Capítulo 29

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-Como puede ver en las cartas su escritura y la del amenazador son totalmente iguales.

-Es bueno saber que protege a los suyos, creo que podemos llegar a un acuerdo Condesa.

-Claro, no quisiera que mi mayordomo manchará sus guantes con sangré sin gran valor.

-Tks... Bien esta es mi propuesta, acepte a Antonio como prometido y yo dejaré en paz a los Spence.

- De acuerdo.

-¿De acuerdo?

-Claro, si es que planea que su sobrino muera la noche  de bodas. Sebastian adelante.

-Yes, My lady -mire al Vizconde- un contrato como proveedor secundario de dulces, además de dejar con vida al único heredero  de su familia.

-Si continua con la amenaza, tendrá que decirle adiós a todo su legado, usted decide.

Coloque el contrato frente al Vizconde quien fulminaba de sobremanera a Mí Señorita la cual permanecía con sus codos apoyados en la mesa con una hermosa sonrisa sínica y llena maldad.

- Espero su repuesta.

-suspiro pesadamente- Esta bien es un trató.

Mi señorita me miro y asintió dándome a entender que iniciara con  el procedimiento oficial, al terminar nos retiramos del lugar.

-Bard Regresemos a la mansión.

Ordeno mientras abordábamos el carruaje, soltó un sonoro suspiro mientas observaba el paisaje por la ventana, colocó su mano en su frente, después de unos segundos su semblante cambió.

-Sebastian, creó que tengo temperatura -dijo mientras se sentaba a mi lado, debido a la cercanía note un color rojizo en sus mejillas.

-Así es Mi Señorita - dije en cuanto coloque mi mano en su frente la cual estaba caliente- al llegar a la mansión descansará y le prepararé algo.

- Pero tengo trabajo de la compañía que terminar.

-Mi Señorita, su salud es primero.

Bufo ligeramente y volvió a su sitio anterior, durante el camino note que se adormeció, al llegar a la mansión decidí cargarla aunque se impuso a tal acción, la durante el camino a su habitación nos encontramos con algunos de los sirvientes.

-Emily estoy bien no te preocupes, Sebastian solo exagera.

-¿Esta segura Señorita?, dice Dan.

-Segura, solo descansaré, no es nada gravé.

-Black cuida de la Señorita, dice Oscar.

-Por supuesto, no se preocupen.

Continúe con nuestro camino, la Señorita me miraba de manera fulminante, entre a su habitación y la deje en su cama.

-Sebastian, estoy bien no es necesario exagerar tanto.

Al intentar levantarse perdió equilibrio, la sostuve de inmediato para evitar que cayera.

-¿Esta segura?

Solo me fulminó con su mirada, después de cambiarla me  dirigí a la cocina para prepararle un té de fenogreco acompañado de una sopa sencilla de verduras para bajar la temperatura.

~Angelica~

Esto es horrible, no sabía que se sentía hací, nunca antes me había dado alguna anomalía soluble y ahora tengo temperatura, justamente cuando estoy más ocupada, además de que le estoy dando más trabajo a Sebastian, no quiero depender siempre de él.

La oscuridad invadía el lugar, eso es todo lo que hay, me gustaría que siguiera hací pero...no todo se puede para los humanos.

La luz invadió en lugar hací revelando a aquel demonio al cual me aferró con mi alma en su verdadera forma alejándose, trato de correr tras él pero no logro alcanzarlo y es entonces que despierto.

-¿Señorita? - lo había abrazado.

-Es...estoy bien... Sólo no te vallas - lo solté después de unos minutos - lo lamento, siempre te estoy causando problemas.

-Eso no es verdad Señorita, bien le he traído un té de fenogreco acompañado de una sopa sencilla de verduras para bajar la temperatura.

-Gracias...

Sebastian se quedo acompañandome mientras yo consumía lo que trajo, simplemente se encontraba parado elegantemente mientras me observaba, el momento no era incomodo a pesar del silencio fue hasta que termine que Sebastian recogió y se retiró para continuar con sus labores que por primera vez me sentí sola.

~Bard~

-A la Señorita se le ha visto decaída los últimos días.

-Ella dice que esta bien, dice Emily, además si hacen algo mal Black se molestara, dice Oscar.

-Si, pero... La Señorita ha perdido su cálida y sincera sonrisa -Meyrin

-Es nuestro deber como servidores de esta mansión mantener a los amos felices -Fredd

Todos nos organizamos para realizar nuestro trabajo mejor que nunca, pero lo que no había pasado desde hace algún tiempo.

-¿Que ha pasado aquí?

-etto...emm...

- y justamente cuando mi Señorita no se encuentra bien de salud -suspiro pesadamente-  ¿Que hacen aquí?, ¡limpien su desastre y vuelvan a trabajar!

Como era nuestra costumbre simplemente salimos corriendo a realizar nuestro labor.

-Chicos...¿estan bien?...

-¿Señorita?, debería estar descansando - Víctor.

-Escuche un alboroto y me preocupé.

- Víctor encargate por el momento, yo la acompañare a su habitación.

-No es necesario...

Se retiró casi de inmediato, ni siquiera nos dio tiempo de responderle.

~ Angelica ~

Volví a la habitación al verificar que todos estuvieran bien, pero no me tope con Sebastian y de alguna forma faltaba su presencia en la mansión, tal vez fue por medicina.

Para cuando me di cuenta me había vuelto a dormir pero no soñé nada, escucho mi corazón latir, la sangre correr, siento como mis pulmones se llenan y vacían de oxígeno, mis músculos relajados, tengo frío pero mi cuerpo se encuentra caliente.

De un momento a otro sentí un desnivel en la superficie y después... ¿Un beso?, no estoy segura, algo rozaba mis labios... Era cálido y frío, algo entro por mi garganta, algo que de inmediato me hizo sentir mejor, a pesar de que quería despertar no pude hacerlo, la única reacción hacia el beso que logre percibir fue el aceleramiento de mi ritmo cardíaco.

SOLO ES UN MAYORDOMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora