RESURRECCIÓN |ZOMBIES| (Yoonmin) *EN EDICIÓN*

FINAL

*MESES ATRÁS*

Usuario de Twitter: @suni63

"Mis tímpanos están por reventar. ¿Qué está sucediendo en el centro de la ciudad?"

Primeras 12 horas desde que el virus escapó. Las autoridades lucharon por contenerlo en las inmediaciones del laboratorio a las afueras de la ciudad. Fue inútil, el virus los sobrepasó.

"#What'shappeninginKorea"

Diferentes hashtags se vuelven virales 22 horas después de la propagación del virus. Se filtran las primeras imágenes.

"Muertos en vida/ Canibalismo/Ley marcial/Resurrección/Efecto Lázaro".

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Mientras los surcoreanos luchaban por sobrevivir a los estragos del virus que había arrasado con su nación en tan solo unos cuantos días. Se disputaba una lucha entre la ética y la moral en la sede de las Naciones Unidas, donde decenas de mujeres y hombres privilegiados discutían sobre el futuro de una nación. Por suerte, pronto se confirmó que el único país afectado había sido la República de Corea. Por lo que los líderes de las potencias mundiales se limitaron a discutir sobre si debían o no intervenir ante aquella desfavorable situación. Lo que no sabían, era que mientras ellos debatían desde sus curules, miles de hombres y mujeres de todas las edades morían a manos de un virus desconocido. Desconocían que mientras charlaban vestidos con sus mejores ropas, un país se desmoronaba.

El debate duró meses. Meses de hambre, dolor y desolación para los ciudadanos surcoreanos. Durante esos meses de discusión se mandaron a cerrar las fronteras de los países vecinos. Corea del Norte destinó la mitad de su ejército a resguardar su frontera inmediata con dicho país. Algunos representantes pedían bombardear la capital para evitar que un virus tan peligroso lograra salir del país, esto sin importar el número de sobrevivientes afectados. Algunos pedían mandar apoyo militar y víveres. Otros pocos se mantenían neutrales ante la situación.

Ante el conflicto, numerosas manifestaciones en las calles de todos los países mostraban solidaridad hacia los coreanos, entre diferentes pliegos petitorios se exigía a los gobiernos enviar ayuda inmediata al país. Sin embargo durante meses los representantes hicieron oídos sordos a dichas peticiones. Por otro lado, miles de feligreses acudían día con día a diferentes recintos religiosos a esperar el fin del mundo, convencidos de que en cualquier momento se daría la llegada del mesías. Otros muchos seguían con el curso normal de sus vidas ignorando la situación a la que se enfrentaba el país surcoreano. Como era de esperarse, los sucesos pronto se hicieron tendencia en las redes sociales, convirtiendo el infierno que vivían los coreanos en un circo mediático. Día y noche se hablaba sobre la "crisis Z", así le había llamado algún gracioso buscando relevancia para su nota periodística. El rating se disparaba cada vez que algún noticiero sacaba alguna nueva imagen sobre lo que estaba sucediendo en aquel desafortunado país, sin embargo nadie se atrevía a intervenir.

Casi medio año después, gracias a una mayoría en los votos, se acordó que sería el país Norteamericano quien se encargaría de hacer contacto y enviar las primeras tropas de apoyo. No fue hasta dos semanas después que por azares del destino el mensaje por radio fue recibido por algún soldado coreano que jugaba con su radio en medio de la noche en lugar de cumplir con sus horarios de guardia en la base militar improvisada en la ciudad de Busan. Mismo día en que un joven de cabello verde daba por terminado su sufrimiento con un disparo.

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Después de meses de prueba y error, los efectos del virus comenzaron a revertirse de manera exitosa en la mayoría de los casos, siempre y cuando se suministrara el antídoto en las primeras 48 horas. Después de dicho tiempo el tratamiento no funcionaba, se lograba retrasar la conversión. Sin embargo, esta seguía su curso hasta matar al paciente para después regresarlo a la vida convertido en una criatura no pensante. Por lo mismo, fue imposible lograr traer de vuelta a aquellos que ya habían sido convertidos, pues a pesar de la arrogancia de los médicos, una vez que la persona moría no había nada que pudieran hacer para salvarlo. La única vía de escape que tenían aquellos que habían tenido la desgracia de morir a manos del virus, era un disparo en la cabeza.