SETENTA Y CINCO

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Dos cosas eran las que Hoseok había estado intentando grabar en su cerebro desde que Jimin le dijo que a partir de esa noche podían alternarse las horas para cuidar a Taehyung, gracias a la ayuda del sargento Woo bin, quien al parecer se había hecho cercano a Yoongi.

 Eran dos cosas de suma importancia para evitar derrumbarse ante Taehyung. La primera era que el hermoso chico de sonrisa cuadrada estaba perdiendo poco a poco la vista, como signo de que aún cuando fuera capaz de mantenerse lúcido, el virus estaba invadiendo su cuerpo. La segunda, pero no menos importante, era que en dado caso de que el cuerpo del castaño rechazara el antídoto, tenía que evitar que se lo llevaran a otro lado para experimentar aún más con él, debía quitarle la vida antes de que regresara a esta gracias al virus. Esto último, según Jimin, era decisión de su hermano.

Pero aún sabiendo esto no pudo evitar que sus manos temblaran cuando Jimin le entregó el arma del peli-verde para que estuviera preparado en cualquier momento. 

-solo tiene 5 balas. - informó el peli-naranja mientras miraba fijamente el arma en cuestión, como si estuviera luchando en mantener las lágrimas que amenazaban con salir  dentro de sus ojos. - debes ser preciso… 

-lo tendré en cuenta… - aseguró el pelirrojo en un murmullo.

-por favor avisame si pasa algo… - pidió cerrando los ojos con fuerza. Hoseok sabía perfectamente que dejar a Taehyung solo le estaba costando demasiado a Jimin, pero también era cierto que debía descansar, se había mantenido al lado del castaño en todo momento. Tenía que dormir. 

-lo haré… - asintió - estaremos bien.

-volvere mañana temprano para que tambien puedas dormir…

-no te preocupes, tomate tu tiempo, - sonrió con amabilidad. Jimin sólo asintió como respuesta antes de marcharse junto a Yoongi, quién también se veía derrotado por el cansancio. Cuándo la pareja se perdió entre las escaleras que los llevarían al primer piso, Hoseok se dirigió a la puerta que lo separaba del castaño. 

Estaba apunto de ver a Taehyung como lo había estado pidiendo desde que lo encerraron en esa habitación, sin embargo, dejó correr cinco minutos en el reloj que adornaba su muñeca izquierda. La idea de ver al chico que le había robado el corazón, en esa situación le impedía abrir la puerta. No podía ni siquiera pensar que el castaño había perdido la vista hasta el punto de sólo ser capaz de distinguir sombras en tan pocas horas, era casi irreal. 

Otros 2 minutos se habían perdido. Era hora. Con un gran suspiro y con el corazón latiendo como un loco, el joven de cabello rojizo abrió la puerta lentamente, mentalizando una vez más lo que le había dicho minutos atrás el novio de su amigo.

La imagen era impactante, a primera vista podía ver a Taehyung esposado a la camilla, como si fuera un criminal. También era capaz de ver el rostro de este ser levemente adornado por pequeñas venas y sus ojos cubiertos por una fina tela color blanquecina.  

-Jimin… - llamo Taehyung girando levemente su cabeza hacia la puerta - ¿eres tú? - preguntó aún cuando Hoseok había terminado de abrirla por completo. - ¿quién es?. - preguntó de nuevo el castaño algo asustado ante el silencio de la otra persona.

 Era cierto. Lo que Jimin le había dicho era cierto, el castaño estaba perdiendo la vista.

-soy yo, Hoseok… - contestó con un carraspeo. Taehyung sonrió inmediatamente al reconocer la voz del pelirrojo, al parecer Jimin había logrado que le permitieran a este entrar a verlo. Por otro lado, la dulce sonrisa que Taehyung le había regalado había evitado que se derrumbara entre lágrimas al ver como el castaño movía sus ojos de un lado a otro para tratar de dar con la sombra correcta. 

RESURRECCIÓN |ZOMBIES| (Yoonmin) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora