Inmortal | Edward Cullen. |TERMINADA|

41.

La paz no dura para siempre.

El adaptamiento de los niños en su nuevo hogar fue fácil, habían pasado unos meses y todos nos habíamos acoplado a una nueva vida, el proceso de Jasper poco a poco va mejorando gracias a la ayuda de Rosmee, puedo decir que Jacob y el pelean siempre por la atención de mi hija, la cual termina yendo siempre con su tío, este día los niños querían ir a un prado que había cerca del bosque para que Anthony mostrara las mariposas, por lo que junto a Edward arreglamos las cosas para llevar, iríamos solos, queríamos pasar un rato en familia, puesto a que eran muy pocas las veces que podíamos tenerlos por mucho tiempo, eran los consentidos de toda la familia, y el tiempo que pasábamos con  nuestros hijos era reducido a una minoría.

Le sonreí a mi esposo cuando sacamos a los niños de la carriola triple y ellos comenzaron a correr por el prado, el día estaba soleado, podía ver la piel de mis hijos brillar, no con tanta intensidad como la de mi esposo y la mía, pero para un humano si era visible, no habría problema por aquello ya que estábamos alejados de todos, las risas de mis hijos provocaron una sonrisa en mi al ver que mi esposo corría persiguiendolos simulando ser el mounstro que los comería, me senté en la manta que estire, mis gafas de sol me permitían ver todo sin molestia del sol por lo que disfrutaba del acto que me daba mi pequeña familia, Edward reía a carcajadas cuando los trillizos se lanzaron encima de él aplastando su cuerpo para darle pequeños besos.

- Mami ven, papi nos come.- Edeline se acercó tomando de mi mano y yo la seguí para lanzarme a Edward y los niños reían.

- Matarán al monstruo!No quiero morir aún!- Edward soltó un grito de agonía fingido y mis hijos reían ante aquello.

Me pare de mi lugar y ayude a Edward a pararse también, el me sonrió y me tomó de la cintura para besarme, yo correspondí a su beso con gusto, este momento era felicidad pura, me separé de el  para mirarlo a los ojos y abrazandolo con fuerza, el me abrazo también acariciando mi cabeza.

- En una semana es el cumpleaños de los niños.- Le avisé a mi esposo cuando veíamos a Anthony crear mariposa mientras sus hermanas se elevaban por los aires tratando de atraparlas.

- Lo sé, Rosalie me tiene estresado de tantas cosas que a preparado.- Yo reí por su manera de exagerar las cosas.

- Este año vienen los dioses y diferentes brujos, ya sabes como se pone con la élite cerca.- Ambos reimos con ganas, pero apagamos nuestra risa cuando escuchamos un grito de Anthony.

Isabella estaba a unos metros de mis hijos, sus ojos rojos miraban con odio a mis hijos y con Edward corrimos en dirección a nuestros retoños, yo tomé a Anthony en mis brazos mientras que Edward tomó a Rosmee y Edeline, ella nos miró con una sonrisa macabra, para comenzar a acercarse más, yo le gruñi, en segundos estuvieron mis amigos a nuestro lado, Leah y Jacon en su forma lobuna y Alec con sus grandes Alas.

Isabella se acercó de forma rápida a Rosmee y ella comenzó a llorar, de inmediato Jacob se lanzó a ella gruñiendole a la neófita, Isabella se había dado cuenta que Jacob Black ya no estaba imprimado de ella por lo que su cara se desfiguró por completo al ver que estaba a punto de ser asesinada por el que antes fue su novio.

Pero aquello no llego a pasar, mi hijo elevo su mano y de los ojos de Isabella comenzó a salir sangre ella miro a mi hijo con miedo para luego mirar a mis hijas que también tenían sus manos estiradas, ellos tenían sus ojos completamente negros, no había rastro de blanco, todo era negro, Isabella se logró sacar de Jacob para luego comenzar a gritar, retrocedía cada vez más lejos escapando de mis hijos, solo dijo una palabra antes de desaparecer.

-Inmortales.- Ella corrió lejos de nosotros y en cuestión de segundos desapareció.

Mire a mis hijos, ellos tenían ya sus ojos normales, azules y sonrisas en sus rostros, Anthony me abrazo con sus pequeños brazos y luego beso mi frente tomándome por ambas mejillas.

Esto Carlisle lo tenía que saber, y quizás en el cumpleaños de ellos lo averiguariamos junto a los demás brujos y Dioses.

Me acerqué a mi esposo con mi hijo en mis brazos y el le paso a Edeline a Alec, el la tomó y todos caminamos a casa, estábamos en una especie de trance, sabíamos que esta visita de Isabella traería problemas a la familia, a todos en general, ella ahora pertenecía a la guardia vulturi y ellos no dudarían en destruir el legado Cullen, lo que siempre quisieron.

Todos teníamos diferentes pensamientos rondando por nuestra cabeza, lo de nuestros hijos y su extraña hazaña que provocó el miedo de Isabella, la aparición de la mujer que se a encargado de arruinar todo lo bueno en la vida de varios, y entre más cosas, no sabíamos que decir, no sabíamos como actuar ante aquello.

Pero de algo estaba segura y es que Isabella pensaba que mis hijos eran inmortales.