Salí de mi casa después de haber pasado horas sufriendo para escribir algo que realmente valiera la pena. Desde que me había escapado de mi casa hace unos años, estaba solo en la vida. No había hecho ni un amigo en Las Vegas, pues las personas allí eran demasiado superficiales. Sin embargo, para la comida me sobraba el entusiasmo: Entré a un bar esperando comprar un café con el poco dinero que me quedaba. Al ver a una chica discutiendo con un hombre que parecía tener bastantes, abrí los ojos tan bruscamente como el ano cuando te estás cagando encima y encontrás un baño justo a tiempo. Era linda y parecía sumamente lunática (como yo); así que me acerqué unos pasos dispuesto a escuchar lo que estaba pasando.
-¡Si no serás hija de puta! ¡Me manipulaste con tus poderes de bruja para quedarte con mi dinero!
-¡No! -Le respondió- ¡Vos lo apostaste, ESTÚPIDO DE MIERDA!
(Al parecer tenía razón con el que estaba medio loca... lo que me daba incluso más interés por conocerla....) Él se dio la vuelta enojado y comenzó a patear el piso. Acto seguido, caminó hasta la puerta y salió cerrándola con fuerza. Ella fue hacia la barra a pedirse un trago, y con su cuerpo "tallado" se ganó todas las miradas (pello marrón, ojos marrones, más bien baja; y una mirada perdida que derrochaba sufrimiento... Y tenía un lindo CULO -y con forma de durazno- . Aunque en el fondo también me parecía muy hermosa....). Mientras que yo -por mi parte- me adelanté llamando al barman... y tal vez la atención de todos los presentes por efecto...
-¡Una cerveza alemana y lo que desee la chica a mi lado!
Todos me miraron con pena. Algo a lo que si bien ya estaba acostumbrado, no terminaba de entender.
-¿Me podés explicar qué fue eso? -pregunté confundido.
-¡No te incumbe! -Respondió mirando hacia el otro lado- ¡Quiero el vodka más fuerte que tenga por favor!
El laburante se alejó y hubo un silencio raro. Ella no quería ni mirarme (al parecer no era tan lunática como yo había argüido). Y a pesar de que eso ya me había pasado varias veces en mi tonta vida: esta era mucho más interesante. Noté como una lágrima caía por su mejilla esperando ver kilos de maquillaje -es decir, kilos de maquillaje deshaciéndose de repente-. Pero no sucedió, pues se la sacó con fuerza lastimándose el ojo izquierdo.
-Llorar hace bien... -cité a alguien que no va al caso.
-¡No estoy llorando! ¡Ahora dejame sola!
-¡Mujeres! ¡Nadie las puede entend... -La chica me interrumpió besándome de la nada. Yo le seguí el juego y nos separamos luego de unos segundos.
-¿Salimos de esta pocilga así vamos a un buen lugar?
Yo solo pude asentir con la cabeza estupefacto. La chica se separó de mi bien bruscamente.
-¡Genial! -Exclamó de mejor humor. De hecho, parecía que estaba feliz. -¿Tenés auto? -agregó entusiasmada. Se dio la vuelta cuando el barman nos fulminó con la mirada:
-¡Tal vez soy medio estúpida bro...! ¡Y lo sé....! ¡Pero no lo suficiente cómo para dejar que un mejicano me estafe cobrándome cinco dólares por un trago que vale menos de dos!
Pensé en decirle algo muy sorprendido por su respuesta. Aunque ella me tomó del brazo con una fuerza fenomenal; acto seguido, me arrastró afuera pasándose mi voluntad por los ovarios.
-Ahora entiendo a los perros... -musité divertido.
Cuando ya estábamos afuera y me había soltado, sacó un cigarrillo y lo encendió para luego darme uno; pero negué con la cabeza. El rostro de la chica se enrojeció cuando hizo una mueca de enojada... Así pues, le pregunté quién era y qué quería de mí.
-¿Sos rico? -cuestionó con los dedos cruzados esperando que le dijera que sí.
-Sendo honesto lamento mucho el decirte que no. Pero si me ibas a chupar la PIJA puedo darte mi auto como agradecimiento.... Supongo que la próxima vez voy a pensar dos veces antes de meterme con un chica como vos...
-¡¿A qué te referís?! ¡¿Y no te da intriga mi historia?!
Negué con la cabeza. Sin embargo respondí: -¡Juro por Dios que antes escuché un "no te incumbe"! -Se rió por lo bajo, aunque fuera alguien triste; sus cachetes se tornaron de una tonalidad rojiza...: ¡era una mujer hermosa, y elevada, y -por ende- sensible.......!- ¡Ya no sé ni lo que digo; se supone que estoy roto! Ella se puso a observarme como si estuviera observando mis "fuerzas" -o energías-. Por mi parte, yo quería irme de una vez a mi casa... Aunque ninguna de mis piernas me lo posibilitaba lastimosamente.... Ella abrió la boca como si supiera la respuesta en clase de Matemáticas. Acto seguido, exclamó LOCA y orgullosa de si misma: -¿Sos escritor, no? Yo no sabía qué responderle. -¿Sos vidente, no? -respondí y agregué con intriga genuina- ¿Sos actriz? -dije por su cuerpo pero negó con la cabeza- ¡Ya sé: sos jugadora de póker de élite! Hizo otra mueca y se deshizo del cigarro de su mano: -Sí, podría decirse... ¡Pues yo vivo del casino! -¡¿En serio?!- asintió con la cabeza fervorosa- ¡No sé cómo adivinaste que Hank era un escritor...! No obstante eso no es lo que me preocupa de verdad: ¿Por qué te pusiste a llorar y me besaste; si ahora de repente vos estás de buen humor? -¡Supongo que soy bipolar porque eso siempre me lo dicen! -espetó avergonzada cuando le di una "miradita"- ¡Salía con un escritor cuando tenía dieciséis y los conozco! Abrí los ojos ya que ella parecía de esa edad. -Tengo veinticinco... -Le dio una pitada al cigarrillo- Ahora me voy señor Hank. Muchísimo gusto... Pero ya se hizo tarde y no me quiero resfriar....... Miré al cielo y la luna ya no se podía ver: allí arriba estaba repleto de ozono y de nubes... Pero sí, había salido a las dos de la mañana; así que -claramente- no era temprano. -Ahora tengo que arreglar unos asuntos Hankito... Si te copa, algún día podés venir al casino y seguimos hablando, ¿okey? -Hice una mueca disconforme cuando se alejó unos pasos- Por cierto Hankito, me llamo Ella Hart... La vi alejándose rápidamente y me di cuenta de que me había olvidado de algo. -¡¿Por qué no maquillaje?! -grité cuando ya estaba a una cuadra de distancia. -¡En las Vegas hay un montón de casinos! -pensé- ¡¿Ahora cómo se supone que la voy a encontrar?! (...) Llamé a una editorial de segunda para ver si aceptaban mi último libro (o se enojaban porque les parecía una CONCHA PELUDA). No tengo nada en contra de estas, es una forma de decir... Pues como era de esperarse, me mandaron al CARAJO. Por lo que decidí hacerle caso a la chica e ir al casino: ¿tendría suerte con tres mil dólares y un CONDÓN sabor piña?! -¡Yo me siento deplorable! -me dije a mí mismo. Volví al bar y grité llamando la atención de todos para que alguien me dijera dónde podía encontrarla. Acto seguido, un chico negro se acercó hacia mí: -Pues en Paradise siempre juega al póker la doncella... -sonreí al darme cuenta de que estaba enamorado- ¡Aunque está preso su hermano! -trató de advertirme. Caminé hasta afuera y le grité a un taxista pa'que frenara su auto. Luego me subí y zarpamos hacia los Slots; es decir, a perder la guita como PENDEJO.
ESTÁS LEYENDO
Un roto de los nefastos
Teen FictionElla Hart es una simple mujer que subsiste con los juegos de Casino en Las Vegas, Hank Carson es un pobre escritor que decide mudarse a la gran ciudad, Pheonix es una pelirroja muy atractiva que cree no tener futuro y se siente una inutil. Los tres...