SETENTA Y CUATRO

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Los esponjosos labios de Jimin se sentían exactamente igual a como se los había imaginado los últimos días, suaves, tibios y completamente irresistibles. El mayor estaba dispuesto a vender su alma al diablo solo para seguir saboreandolos con calma. Tal vez aquella afirmación era un tanto exagerada para la personalidad de este, sin embargo, estaba convencido que todo aquel que los probara quedaría completamente hechizado por estos, llegando a un punto sin retorno en el cual faltarían páginas para describirlos y días para besarlos.

En realidad, todo lo que tenía relación con Park Jimin merecía una oda digna de ser cantada a los mismos dioses, los cuales al verlo no tardaron mucho en caer rendidos a sus pies, por toda la belleza que se había acumulado en una sola creación. Incluso las pequeñas manos que recorrian temerosas el cuerpo del mayor, asegurándose de que todo estaba en orden con él, debían ser cuidadosamente resguardadas…

-estoy bien… - aseguró Yoongi una vez que sus labios se separaron de los de Jimin.

-lo sé - asintió el peli-naranja con una pequeña sonrisa - solo quiero comprobar que no sea un buen sueño…

-no lo es… - afirmó el mayor ensanchando su sonrisa - si fuera un sueño no estariamos aqui y mucho menos con ropa… - soltó con picardía, mientras acariciaba la baja espalda del menor con sugerencia, deseando que el comentario alegrara un poco al menor o incluso lo molestara. Estaba dispuesto a recibir incluso sus golpes, con tal de verlo un poco más animado, un poco menos resignado.

-no puedo creer que seas tan descarado, Min Yoongi… - admitió con una sonrisa sincera. A la vez que un lindo rubor cubría sus mejillas, uno tan intenso como el que cubra las del mayor.

-tal vez lo sea… - concordó el peli-verde encogiéndose de hombros, al parecer sus palabras habían surtido el efecto deseado. - debes mantenerte a mi lado 100 años para averiguarlo… -sonrió aún más.

-estoy dispuesto… -sonrió de vuelta con confidencialidad. Borrando su sonrisa inmediatamente después de ver el cambio de expresión en el rostro del peli-verde.

Yoongi había disfrutado como un loco los últimos minutos, en los que él y Jimin habían entrado en una pequeña burbuja y se habían olvidado momentáneamente de todos sus problemas, sin embargo, lastimosamente era hora de regresar a la realidad y más aún cuando las últimas palabras del menor habían evocado al futuro. Un futuro juntos, felices, dispuestos a entregarse en cuerpo y alma el uno al otro, y aun cuando esto era lo único que deseaba Yoongi, no pudo evitar pensar en Taehyung, en su futuro.

Así que aun cuando el mayor deseaba mirar por mucho más tiempo la sonrisa de Jimin, había llegado el momento de hablarle con la verdad. Hablar de la única manera en que podían ayudar al castaño, aun cuando esto significaba volver a despedirse como dos eternos enamorados destinados a separarse.

-¿qué sucede? - pregunto el menor con el ceño fruncido.

-tenemos que hablar. - suspiro el mayor con cansancio, estaba harto de las malas noticias. - se como ayudar a Taehyung… - agregó ante la mirada confundida de su pareja.

-¿a qué te refieres con eso?, ¿como lo ayudaras?. - cuestiono de nuevo el menor, retrocediendo un poco. Por la expresión en el rostro del mayor sabía perfectamente que lo que tenía que decir no era bueno.

- mañana saldrán de nuevo… - explicó el peli-verde con los ojos fijos en el rostro del menor, analizando cada una de sus expresiones, las cuales viajaban entre confusión, sorpresa, terror y molestia.

-buscarán el camión con los medicamentos… - agregó omitiendo el otro objetivo, no quería preocupar más al menor, definitivamente él, ni ninguno de los demás chicos debían enterarse de esa posible amenaza.

RESURRECCIÓN |ZOMBIES| (Yoonmin) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora