Capitulo 46

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-Me siento mal por Annie- digo mientras caminamos hacia la salida con las manos entrelazadas. Thomas me mira esperando que diga algo mas- ademas de lo de su padre, no se... nosotros dos juntos...- digo sin mirarlo.

-Lo se, lo de su padre es horrible, pero con respecto a nosotros, si yo siguiera estando con ella seria injusto porque ya no era lo mismo, yo ya no sentía lo mismo por ella- dice mirándome de esa forma tan profunda que tiene, lo miro a los ojos y asiento porque no se que mas decir.

Pedimos otro taxi al apartamento y el viaje transcurre en silencio. Ambos estamos enfrascados en nuestros pensamientos. Pensé que Annie querría hablar con Thomas al menos, pero no lo hizo. Supongo que no era el mejor momento.

Cuando llegamos al apartamento nos cambiamos y nos ponemos ropa cómoda. Decidimos pedir comida ya que son las dos de la tarde y no hemos comido nada. Nos sentamos en el sillón a esperar el delivery mirando televisión, encontramos una de las películas de Harry Potter. Ambos leímos todos los libros hace varios años. Apoyo mi cabeza en el hombro de Thomas y el me da un beso en la cabeza, no esperaba ese gesto, y hace que mi corazón se derrita.

Cuando nuestra comida llega nos sentamos a la mesa que tiene la cocina. Pedimos hamburguesas con unas papas. Thomas intenta quitarme una papa pero le pego en la mano y él ríe. Creo que ya nos recuperamos del velorio.

-Mis amigos quieren conocerte- dice luego de darle un bocado a su hamburguesa. Lo miro con las cejas levantadas, nunca me había hablado de ellos, y siento curiosidad- esta tarde nos invitaron a un café al que siempre íbamos.

-Bueno supongo que podemos ir- digo. Se que me voy a arrepentir de esto luego pero igual acepto. Sonríe feliz. Es una sonrisa encantadora- espero que sean mas divertidos que tú- digo para molestarlo y lo logro.

-¿Que acabas de decir?- dice con diversión brillando en sus ojos- yo soy muy divertido- levanta las cejas y me tira una papa frita. Yo le tiro otra y comenzamos una guerra de papas fritas.

-Que desperdicio de comida- comento cuando se nos acaban las papas mirando al piso, donde están todas las que nos hemos tirado. Thomas se ríe, es un sonido melodioso y que me hace sonreír.

Por la tarde, después de pegarme una ducha por la grasa de la guerra de papas fritas y dormir un rato. Me cambio para ir a reunirnos con los amigos de Thomas. Me decido por unos jeans celestes algo rotos y una remera gris con una frase en letras blancas, con mis Vans por supuesto. Salgo de la habitación y me encuentro a Thomas frunciendo el ceño a su teléfono.

-¿Todo bien?- pregunto tomándolo por sorpresa, pero enseguida se recompone.

-Umm... si- dice guardándose el celular en el bolsillo del pantalón. Aun tengo el presentimiento de que algo anda mal pero no le doy importancia- ¿estas lista?- pregunta con una sonrisa y yo asiento.

Salimos del edificio y tomamos un taxi que nos lleva hasta un pequeño café en una calle muy transitada.

-Esto de tomar taxis me esta por dejar en banca rota- refunfuño cuando bajamos del vehículo y caminamos hasta la entrada del lugar. Thomas ríe.

-Bien a la vuelta tomaremos el autobús- me mira sonriente y me da un beso en la sien antes de abrir la puerta y entrar en el café. El lugar es muy acogedor, se siente el olor a café al instante en el que entras, la luz del sol entra por los ventanales iluminando las mesas y sillas de madera adornadas con pequeñas plantas como centro de mesa. Es moderno pero a la vez pintoresco y hogareño. En un rincón hay un grupo de cuatro chicos muy guapos—tres rubios y un morocho—que charlan animadamente. Cuando nos ven llegar hacen señas para que nos acerquemos. Comienzo a ponerme nerviosa e intento ponerme detrás de Thomas, pero este me agarra de la mano, lo que me transmite un sentimiento de calidez y confianza. Es increíble lo que un pequeño gesto puede significar.

-Hola chicos- saluda Thomas alegremente cuando llegamos al lado de la mesa, se nota lo feliz que esta al volver a ver a sus amigos. Todos intercambian abrazos y saludos amistosos y cuando se vuelven a sentar centran su atención en mi- ella es Amy- Thomas me mira con una gran sonrisa y sus ojos chispeantes, pasa una mano por mi cintura y me acerca a el.

-Hola- saludo algo nerviosa pero de forma alegre.

-Mucho gusto Amy- dice el morocho. Todos me saludan de forma amistosa y amable. Mis nervios se disipan un poco pero siguen ahi.

Los chicos nos hacen lugar en la mesa y Thomas me los presenta. El morocho que me saludó primero se llama Nathan y los rubios son Anthony, Greg y Nate.

Pedimos unos cafes y algo para comer y comenzamos a hablar. Los chicos me cuentan como conocieron a Thomas y que ya habían oido hablar mucho de mí. Son muy amigables y graciosos. A medida que la conversación avanza todo mi nerviosismo y vergüenza desaparecen y me encuentro riendo a carcajadas con los amigos de Thomas. Me cuentan anécdotas de la primera borrachera de Thomas y de cómo lo espiaron en su primera cita. Yo los pongo al día de todas las cosas bobas que hizo Thomas desde que volvió a Fresno y ellos ríen a carcajadas. De vez en cuando miro a Thomas y a pesar de lo colorado que esta porque lo estamos avergonzando— lo cual se le ve muy tierno— puedo notar que me mira con una pequeña sonrisa y ojos brillantes, esta feliz de que sus amigos y yo nos llevemos bien.

-Oye Thomas, creo que Amy me cae mejor que tu- dice Greg divertido y yo me río, le saco la lengua a Thomas y el me devuelve el gesto luego de entornar los ojos hacia su amigo.

-Bueno ya, ya, que se quieren robar a mi novia- dice Thomas pasando su brazo por mis hombros. Mi corazón da un vuelco, y al parecer el también se da cuenta de lo que dijo porque me mira sorprendido y preocupado a la vez. Le sonrío y cierro la distancia dandole un pequeño beso en la comisura de los labios, lo que parece tranquilizarlo porque sonríe el también. Entonces por eso es que no quería decir que somos novios, porque cree que yo no quiero.

-Bien, bien tortolitos ya basta que me van a dar arcadas- protesta Greg, este chico me hace acordar mucho a Molly. Me río y recuesto mi cabeza sobre el hombro de Thomas, quien aún tiene su brazo sobre mis hombros.

Luego de un rato ya se hace tarde así que intercambio números de teléfono con los chicos y volvemos al departamento.

———
Bueno Thomas por fin dijo que es su novia 😉

Don't break the promise (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora