El martes es día de ir con pijama así que Val, Molly, Thomas y también Dean decidimos ir con nuestros pijamas de navidad como una broma.
La mañana pasa normal, aunque todos tengamos nuestros pijamas puestos las clases continúan.
En el almuerzo estoy sentada con Molly y Val en nuestra mesa de siempre.Estamos hablando de nuestro disfraz de mañana cuando alguien tapa mis ojos y pregunta quien es con una voz forzada. Intento rodar los ojos pero no puedo.
-Supongo que el chico vestido con un pijama del grinch con el que salgo- digo sarcástica- Thomas estas cursilerías no son para mí- digo divertida y levantando una ceja cuando las manos salen de mis ojos. Siento un beso en mi mejilla y Thomas se sienta con una sonrisa a mi lado.
-A mi no me engañas, se que te encantan esas cosas- me molesta, ruedo los ojos.
Después del almuerzo Thomas y yo tenemos una hora libre, por lo que vamos al patio. Aún no me ha preguntado si quiero ir al baile con él, claro que quiero ir con el y no hace falta que haga uno de esos carteles cursis, pero si soy sincera me encantaría que pensara en un gesto tan lindo como eso.
-¿Como alguien puede decir que la película es mejor que el libro?- se queja indignado de lo que dijo su profesora de inglés.
-Si lo se- me río. Nos sentamos en un banco y comenzamos a jugar a adivinar la película que el otro imita—lo se somos unos niños—.
-Umm... High School Musical- digo mientras Thomas simula cantar, niega con la cabeza- Hanna Montana- exclamo. Frunce el ceño.
-Hanna Montana no es una película- dice.
-Si la hay, que tu no seas lo demasiado culto para conocerla no es mi culpa- digo cruzándome de brazos y el rueda los ojos con una sonrisa.
-Bueno no- vuelve a hacer gestos, pero su celular suena. Me hace una seña de que espere y cuando ve la pantalla del teléfono su expresión cambia completamente, una ráfaga de tristeza y confusión cruza sus hermosos ojos, lo que me dice que algo no esta bien. No se por qué pero ya se quien es antes de que diga su nombre. Me mira de forma rápida y atiende.
-¿Annie?- dice con confusión. Mi corazón se estruje en el pecho y el monstruo de los celos aparece otra vez. Miro hacia abajo- ¿que tienes?- pregunta Thomas preocupado, su rostro se contrae afligido- si, umm... gracias por llamar, lo lamento mucho, estaremos allá- cuando esas palabras salen de su boca todas mis inseguridades aparecen. ¿Por qué con un solo llamado lo tiene a su disposición? Thomas dijo que no volverían, ¿se habrán estado hablando sin que yo lo sepa? ¿Y por qué dijo lo siento mucho? Ugh, estupidos celos.
El chico frente a mi corta la llamada y me mira, me encuentro con sus ojos avellana preocupados, mantengo una expresión fría.
-¿Irás a Seattle?- pregunto luego de unos segundos de silencio. El asiente despacio. Algo en mí se rompe, no se por qué Annie lo llamó pero seguro quiere recomponer las cosas porque se arrepintió. Entiendo que hace poco terminaron y seguro Thomas la sigue queriendo, pero si la quiere a ella ¿por qué está conmigo?
-Esto fue un error- digo mas para mi misma, me levanto y me doy vuelta dandole la espalda a Thomas. Un nudo comienza a formarse en mi garganta, estoy muy confundida. Intento alejarme de allí pero no hago ni dos pasos que Thomas me detiene y me da la vuelta para que lo mire. Sus ojos demuestran confusión y tiene el ceño fruncido.
-Espera, Amy ¿que... que tienes?- pregunta inspeccionando mi rostro. Miro hacia abajo.
-Esto fue un error, lo sabia, sabía que era muy pronto y que aún querías a Annie- digo e intento no llorar mirando a todos lados menos a Thomas.
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Don't break the promise (COMPLETA)
Ficção Adolescente-Lo prometimos- exclamo exasperada por no saber que debo hacer y por no entender la maraña de emociones que siento en este momento. -¡Eramos solo niños! Algunas promesas deben romperse- sus hermosos ojos avellana me miran desesperados y cargados de...