Prólogo

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10 años atrás
No puedo creer que Molly acaba de embarrar torta en mi vestido nuevo. Mamá lo compró especialmente para su séptimo cumpleaños. Busco con el ceño fruncido a la mama de Molly, para que la regañe, pero cuando me estoy acercando a ella tropiezo con un niño.

-¡Oye cuidado!- le digo todavía enojada por el pastel en mi ropa.

-Lo siento- dice pero con un tono algo molesto, tiene sus cachetes y su enmarañado pelo negro llenos de barro- hola, soy Thomas Gardner-me sonríe y unos tiernos hoyuelos aparecen en sus mejillas.

-Hola, soy Amy Rose- le tiendo la mano y el la estrecha. Luego de tropezar con ese niño me olvide de la torta en mi vestido y sigo jugando con mi nuevo amigo.

....
-Tommy...- le digo pensativa un día en mi casa. Había venido a jugar y terminamos castigados porque ensuciamos toda la cocina con harina.

-¿Si?- el está concentrado tratando de armar uno de esos cubos de colores.

-Mi hermana Susan tenía su mejor amigo Jace, pero ella se enamoró de él y cuando se lo contó el le dijo que no podían ser mas amigos, luego de eso no lo vi más venir por aquí. ¿Tu crees que Susan le hizo algo?- le pregunto y sonrío con la intención de asustarlo, el abre sus enormes ojos miel horrorizado y yo me río- tranquilo no creo que lo haya matado ni nada. Es solo que el amor arruinó su amistad y no quiero que eso nos pase- lo miro intranquila y temerosa.

-No yo tampoco quiero, eso suena horrible- se queda pensando un rato hasta que dice- esta bien, haremos esto...- se acomoda en el sillón de la sala y deja el cubo a un lado- debemos prometer que nunca nos vamos a enamorar del otro- Thomas levanta el meñique y me mira sonriente, le devuelvo la sonrisa solemne y engancho mi meñique con el suyo- todos sabemos que las promesas con el meñique no se pueden romper- frunce el ceño. Yo asiento segura, nunca me podría enamorar de Thomas, ni aunque estuviera loca.

-Lo prometo- decimos al unísono.

-Ademas- continúo- eres muy presumidor para mi.

-Eso no es cierto- frunce el gesto molesto- y se dice presumido, no "presumidor"- me corrige sabiondo.

-¿Y tu como sabes?- me cruzo de brazos enfadada.

....
Luego de unos años descubrí que era porque le encantaba escribir y leer.

Cuando teníamos 12 Thomas se mudo con su familia a Seattle, no perdimos contacto pero ya no es lo mismo, hablamos al menos una vez al mes por solo unos minutos. Y en eso se resume nuestra relación.

Nunca nos imaginamos que nos íbamos a enamorar, nunca pensamos en el otro de una forma diferente a la amistad. Pero el tiempo cambió todo, nosotros lo hicimos, se podría decir que la pubertad nos pegó fuerte. Aunque si lo piensas bien ¿que fue lo que en realidad cambió?

Don't break the promise (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora