CUARENTA

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Al perecer los últimos en salir de aquel lugar lleno de médicos y científicos locos habían sido Jin, la pequeña y Jimin, tal vez era por eso que Jimin se sentía extraño en la casa del mejor amigo de Yoongi, incluso su hermano se estaba integrando bien sin contar la veces en que Jimin podía notar la tención en sus hombros cada que el chico de cabello rojo brillante se acercaba al castaño, incluso Jin se las había arreglado para sonreír en una ocasión, pero ahí estaba el, sentado en silencio al final del enorme sillón que adornada la amplia sala de estar. La casa no era enorme, pero era lo suficientemente grande como para alojar a seis extraños más.

La sensación en el pecho de Jimin era extraña, no sabía muy bien qué clase de sentimientos la estaban provocando y porque se sentía así de todos modos. Ajeno miraba la escena protagonizada por el resto de los chicos, quienes se encontraban alegres perdiendo el tiempo con un juego de mesa y no es que estuviera recibiendo malos tratos por parte de la familia de Hoseok, era todo lo contrario, desde que llegaron no hicieron más que atenderlos e intentar hacerlos sentir en casa... a salvo...

-hyung!... – exclamo Hoseok en voz alta y con tono divertido – estás haciendo trampa!... – dijo señalando a un Yoongi sonrojado por reír tanto – eres un tramposo!... – le reclamo mientras se lanzaba a él provocando que los dos cayeran al piso entre risas y protestas por parte del peli-verde.

Era eso lo que tenía tan mal a Jimin... la relación tan cercana que tenía su hyung con aquel chico le sentaba mal, desde que había salido de aquel lugar no había sido capaz de hablar con Yoongi, quería decirle cuanto lo había extrañado y cuan preocupado había estado por él, pero el chico de eterna sonrisa no se había alejado de su lado ni un momento, habían dormido en la misma habitación y había acaparado toda la atención del peli-verde, impidiéndole a Jimin siquiera conectar su mirada con la del mayor.

Celos... celos tontos y sin fundamento eran los que estaban invadiendo el pecho de Jimin, celos irracionales eran los que le provocaban la sensación de querer llorar, eran celos los que le estaban conduciendo a la puerta principal, eran celos los que lo condujeron a salir por esta y caminar sin rumbo fijo y fueron los celos los que lo obligaron a ignorar los gritos de Taehyung al verlo por la puerta de la casa sin previo aviso...

...

Aquella situación estaba volviendo loco a Namjoon, desde el incidente Jin no le había dirigido la palabra y había ignorado todo intento de su parte por iniciar una conversación. El peli-gris no quería hostigarlo, solo quería asegurarse de que estaba bien o de que al menos lo llegaría a estar, pero lo único que obtenía por parte de su esposo era silencio, silencio que caía pesado sobre sus hombros. El nunca había sido bueno para esto, el bueno para consolar a las personas y hacerlas sentir mejor era Jin, su Jin, pero ahora ese dulce chico de risa estridente permanecía callado, mirando hacia la nada, perdido en sus pensamientos...

Quería decirle que todo estaría bien, que de ahora en adelante nada malo le pasaría a él ni a la bebe, pero con qué cara se lo decía, no podía hacerlo, no después de lo que había ocurrido, no después de que aquel psicópata lo dejara marcado de por vida, no solo físicamente sino también en el interior de Seokjin, ese día algo se rompió dentro de él y Namjoon temía no ser capaz de volver a reunir los pedazos...

"lo siento tanto jinnie... siento no haber llegado antes... siento no haber estado ahí cuando me necesitabas... siento haberte dejado solo... siento no ser lo suficientemente fuerte como para protegerte... siento amarte tanto... siento ser egoísta... siento permanecer a tu lado...", eran tantas las palabras que tenían que ser dichas, pero aun así el chico de suave piel morena decidió permanecer en silencio, lejano, disfrutando de las suaves sonrisas que de vez en cuando se escapan de los labios de Jin para provocarle un salto en el corazón...

RESURRECCIÓN |ZOMBIES| (Yoonmin) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora