Capitulo 4

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Cuando llegamos a mi casa aparco el Jeep y bajamos. Abro la puerta y entramos.

-¡Mama! ¡Susan! ¡Thomas esta aquí!- tiro mi mochila al lado de la puerta y dejo mis llaves en la mesita del recibidor. Dentro se siente olor a comida, mamá esta preparando la cena.

Thomas me sigue hasta la cocina y cuando cruzamos la puerta mi madre se da vuelta. Una gran sonrisa se hace presente en su rostro y se dirige hacia nosotros con los brazos abiertos, bueno en realidad hacia Thomas.

-¡Mi niño! Has crecido tanto- dice mientras lo aprieta en un abrazo, luego se separa y lo examina- estas muy guapo- dice y le guiña un ojo, luego me mira a mi- ¿No es así Amy?- su mirada es traviesa al igual que su sonrisa. Ruedo los ojos.

-Si claro, debería entrar a un concurso de belleza- miro sarcástica a Thomas, quien rueda los ojos hacia mi y me río. La verdad es que esta bastante guapo, mucho mas alto, musculoso y su rostro mas anguloso. Sin embargo nunca vi a mi amigo de esa forma y no puedo hacerlo.

-Mamá ¿has visto mi carpeta de....- Susan entra en la habitación y se detiene al ver al chico de pelo negro. Sonríe y se acerca para darle un abrazo- ¡Thomas! Que bueno verte otra vez, ¿te vas a quedar?

-Si, oficialmente estamos de vuelta- sonríe y se sienta en uno de los bancos altos de la mesada de la cocina que le señala mamá.

-Que bueno cariño, ¿y como están Loren y Arthur? ¿Y Lily?- pregunta mi madre.

-Mis padres están bien, gracias, Lily ya tiene seis años- sonríe tiernamente. Lily es su hermana pequeña, nunca tuve la oportunidad de conocerla ya que nació luego de que se mudaron a Seattle, pero si vi fotos que Thomas me mandaba o subía a Instagram. Es una hermosa niña con pelo castaño y ojos marrones, es muy parecida a su hermano: su nariz ligeramente puntiaguda, sus pobladas cejas y los hoyuelos que se le forman al sonreír.

-Que suerte, espero conocerla pronto- responde mi madre.

-Mamá ¿por qué hiciste tanta comida?- pregunto inspeccionando los platos que hay encima de la mesada, hizo lasaña, pollo relleno, y dos tipos de flan.

-Oh pues pensé que Thomas se querría quedar a cenar- lo mira al pobre chico que parece estar debatiendo la oferta.

-No lo creo mamá, seguramente todavía tiene mucho que desempacar...- comienzo a decir, pero Thomas me interrumpe.

-Me encantaría señora Rose- sonríe amable y un hoyuelo se marca en su mejilla. Mi madre le devuelve la sonrisa encantada.

-Perfecto, Fred llegará enseguida- dice emocionada y comienza a poner la mesa- oh y solo dime Lena- añade.

-Por supuesto- ríe el chico.

Le hago una seña a Thomas con la cabeza para que salgamos de la cocina. Me sigue por el pasillo hasta mi habitación. Entramos y el se sienta en mi cama inspeccionando todo.

-Esta diferente a la ultima vez que entré- comenta sonriente.

-Eso es porque antes las paredes eran rosa y había barbies por todos lados- me río. Ahora todo es de colores claros, las paredes son color crema al igual que la colcha y los almohadones son una mezcla de marrones claros, blancos y con frases escritas en negro. La pared frente a la cama de una plaza y media esta cubierta por una estantería llena de libros, y posters y dibujos de Harry Potter. Arriba de la cama tengo algunas luces de navidad colgadas junto con un mural de fotos con Molly y ahora la foto que Val sacó ayer.

-Bueno la verdad me gusta mas ahora- ríe y se pone a ver los títulos de los libros que están en mi librero. Entonces me doy cuenta que aún estoy con el uniforme.

-Thomas, no quiero echarte pero tengo que cambiarme- señalo mi uniforme y el me recorre con la mirada.

-No recuerdo que antes hubiera problema- sonríe de lado, refiriéndose a cuando éramos niños. Se que solo me esta molestando asique ruedo los ojos hacia él.

-Bien bien- dice levantando sus brazos en el aire soltando una carcajada y luego sale de la habitación.

Me pongo unos jeans flojos a los tobillos con una remera mangas cortas negra lisa, la cual meto dentro del pantalón y por supuesto no pueden faltar mis vans. Me miro al espejo y noto mis mejillas sonrosadas, aunque no le doy mucha importancia.

Abro la puerta de mi habitación y veo a Thomas recostado sobre la pared. Le digo que ya puede entrar y cierra la puerta detrás de él. Nos sentamos en la cama y empezamos a hablar.

-¿Me puedes prestar ese libro titulado Silber?- señala un libro frente a nosotros- parece interesante.

-Claro, pero debes cuidarlo como si tu vida dependiera de ello- lo miro seria- soy muy sobreprotectora con mis libros-
Thomas se ríe y levanta la mano como un juramento.

-Lo prometo- dice conteniendo la risa. Me hizo acordar a nuestra promesa... Me quedo pensativa por un momento hasta que mi amigo pasa su mano frente a mis ojos.

-Amy...- lo miro saliendo de mi trance- ¿en que pensabas?- pregunta curioso.

-En nada- le sonrío- entonces... ¿como van las cosas con Annie?- el pelinegro sonríe.

-Muy bien, es una muy buena chica.

-Eso parece- le devuelvo la sonrisa- ¿y que piensa de que te mudes aquí?

- Estuvo triste al principio, pero entendió y acordamos que nos vamos a ver cuando tengamos algún tiempo- dice trazando círculos en la colcha.

-Cuéntame de ella- me siento como indio. Recorre mi rostro detenidamente antes de contestar.

-Bueno... le gusta leer y las películas de acción, también pinta y le encantan los animales- sigue trazando círculos en la cama.

-Wow, parece la chica perfecta para ti- digo sonriendo, pero siento una punzada en mi pecho y todavia no logro descifrar por qué es.

-Se llevarían muy bien si se conocieran- comenta y aunque parece una chica agradable siento un ligero rechazo hacia ella sin razón. Asique solo le sonrío y asiento con la cabeza.

Alguien llama a la puerta y le grito que pase. Molly entra en la habitación con su pelo recogido en un moño tirante y un bolso. Al parecer acaba de terminar su clase de ballet.

-Hola- la saludo alegre y se acerca para darme un beso en la mejilla.

-Hola chicos- deja el bolso en el piso y se tira sobre la cama a nuestros pies. Luego de unos segundos se incorpora sobre los codos y nos mira.

-Acabo de terminar mi clase de ballet y pensé en venir un rato- sonríe.

-Claro, si quieres te puedes quedar a comer- la invito.

-No lo se... no me quiero aprovechar.

-Por favor- le suplico con mis manos juntas frente a mi pecho- Thomas también se queda asique no te estarías aprovechando- ella duda y agrego- ademas no quiero enfrentarme sola a las insinuaciones de papa sobre que Thomas y yo vamos a terminar juntos.

-Hey yo también estoy aquí- se queja el chico de ojos avellana y yo lo miro.

-Si pero tu también eres la víctima- digo y Molly se ríe.

-Esta bien- acepta.

Mi madre entra en la habitación y luego de sugerirle a Molly que se quede ella también vamos hacia el comedor a cenar.

Don't break the promise (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora