Sábado, amo los sábados, dormí toda la mañana y luego de comer me dediqué a leer. El partido recién es a las 6, aun tengo tiempo. Recorro mi habitación con la mirada desde mi puesto en la cama, esta hecha un desastre. —Bien, tendré que ordenar— me levanto y pongo mi playlist de Spotify, si voy a hacer esto debo hacerlo de forma entretenida. Comienza la primer canción y me pongo manos a la obra.
La hora pasa volando, cuando termino con mi habitación me doy un baño rápido y me visto para el partido: jeans negros hasta los tobillos y una remera tres cuartos sencilla de color blanco, sin olvidar mis Vans negras. Monto mi Jeep y conduzco hasta la escuela.
Cuando llego Molly me manda un mensaje con su ubicación, voy hasta las gradas donde veo a mis amigas y Hamilton.
-Hola chicos- saludo sonriente y ellos me devuelven el saludo- consiguieron un buen lugar- digo. Estamos casi adelante, hay bastante gente pero desde donde estamos se ve perfecto.
Luego de mas o menos media hora, en la que decidimos comprar algo para comer, los jugadores ingresan a la cancha, distingo que Thomas es el número 14. Este recorre con la mirada las gradas hasta que parece encontrarnos porque se queda mirando fijo unos segundos antes de que su expresión se relaje. El partido comienza y todos nos ponemos en alerta.
Esta bastante peleado, el primer tiempo acabó y los equipos están uno a uno. Luego de 15 minutos de descanso los segundos 45 minutos comienzan. Empezamos bien, nuestro equipo tiene la pelota, se acerca al arco y... la perdió. Y de eso varios, es un tira y afloja entre ambos equipos.
Cuando ya quedan quince minutos para terminar el partido nuestro equipo se pone las pilas, al parecer tienen una táctica porque se miran y se hacen señas de forma sospechosa, la verdad es que no se mucho de fútbol pero como Thomas esta jugando presto atención a cada movimiento. Consiguen la pelota, nosotros nos levantamos expectantes, se van acercando al arco... el diez se la pasa al ocho, el ocho a Thomas y... ¡GOL! Comenzamos a saltar y abrazo a Val que está a mi lado.
Pero aun quedan los últimos minutos del partido. Aunque por un lado no quiero que ganen porque tendré que usar la ropa sudada de Thomas, quiero que lo hagan porque Thomas es mi amigo y me alegro por el.
Bien, sigan así que falta poco. Los últimos minutos son una tortura, pero el equipo contrario no anota ningún gol más.
-¡Ganamos!- grito entre la multitud emocionada. Molly, Val, Hamilton y yo nos abrazamos y saltamos como los demás espectadores- vamos a saludar a Thomas- digo cuando nos separamos y sin esperar respuesta bajo corriendo las gradas y me acerco al campo de juego. Busco con la mirada al chico de pelo negro entre los jugadores que festejan, hasta que lo veo y una gran sonrisa se extiende en mi rostro. Sus ojos avellana encuentran los míos entre el abrazo entre compañeros y se separa para acercarse a mí. Una sonrisa de costado genuina adorna su cincelado rostro, corro hacia él y lo abrazo, tal como el hizo conmigo.
-¡Felicidades! Estuvieron asombrosos- le digo en el abrazo, esta sudado pero la verdad no me importa. Sus fuertes brazos se sienten reconfortantes en mi cintura.
-Gracias- me dice separándose de mi. Ahora una sonrisa de superioridad cambia la anterior. Su cabello esta mojado por la transpiración y se lo aparta con la mano.
-Bueno... parece que tendrás que ponerte el uniforme- se acerca a mí quedando solo a unos centímetros de mi rostro, me río nerviosa y ruedo los ojos.
-Felicidades- exclaman nuestros tres amigos que acaban de llegar a nuestro lado.
-Bien, ¿donde es la fiesta?- pregunta Molly animada. Thomas ríe antes de responder, irradia felicidad.
-Es en la casa de Dean, ahora les paso la dirección- creo que Dean es el chico corpulento de piel morena que la mayoría de las veces anda con Thomas por ahi, supongo que es uno de sus amigos mas cercanos del equipo. Es bueno que tenga otros amigos ademas de nosotras. Thomas me mira y parece que va a decirme algo cuando una porrista rubia pasa por nuestro lado. Yo la conozco... es la chica que le contó a la amiga en el baño que Thomas y Annie habían terminado.
-Hola Thomas, ¿irás a la fiesta?- pregunta coqueta mientras pasa por nuestro lado.
-Claro- le sonríe Thomas amable mientras ella se aleja. Que iluso... Trato de ignorar completamente la punzada de celos y me dirijo a Thomas.
-Bueno al menos déjame solo ponerme la camiseta, tus pantalones se me van a caer- trato de convencerlo y hago ojitos tiernos para que no pueda resistirse. El chico se lo piensa unos segundos mientras estudia mi rostro con una pequeña sonrisa.
-Esta bien- acepta al fin abatido y comienza a sacarse la camiseta de color azul con el numero y su apellido plateados.
-¿Que haces?- digo entre sorprendida y escandalizada de que se va a sacar la remera frente a toda la escuela. Miro hacia todos lados pero luego me doy cuenta de que todo el equipo se quito la camiseta y ya no me siento tan nerviosa. Se ríe y cuando termina de sacársela me la entrega. Lo miro aun extrañada y luego bajo la mirada hasta la prenda, intentando ignorar olímpicamente su torso desnudo y sudado frente a mí.
-Bien nos vemos en la fiesta- nos dice a los tres y luego me guiña un ojo antes de darse la vuelta para irse. Me había olvidado de que Molly, Val y Hamilton estaban aquí- oh, y si no llegas a cumplir sufrirás las consecuencias- Thomas se da vuelta a medio camino y me señala.
-Nunca, soy una mujer de palabra- me doy unos golpecitos en el pecho de forma solemne y el ríe negando con la cabeza. Se da vuelta otra vez y su espalda de hombros anchos y musculosa se va alejando.
...
-Ugh ¿enserio tengo que hacerlo?- me quejo frente al espejo de mi habitación. Me doy la vuelta hacia Molly y Val que están sentadas en mi cama- parezco un freezer- les digo sin ganas.-Deja de quejarte, te queda bien- miente Val ya cansada. La remera de Thomas tapa mi short, cosa que no me molesta de sobremanera, pero me queda muy grande y esta sudada. Por lo menos no huele tan mal, sí tiene olor a sudor pero algo así como a masculinidad, ademas tiene un leve perfume, huele a Thomas.
Me miro nuevamente en el espejo, me doy media vuelta y observo la parte de atrás, tiene un gran número 14 en el medio y debajo se lee "Gardner". El sentimiento de repulsión disminuye un poco y es sustituido por un leve cosquilleo en el estómago, es como tener la camiseta de tu jugador favorito. Bien, admito que no es tan malo llevar la camiseta de Thomas, me gusta tener su numero y apellido en la remera, me pongo la parte de adelante dentro del pantalón y así no queda tan mal.
Dios no entiendo que me pasa... primero me resisto a llevarla puesta y ahora no me la quiero quitar. ¿Soy bipolar o que?
Salimos de la casa y subimos a mi Jeep, donde Hamilton nos ha estado esperando. Conducimos unos minutos hasta la dirección que nos mandó Thomas cantando canciones y riendo, hasta que llegamos a una gran casa. Si que esta fiesta será grande.
———
No se impacienten que ya llega la mejor parte. Se que este capitulo no significa mucho para ya voy a subir el siguiente. ;)-V
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Don't break the promise (COMPLETA)
Teen Fiction-Lo prometimos- exclamo exasperada por no saber que debo hacer y por no entender la maraña de emociones que siento en este momento. -¡Eramos solo niños! Algunas promesas deben romperse- sus hermosos ojos avellana me miran desesperados y cargados de...