Capítulo 53

84 9 5
                                    

~Angelica~

Habíamos creado una neblina, donde solo podíamos vernos a nosotros, mientras peleábamos, podía sentir como me liberaba con cada golpe, a pesar de que Miguel usaba sus alas para hacer distancia no lo lograba, una sombra, mi sombra lo hacia bajar de nuevo.

-En tu estado no deberías poder controlar tu sangre demoniaca, tu energía es tan tranquila, tan pura a pesar de ser maligna, el alma perfecta.

-Te equivocas no soy perfecta, nadie lo es, ni siquiera dios.

Me ataco un par de veces pero logre esquivarlo, tal vez la sangre me hervía y tenia el deseo de matar; pero mi mente y alma controlaban la situación, debía terminarlo de un golpe.

-Tampoco lo es tu demonio, pero aun así sientes algo por él ¿por qué?

-No lo comprenderías y mucho menos es de tu incumbencia.

Volvió a atacarme pero en el proceso de esquivarlo mi propia sombra me envolvió por un segundo para después dejarme con un rotundo cambio de apariencia, tenia cascabeles en mis tobillos, una cola de felino, una vestimenta reveladora, y estaba descalza, fue todo lo que pude notar en el poco tiempo de observarme ya que me encuentro peleando con mi enemigo alado.

Tal vez no tenía su espada celestial pero aun poseía dos dagas con las que trataba defenderse de mi guardaña, sus heridas se multiplicaban sin poder curarse mientras él se debilitaba yo seguía aumentando mi fuerza con cada ataque, pero entre mas continuos se volvían empezaba a perder control de algunas acciones, logre desarmarlo total mente, me acerque de forma amenazadora mientras soltaba mi arma para atacarlo de forma directa.

~Sebastian~

Trate de todas las formas adentrarme pero la neblina me lo impedía, repentinamente se escucho un estruendo seguido de una gran luz de donde Grell se había quedado para destruir la espada, estaba por ir para averiguar que sucedió cuando observe como los ángeles sobrevivientes se retiraban, al darme cuenta la enorme neblina había desaparecido, logre distinguir un cuerpo alado totalmente  masacrado y otro siendo el de Mi Señorita, sin mas me acerque de inmediato percatandome que lo único que la cubría era su excesivamente largo cabello, sin más la cubrí con mi frac para tomarla en brazos, poco después Grell llego a nuestro lado.

-Al parecer todo acabo - comentó.

Di media vuelta para empezar a caminar, pero al dar el primer paso un pentagrama se formo bajo mis pies el cual empezó a brillar al instante.

-¡Sebaschan!

-¡No te acerques!

Le demandé a verlo dar un paso, la oscuridad estaba empezando a llevarme junto con Mi Señorita, manipule mi cuerpo alargando lo brazos hacia Grell el cual la tomo de inmediato, desplege mis alas para tratar de safarme  de la oscuridad pero entre mas me esforzaba para liberarme me sujetaba con mayor fuerza y continuaba jalandome, Grell me miraba paralizado o atemorizado no estoy seguro, repentinamente la Señorita movió su cabeza hacia mi dirección con los ojos semi abiertos pero al ver la situación se soltó de Grell para intentar acercarse, el shinigami reacciono y la detuvo abrazándola por detrás justo antes de tocar el pentagrama.

~Angelica~

Sebastian estaba siendo reclamado al recuperar la  conciencia, intente ir ayudarlo pero Grell me detuvo.

-¡Grell sueltame!

-Es muy peligroso.

-Eso no me importa, no quiero perderlo -las lágrimas estaban empezado a desbordarse.

-No podemos hacer nada, si te acercas te puede llevar a ti también.

-Es mejor a no intentar algo.

Comencé a forcejear mientras las lágrimas salían al ver como Sebastian era arrastrado por el infierno, no podía, no quería perderlo a él también, hay cosas que no he podido decirle, secretos que contar, cosas por hacer.

-No...no...Sebastian no dejes que te lleven...por favor...no te vallas... te necesito... quedate... es una orden...

Dije entre llantos y forcejeos, Sebastian era llevado cada vez más a la vez de ser envuelto por la oscuridad, su verdadera forma se hizo presente, aún así fue inmovilizado y antes de que fuera tragado por la tierra logre escuchar "Lo siento, My lady", logre soltarme de Grell pero es demasiado tarde.

-No, no, no -dije con desesperación al ya no ver nada de lo ocurrido- ¡Sebastian!...¡Vuelve¡...¡Lo   prometiste...- baje el volumen al final, aun seguía llorando-... demonio mentiroso... -me hinque donde había estado el pentagrama mirando el suelo-... de vuelve melo... por favor...
solo es un mayordomo...lo...lo necesito...-El llanto me invadió por completo.

Prometiste que no te irías... que cuidarías de mi sin importar que... a caso creiste que lo había olvidado... tenia cuatro o cinco años cuando me perdí en la ciudad y me encontraste acurrucada llorando junto al mercado invernal...dijiste que siempre me encontrarías... y que nunca más me dejarías estar triste...Sebastian no puedes hacerme esto, yo soy la que se pierde, no tú... tienes que volver...te confesare todo de frente...así que vuelve...por favor...

Le rogaba en pensamientos pues no podía hablar debido al llanto,  sentía como mi corazón era destrozado lenta y dolorosamente, lo ultimo que recuerdo es el dolor, el frío,  mi incontrolable llanto, y mis recuerdos... mejor dicho vida con Sebastian, de esa oscura, cruda y fría noche de octubre.

SOLO ES UN MAYORDOMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora