Eternos.
Las nubes pasaban lento y yo las observaba, con Edward habíamos parado nuestra excursión en un prado que se encontraba en la isla, estábamos en silencio, disfrutando de nuestra simple compañía el uno del otro, la gran mano de Edward acariciaba la mía y yo cerré disfrutando el tacto, momentos así me gustaba guardarlos en mi mente.
- Me gustaría una familia.- La voz de mi esposo interrumpió mi fascinación por las caricias que el mismo me daba.
- Me gustaría adoptar.- Lo mire y me recoste en su pecho.
- Me hubiera gustado ser humano para poder darte una familia de verdad, darte el placer de poder estar embarazada, vivir una vida normal, te quite ese placer.- Un suspiro se me escapo al escuchar lo que el me decía, me senté y lo mire fijamente.
- Eso no importa Edward, te amo a ti, amo cada parte de ti, no importa lo que seas, para mi siempre serás perfecto, no me interesa ser madre o una vida humana, si no te tengo a ti.-
El me miró y sonrió, se sentó también y me tomo de las mejillas para besarme, yo gustosa acepte aquel beso, sí, quería una familia con el, pero habían métodos, como el que usaron Carlisle y Esme, adoptando, no estaba segura si un vampiro podía procrear más, era peligroso, cabían posibilidades de que el feto fuera vampiro, y los niños inmortales eran un pecado en el mundo sobrenatural, aquello me lo había explicado Venus, ella anhelaba hijos con Caius, el se negaba a eso diciendo que los vampiros no podían procrear hijos, ya que su sistema estaba "congelado" que podía haber riesgos, ¿pero era eso verdad?.
- Eres perfecta Evangeline.- Edward beso mi nariz y yo reí por aquella acción.
- Lo sé, te casaste con la más hermosa de este mundo.- Le regalé una sonrisa y el soltó una carcajada.
- Te amaré por siempre.- Mi corazón latio como loco al escuchar aquello, no era primera vez que lo decía, pero siempre reaccionaba como si lo fuese.
- ¿Lo prometes?- Forme un puchero y me acerqué a él sentándome en sus piernas.
- Prometo amarte hasta que el infierno decida llevarme, incluso entre el fuego estaría feliz amandote.- Edward podía darle mil patadas en el culo a Romeo citando palabras de amor a Julieta.
- Gracias por hacerme feliz Anthony, gracias por todo.- Tome su rostro y comencé a besarle toda la cara mientras ambos reíamos y Jake ladraba contento.
El trayecto a casa fue más corto de lo previsto, Edward tomaba mi mano y la que me sobraba afirmaba la correa de mi perro, a lo lejos pudimos visualizar la casa, el atardecer era magnífico, el cielo con una mezcla de rosado, celeste y blanco, era en pocas palabras perfecto, las aguas del mar estaban más turquesas.
Nos sentamos en la arena blanquecina mientras que Jake jugaba con las pequeñas olas que traía el mar, este momento de tranquilidad era vital, Edward recostado sobre mis piernas a la vez que yo acariciaba su cabello.
- No quiero que está luna de miel acabe nunca.- Mis palabras hicieron que Edward abriera los ojos y me observará.
- Podemos quedarnos aquí eternamente si quieres.- Me regaló una sonrisa encantadora y yo neguécon la cabeza.
- Creo que tu serías el más feliz con aquella idea, completamente solos sin interrupciones.- Continúe acariciando su cabello.
- No me molestaré en negarlo por que es verdad. - Le di un pequeño golpe y reí junto a él, sin dudas Edward después de haber tenido relaciones sexuales se puso más intenso.
- Eres todo un caso Edward Cullen. -
Acerqué mi cara lo que más pude a su rostro y bese cortésmente sus labios,me encantaba que el fuera mío, me encantaba ser de el, nos complementabamos a la perfección, y eso era lo más lindo, por que juntos seríamos eternos.
♡°♡°♡°♡°♡°♡°♡°♡°♡°♡(+18)Las semanas pasaban en la isla y ya quedaba solo una para regresar a Forks, 4 semanas en el paraíso sin duda fueron los mejores, mantenía el contacto con mamá y papá, igualmente con la familia en general, Alec había estado en Grecia resolviendo unos asuntos y Leah estaba recorriendo Europa con Jacob, en búsqueda de más licantropos.
Mire la cama hecha pedazos y negué sonriendo, éramos los peores, hoy visitariamos Brasil, como última parada, una semana en aquel país era lo que necesitábamos para que nuestra luna de miel fuera perfecta, por lo que me encontraba preparando las maletas de Edward y las mías, mi esposo andaba de cacería ya que se había negado a beber de mi sangre acotando que cabía la posibilidad de que no se controlará.
Al ya terminar las maletas me despoje de mis ropas para introducirme en la ducha, el agua estaba caliente, quería relajar mis músculos y está era una buena manera de hacerlo, cerré mis ojos mientras disfrutaba del agua, me puse shampoo y luego acondicionador, cuando el cabello ya estaba listo quise abrir los ojos pero unos fuertes brazos fríos, me rodearon por la cintura.
Sus besos comenzaron a descender desde mi cuello hasta mi espalda baja, mi piel estaba sensible y erizada con cada tacto que el me regalaba, su mano viajo desde mi cadera hasta mi zona y acarició mi clítoris moviendolo lentamente.
Mi boca era un sin fin de gemidos, los dedos de Edward se movían con rapidez, y con la otra mano me abrió las piernas, la ducha era grande, estábamos cómodos, introdujo tres dedos dentro de mi y solté un chillido de placer, mientras sus dedos salían y entraban su otra mano acariciaba mis pechos, me empujó contra la pared y abrí mis ojos para verlo, sus ojos estaban negros, con su lengua comenzó a jugar con mi clítoris nuevamente y mordi mis labios para aguantar los gritos que robaban por salir.
Edward me tomo de las caderas bruscamente y metió su miembro de un golpe, grite y rasguñe su espalda, el placer que estaba sintiendo era sin duda lo mejor, comenzó a moverse rápido y mis gemidos sonaban en su oído, mordi su oreja y el grupo aumentando aún más el movimiento, el agua caliente junto a su frío cuerpo se complementaba de excelente manera.
Sentí como cada vez la electricidad aumentaba más liberando mi orgasmo junto al del vampiro, acercó su boca a mi cuello y pude sentir sus colmillos, comenzó a moverse denuevo y sentí como los colmillos atravesaban mi cuello,no dolió, el placer en aquellos momentos no me dejaba sentir el dolor.
Edward se movía lento, el sonido de nuestros gemidos y la sangre que el bebía daba un ambiente diferente, eroticamente tóxico, Edward me miró y sus ojos estaban de color dorado nuevamente, con pequeñas orbes rojas, su boca ligeramente con sangre y una sonrisa que decía claramente que estaba disfrutando, los movimientos de el comenzaron a ser bruscos y cerré mis ojos disfrutando, me gustaba esto, me gustaba esta faceta de Edward.
Podía solo decir una cosa, la cual estaba asegurada, llegaríamos tarde a Brasil.
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Inmortal | Edward Cullen. |TERMINADA|
FantasíaPara Edward Cullen cada grosería que es dicha por Eva se le hace adorable. 02/07/2019. 03/01/2020. Editada en año 2023. Finalizada un 8 de abril del 2024.