SOLO ES UN MAYORDOMO

Capítulo 40

~Angelica~

Me quede con mi padre para idear alguna forma de salir, necesitábamos hacerlo lo mas pronto posible para buscar a mi madre.

-La ultima vez me enfrente a tus abuelos pero ahora todo es tranquilo.

-¿ultima vez?...-pensé por un momento- oh cuando paso lo del ángel, Sebastian me dijo que trato de modificar tus recuerdos.

-Efectivamente, pero ahora no creo que hagan lo mismo.

Estaba por volver a contestar pero repentinamente todo se volvió oscuro para después encontrarnos con aquella escena donde Sebastian y el odioso ángel peleaban instintivamente corrí asía tal escena pero desapareció dejándonos de nuevo en la oscuridad.

-Angelica, ¿que fue eso?

-...una de mis pesadillas.

~Grell~

-Wiru...por favor, no es excitante cuando realmente intentas matarme.

-Cierra la boca Sutcliff, has traicionado a los shinigami.

-Wiru... Ese ángel te lavo tu bello cerebro.

-No, tu preferiste aliarte con los demonios.

Esto estaba empeorando, mi Will no quería entender lo que estaba en riesgo, Angélica siempre ha sido especial desde que nació, Will lo sabe entonces no entiendo por que...

-Wiru... ¡Si no detenemos al ángel destruirá su alma! - todos se detuvieron- si el ángel destruye su alma no sera más que una marioneta de los ángeles.

Will se quedo cayado al parecer estaba tratando de analizar mis palabras, mire a mi alrededor percatándome que los demás estaban de la misma forma hasta que una risa peculiar saco a mi guapísimos compañeros de sus pensamientos.

-jajaja..ja...ja... Dama...Kun... Por fin lo descubrió he...jiji... Los ángeles quieren usar a la condesa jiji...

Hizo que me sonrojara por lo que solo seguí mis instintos femeninos y me le lancé para abrazarlo, pero de reojo note como Sebaschan se iba corriendo rumbo a la biblioteca por lo que todos los demás lo seguimos.

~Angelica~

Mis pesadillas pasaban frente a nuestros ojos tantas veces que el dolor de mi pecho aumentaba tanto que empezaba a perder la visión, mi padre me hablaba pero después de un rato deje de escucharlo, sentía como si algo estuviera siendo arrancado de mi cuerpo, algo a lo que me sigo aferrando, sea lo que sea no planeo soltar...lo... ¿He?...¿un dije?, tengo en mis manos un dije de forma de gota, parece ser un diamante azul como el de mi padre... Alcé mi vista percatándose de que estaba sola...sola en la fría oscuridad, lo único que emitía luz era el dije que tenia en la mano, no me di cuenta que el dolor había desaparecido.

~Elizabeth~

Los recuerdos de mi dos seres mas amados se volvían oscuros, debido a esto el ángel se acerco a mi pequeña a la cual de manera brutal introdujo su mano en el pecho de mi linda niña, grite, trate de forcejear con las ataduras, hice cualquier cosa para liberarme pero fue en vano, ya que no logre hacerlo, podía ver la expresión de dolor en su rostro cuando aquel ángel comenzó a sacar su mano la cual entre mas la sacaba mi niña se quejaba con mas fuerza, pero justo en el momento en que estaba por extraerla por completo algo se lo impidió por lo que empezó a forcejear, volví mi mirada a Ciel percatándome que aquella cinta con sus recuerdos regresaba a su origen.

~Sebastian~

Al entrar a la biblioteca me detuve para mirar a Undertaker, el cual soltó una pequeña risa y comenzó a caminar en frente de todos los presentes los cuales lo seguimos, subimos alrededor de diez pisos, nos guió hasta la repisa mas abandonada del piso, la cual se encontraba sobre la pared a plena vista no se veía alguna entrada.

-Bella dama jiji me permite el libro de la condesa.

-¿he?... Ah si presupuesto - lo saco de sus ropas y se lo entrego.

-Mayordomo...Kun... Retire la repisa.

-No la destruyas demonio- comento mientras se acomodaba los anteojos.

Simplemente asentí para después retirar la repisa revelando una puerta con los mismos detalles de la portada del libro de mi Señorita. Mire a Undertaker el cual con su misma guardaña se hizo un corte para después dejar caer tres gotas de su sangre sobre la portada, hecho esto me lanzo el libro dándome a entender que hiciera lo mismo, una vez mi sangre en la portada los destalles brillaron desde el centro hacia los extremos, en el caso de la puerta fue en orden contrario revelando un hueco en esta, mire el libro percatandome que debía colocarlo en el lugar, al hacerlo la puerta se abrió revelando unas escaleras.

-Desde aquí usted avanza solo jiji Mayordomo...Kun...

-Entendido.

Sin más que decir pase por la puerta y comencé a subir las escaleras a mi velocidad endemoniada.

~Angelica~

Después de un rato mis recuerdos con Sebastian invadieron mi vista, pero algo en especial capto mi atención, desde el del dia de mi nacimiento lo buscaba a él, cada que lloraba, cada que me lastimaba, cada que tenia pesadillas, no llamaba a mis padres si no a Sebastian, el brillo de la gema comenzó a tintinear al mismo ritmo que mi corazón, el cual se había acelerado como lo ha hecho en los últimos meses y aun no sé el porqué me pasa esto.

Continúe viendo mis recuerdos, sin entender porqué solo eran los que tenia con Sebastian, siendo al parecer la mayoría, incluso estaban de cuando lo observaba por un largo periodo de tiempo en los cuales sin darme cuenta soltaba algún suspiro.

~Elizabeth~

Ciel seguía recuperando sus recuerdos sin que el ángel se percatara debido a que seguía forcejeando para sacar lo que fuera del pecho de mi pequeña y a que le daba la espalda a mi marido. Una vez que los recuerdos volvieron a su sitio una tenue luz negra se hizo presente captando la atención del ángel, una vez la luz desapareció mi Ciel se sentó como de costumbre a la orilla de la mesa donde estaba.

-¡Ciel!

-Lizzy... Así que aquí te tenía ...¿que te ha hecho?

-A mi nada pero a nuestra hija...

-Ya veo, así que trataste de arrancarle su alma.

Miro al ángel de tal forma que incluso a mi me dio escalofríos, sus ojos tomaron aquella apariencia endemoniada y sonrió de lado, incluso su aura era perceptible a la vista, pero al parecer el ángel no se intimido y hizo aparecer una espada de la nada.