Capitulo 11

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Salgo al aparcamiento y me dirijo a mi Jeep. Val tiene prácticas en el periódico y Thomas tiene entrenamiento de fútbol y luego de volley asique decido ir a Rose.

Pongo mi playlist y manejo sin prisa hasta la tienda de mi abuela. Estaciono enfrente, pero decido entrar a las tiendas de al lado.

Paseo entre los percheros repletos de ropa usada y vieja, tomo algunas prendas al azar que me gustan y voy a la caja.

-Hola- le sonrío a la cajera amablemente.

-Hola- saluda con mucho entusiasmo- tenemos descuento en las prendas de aquel perchero por si quieres ver- muestra su dentadura perfecta enmarcada por sus labios pintados de rojo.

Le agradezco y voy hacia el perchero. Revuelvo las prendas hasta que encuentro un hermoso vestido largo de verano color crema con pequeñas y delicadas flores rosas, con hombros descubiertos y un tajo en la pierna izquierda. Me encanta, es tan clásico pero moderno a la vez. Decido probármelo.

Entro en el pequeño probador y me lo pongo. La suave tela acaricia mi piel y al mirar mi reflejo sonrío. Me queda perfecto, se ajusta a mi pecho y cintura perfectamente, para evitar que el escote se caiga. Me encanta la delicada forma en la que las mangas caen en mis brazos dejando los hombros descubiertos. Me decido por llevarlo. Pago y voy a Rose.

Luego de estar unas cuantas horas frente a la máquina de coser al fin termino mi tarea. He estado modificando las prendas que compré para luego venderlas. Termino de colocarles los apliques a la vieja campera de jean azul oscuro de hombre, y la inspecciono. En la espalda le coloqué un enorme bordado que le había quitado a una remera, con el dibujo del sol ocultándose detrás de un bosque; en la parte delantera tiene un bolsillo, al cual le apliqué una cadena; desgaste solo un poco el ruedo y le apliqué un símbolo militar en la manga derecha. Me siento orgullosa de mi creación.

Mientras estoy controlando que no haya nada para arreglar en la prenda un golpe en la puerta me distrae. Frunzo el ceño y camino hacia la puerta, nadie nunca viene aquí. La dentadura perfecta de Thomas me recibe.

-¿Thomas? ¿Que haces aquí?- le sonrío confundida. Esta todo transpirado por lo que supongo que acaba de salir de su entrenamiento.

-No te encontré en tu casa asique supuse que estarías aquí- se encoge de hombros y me corro de la puerta para que entre- entonces... ¿qué estuviste haciendo toda la tarde?

-Cosiendo- respondo indiferente y voy hasta donde esta la maquina de coser para apagarla.

-¿Hasta estas horas?- pregunta asombrado. Miro confundida el reloj de pared y abro mis ojos como platos. Son las 9 pm y debería haber llegado a casa a las 8.

-Mi madre va a matarme- comienzo a moverme deprisa- ten guarda esto en la bolsa junto a ti- le lanzo la campera de jean y comienzo a guardar todos mis libros y cuadernos en mi mochila.

-¿Esto hiciste tu?- pregunta con algo de admiración en su voz.

-Solo lo modifiqué- respondo distraída.

-Esta increíble- lo miro y esta examinando encantado la campera.

-Gracias- le sonrío.

-¿Me la puedo quedar?- me mira y hace pucheros. Me río.

-No a menos que tengas 20 dólares- me paro frente a el con las manos en mis caderas.

-Vamos soy tu mejor amigo- se queja.

-Si pero eso no me va a ayudar a pagar el combustible de mi Jeep- me cruzo de brazos.

-Bien ¿Que tal diez?

-Quince- digo luego de pensarlo.

-Esta bien trato- me estrecha la mano y saca 15 dólares de su bolsillo. Le sonrío satisfecha y el se pone la campera. Le queda perfecta, y me encanta verlo con algo que yo hice. O bueno... modifiqué.

Salgo de mi ensimismamiento, lo tomo del brazo y agarro mi mochila con la bolsa de ropa.

-¡Vamos! O mi madre va a matarme- digo apagando las luces. Salimos afuera y cierro con llave la tienda.

-Espera espera- me da la vuelta. Acerca su brazo a mi y mi corazón comienza a latir mas rápido. Lo miro confundida- aún tienes el centímetro- lo saca de mi cuello riendo y salgo de mi aturdimiento.

-Gracias- río nerviosa.

-Oh no me dijiste si viniste por alguna razón- digo de repente. Solo dijo que no me encontró en casa pero no me dijo la razón por la que me estaba buscando a las 9 de la noche.

-No... no es nada- dice mirando hacia abajo y luego subiendo su mirada hacia mi. No parece muy convencido y lo miro inquisitiva- emm... solo quería saber si me podías llevar a la librería esa de la que siempre hablan Molly y tú- agrega rápidamente.

-Si por supuesto- respondo animada- si quieres mañana vamos.

-Umm mañana tengo entrenamiento de basquetbol, ¿el miércoles?

-Tengo entrenamiento de volley- hago una mueca.

-Pues el jueves será- dice sonriendo y le devuelvo el gesto.

Luego de que nos despedimos subimos a nuestros autos y nos vamos a nuestras casas.

...
Abro la puerta de casa y ni bien la cierro escucho el grito de mi madre.

-¡Amanda ¿donde has estado?!- viene hasta mi con el pelo mojado y el ceño fruncido. Acaba de salir de bañarse. Y que me diga Amanda no es buena señal.

-Lo siento mamá estaba en la tienda- le digo mostrándole la bolsa de ropa.

-Aun así no puedes llegar a esta hora, tienes que avisar. Estábamos muy preocupados Amy- su tono y su ceño se suavizan.

-Lo siento mamá se me pasó la hora, por suerte Thomas fue hasta allí.

-Bien pero que no vuelva a suceder- me apunta con el dedo.

-Si señor- hago gesto militar y le sonrío, ella también lo hace y me da un abrazo que correspondo con gusto- oh mira me compré un vestido- le cuento luego de que nos separamos.

-¡Es hermoso! Me encanta y seguro luce increíble en ti. ¿Quieres mostrarme?- dice con emoción y ternura en su mirada.

Luego de mostrarle el vestido a mamá y que me bañara en cumplidos haciendo que me sonrojara, me doy un baño enserio.

Me acuesto en la cama con el pijama y decido llamar a Molly. Responde al tercer tono.

-Hola desconocida- sonrío aunque ella no pueda verme.

-¡Amy! ¡Hola!- responde emocionada.

-¿Como estás? ¿Como estuvo el primer día?

-Increíble, conocí a un montón de chicas nuevas y los profesores son tan sabios- dice felizmente- aquí todos tienen tanto talento- noto algo de preocupación en su voz, esta intimidada y se que ella es muy insegura de sus habilidades.

-Al igual que tu, tu mereces mas que nada estar ahi- la tranquilizo porque se que necesita oírlo- solo espero que no me cambies por alguna de esas rubias bailarinas egocéntricas- digo con desdén y ella se ríe a través de la línea.

Hablamos un rato más sobre el curso, se están quedando en la academia donde son las clases y deben compartir habitación con chicas de otros institutos de ballet. Ella duerme con una chica llamada Stefanie que al parecer si es una de esas bailarinas rubias egocéntricas. Río ante su imitación de la chica. Le cuento sobre mi día y luego de que promete llamarme mañana corta la comunicación.

Dejo mi teléfono en la mesita de luz y me quedo dormida al instante.

Don't break the promise (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora