CUARENTA Y CINCO

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Los días dentro del refugio habían pasado rápido y los chicos comenzaban a acostumbrarse a su nuevo estilo de vida dentro de este, que si no fuera por la constante amenaza de los seres que lo rodeaban, podría decirse que la vida ahí era relativamente normal.

El trabajo que tenían que hacer no era pesado, pero las jornadas solían ser largas por lo que al llegar la noche lo único que deseaban al llegar a casa era tomar un baño y dormir para volver a levantarse temprano el día siguiente y seguir con las tareas que dejaron el día anterior.

Aquello era desgastante, sobre todo porque Yoongi ya no era capaz de ver a los demás chicos, pero lo que más le molestaba era que no podía ver a Jimin tanto como él quisiera, quería verlo día y noche y besar sus esponjosos labios a cada instante, pero el horario que tenía que cumplir era tan largo que incluso había días que llegaba a casa a altas horas de la madrugada solo para dormir, era cierto que el peli-verde se quedaba horas "extras" en el cuartel militar que se encontraba casi al final del refugio apartado de la zona centro del mismo, al igual que el moreno, pero cada uno por diferentes motivos, pues mientras que Namjoon se quedaba hasta tarde limpiando herramientas o armando y desarmando algún motor de auto simplemente para llegar tarde a casa y no tener que toparse con su aun esposo Jin, Yoongi se quedaba hasta tarde ejercitándose y entrenando como si de un verdadero soldado se tratase, el chico de cabello verde quería convertirse en un hombre capaz de proteger a su nueva familia, además de que quería estar preparado para cualquier inconveniente que se presentara dentro o fuera del refugio.

...

-vamos Namjoon?... – pregunto el mayor aun cuando sabia la respuesta que le daría el moreno

-uh?!... – exclamo sorprendido el peli-gris al notar la presencia de Yoongi en su estación, últimamente el chico estaba más distraído de lo normal – oh, hyung!... no... - negó con la cabeza mientras volvía a prestar toda su atención en el motor desarmado que estaba entre sus piernas

-no?... – pregunto de nuevo el mayor

-no... - negó de nuevo Namjoon – debo acabar esto... - murmuro – es urgente – agrego en modo de disculpa

-aja... - exclamo Yoongi mirando hacia otro lado con molestia, la actitud de Namjoon lo comenzaba a fastidiar – entonces nos vemos en casa...- se despidió dándole la espalda y comenzando a caminar hacia el vehículo que lo llevaría al vecindario de Hoseok.

-claro... - murmuro Namjoon.

Namjoon en verdad quería ir a casa, estar ahí en medio de la noche le hacía sentir que todo el peso del universo se sostenía en sus hombros, incluso la compañía de Duscha no era suficiente como para cubrir el vacío en su corazón que se había formado desde que las cosas con Jin se habían roto.

La relación entre ellos se había perdido, Jin se había roto e incluso Namjoon comenzaba a desaparecer poco a poco...

Se preguntaba cuanto tiempo debía pasar para que cada rastro de lo que era él en el pasado desaparecieran por completo, dejando a flote a ese nuevo Namjoon, gris y turbulento.

Se estaba perdiendo entre caderas rusas, alcohol y tinieblas...

...

Los rayos del sol comenzaban a salir y el murmullo del amanecer se hacía más y mas notorio con el paso de los minutos, Namjoon quería seguir durmiendo, su espalda se sentía tensa y sus piernas dolían por el frio que habían sentido durante la madrugada al estar en la intemperie. El chico de piel bronceada no había llegado a dormir a casa ni siquiera se había molestado en levantarse del suelo y entrar a una de las oficinas que habían en su estación.

-que haces aquí joon?... – pregunto una dulce y extranjera voz, al percatarse de quien era Namjoon oculto su rostro entre sus manos y rogo a dios por que Duscha siguiera adelante sin prestarle atención.

RESURRECCIÓN |ZOMBIES| (Yoonmin) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora