice me habían dicho que me fuera con Alec, el llegaba hoy y pasaríamos la noche con la manada, estaba emocionada ya que Emily preparia panqueques de manjar y mermelada natural, hace tiempo no convivía con los lobos, y para ser honesta, los extrañaba demasiado.

Recibí a Alec con una sonrisa y el corrió a mi para abrazarme, el era un gran amigo, el mejor, cabe destacar.

Un carraspeo nos interrumpió y Alec se alejo de mi gruñiendo, Edward, tomo mi mano y la beso, contuve la risa, la rivalidad entre ellos aún seguía.

- Mañana por la tarde ya seras una señora, ¿tendre que llamarte señora Cullen? - Alec formo un puchero y yo golpeé su musculoso brazo.

- No seas estúpido, que tu eres mil veces más viejo que yo, hasta acá siento el olor de cerebro ya en estado de descomposición. -

Edward solto una risa escandalosa y Alec me dio una mirada de ofendido.

- Deberías irte, escucho a Jasper apostar con papá sobre ti, rayar tu camioneta nueva para ser exactos. -

Mi prometido abrió los ojos a más no poder y se acerco a mi para cogerme por la cintura y darme un beso corto.

- Te amo futura señora Cullen. -

Comenzó a correr rápido y desapareció entre los arboles, reí negando con la cabeza y mejillas rojas, Edward tenía la habilidad de hacerme sentir verdaderamente especial, junto a el mi corazón latía como desesperado, y todo mi cuerpo respondía de forma agradable a las caricias que el me proporcionaba, su ánimo era más alegre, puesto a que lo dejaba leer mi mente, el escudo que la naturaleza me protegía lo había despejado de mi mente y el veía cada cosa que yo pensara sobre el, lo feliz que me hacía casarme y compartir nuestra eternidad juntos, lo cuan enamorada me sentía, todo aquello Edward podía ser capaz de verlo.

Mis dones obsequiados por la naturaleza y al ser descendiente directa de Venus, los había controlado, el escudo lo podía apartar de mi y proteger a los demás, eso lo había aprendido cuando Emmett quería lastimar a Jake por que mi adorable perro había estropeado sus zapatos de ultima edición, luego de aquello intentamos que mi escudo protegiera a todos los miembros de la familia, el resultado fue que Edward no pudo saber que pensaban, también estaba la manipulación del agua, fuego y tierra, sabía convertir el agua en hielo, el fuego podia tomar figuras y colores que yo quisiera, y la tierra podía crear plantaciones nuevas y manipularlas, el don propio que tenía, llamado espejo el cual podía copiar los dones que utilizatan en mi lo había podido de cierta forma eliminarlo, no quería ser portadora de miles de dones, solo me había quedado con el de leer mentes de Edward, y elnde cegar a los que quisiera provocando que ellos vieran lo que yo quisiera ver, mi favorito era el escudo, era divertido ver como Alice me intentaba ver el futuro y que se viera el de ella misma, el efecto rebote de este era magnífico.

- Los chicos estan preparando una fogata. - Mire a Alec y este ya se encontraba bajando del auto.

- Si, Leah me hablo sobre eso, bromeo diciendo que era una despedida a mi dichosa vida de adolescente ya anciana. -

Ambos reímos y caminamos en dirección a los demás, ellos posaron sus ojos en mi y sonrieron felices, Sam se levanto de su lugar y corrió a abrazarme, hace días no lo veía, el había estado ocupado con el embarazo de Emily, el cual de cierta manera afectaba a Leah.

- Que bueno tenerlos aquí, vengan, hoy contaremos las leyendas de la tribu y luego iremos a la cabaña por los postres de Emily. - Sam se sento en su lugar y yo me senté entre leah y seth, el cual tomaba la mano de una adorable chica de cabello rubio, era hermosa, el se había imprimado, lo supe por la mirada que le regalaba a la chica, vi que Alec se sentaba entre Paul Lahote y Jacob Black comenzando ambos a golpearse en forma de juego, Paul Y Alec habían conseguido una amistad inmediata cuando se conocieron, y Jacob se había unido al dúo formando el trio de oro, tal como Harry Potter.

- Hey, ¿como estás? - Bese la mejilla de Leah y ella me sonrió amable.

- Bien, ¿y tu?, aún sigo sin creer que te casaras con esa sanguijuela. - Mire a Leah divertida y le golpeé levemente la cabeza.

- Me casare y espero que tu regalo sea la nueva chaqueta que vi en la tienda de Port Angeles. - Ambas reímos y prestamos atención a la leyenda.

Estar así, rodeada de mis amigos me hacia sentir completa, si bien era el balance de la naturaleza y sus seres sobrenaturales, ellos eran mis amigos y familiares, los cuales me llenaban de paz y alegría, quería que cada uno fuera feliz, que no hubiera tristeza entre nosotros.

Mire a la manada en su conjunto, con sus parejas riendo, otros simplemente golpeándose y jugando a quien era más macho alfa, como Jacob, embry, Paul y Alec, Sam tocando la panza de Emily y riendo juntos, Seth y la chica rubia sentados por un lado admirando la luna llena, y Leah recostada en mis piernas durmiendo pacificamente.

Cada una de estas personas me había enseñado el significado de amar, y no sabía que haría si los perdía, ellos no merecían un destino cruel.

Entre los árboles que protegían al bosque vi a la ya conocida Venus, ella obcervaba a cada uno de mis amigos y yo a ella, su mirada reflejaba triztesa, siempre estaba así, a su lado la acompañaba un un chico y una chica, el chico era alto y rubio, su piel se notaba extremadamente palida, al igual que la chica de baja estatura, pelirroja como Venus, ambos chicos estaban tomados de la mano y me miraban fijamente, di un breve pestañeo y ellos ya no estaban.