Inmortal | Edward Cullen. |TERMINADA|

39.

El adiós.

Separarnos de Forks, nunca estuvo en mis planes, pero corríamos peligro, los pueblerinos ya comenzaban a preguntarse por qué después de 4 años nos veíamos exactamente igual, por que Carlisle se mantenía joven  y porque Leah o Jacob estaban con nosotros y tampoco se les notaba más viejos, solo mis hijos crecían y se les notaba el cambió, lo cual fue más confuso para la gente, 4 años de felicidad habían pasado  4 años en los cuales Leah y Jacob congelaron su crecimiento al saber que mis hijos al llegar a los 18 dejarían de crecer, 4 años en los cuales la manada se había unido a nosotros para proteger a mis hijos, aceptados y amados por brujos, dioses, vampiros, ángeles y lobos, la felicidad que sentíamos era inexplicable, ellos unieron con más fuerza a la familia, con sus risas y llantos, bromas y juegos, mis hijos eran un rayo de sol imposible de apagar, eran vida y felicidad.

Sonreí al sentir la mano de Edward tomar la mía, lo mire y el me regalo una sonrisa cálida, estábamos en la reserva, el tratado se había anulado, tanto la manada como nosotros podíamos cruzar la frontera, los trillizos corrían jugando con el hijo de Sam y Emily, los demás chicos reían persiguiendo a los niños, Seth cuidaba de su ahora esposa embarazada y Leah junto a Jacob y Paul reían. Con la llegada a la reserva de mis hijos todo había cambiado, Sam fue un tío adorable, protegía a mis hijos y los quería, aceptando el hecho de que ellos unieron a todos, ya no había odio, ya no había sed de venganza, había paz entre ambos seres, vampiros y lobos se toleraban, he incluso compartían bromas.

- Será difícil separar a los niños de la manada, son muy unidos a ellos.- Edward beso mi cabeza y yo suspire asintiendo.

- Se acostumbrarán a Alaska, Anchorage es una ciudad hermosa, todos debemos acostumbrarnos, nos quedaremos 10 años máximo en ese lugar y luego iremos a otra, hasta regresar a Forks.- Lo abracé y escondí mi cara en su pecho, el olor de Edward era adictivo.

- Regresaremos cuando todos en Forks estén enterrados Eddie.- Emmett comenzó a molestar a mi esposo y yo solté una risa, mi padre aveces (siempre) soltaba bromas  infantiles, para luego ganarse un golpe de parte de mamá... como ahora.

- Ten respeto por los futuros muertos papá.- El me miro y me hizo burla para luego ir a molestar a Jasper que jugaba en el agua con Rosmee.

- Debo aceptar que tengo miedo.- Mire a Edward por lo que dijo y acaricie su cara.

- ¿Por qué bebé?.- me posicione a su lado y lo abrace por la cintura, el hizo lo mismo.