Un roto de los nefastos

Capítulo 49

Ambos pordioseros me miraron divertidos. Bufé furioso para luego alejarme de esos NEGROS DE MIERDA y volver a la humilde posada de Ella.
La jugadora de póquer me preguntó dónde estaba la rubia y le respondí que se había ido a comprar un par de telas. De todos modos, yo me iría antes de que se diera cuenta de que era mentira. Por consiguiente, iba a poder seguir usando mi SALCHICHOTA. Pues –al menos en ese preciso momento- no me la cortaría.
Ralph me preguntó cuál era mi obra favorita de Federico García Lorca dejándome mudo. Por ende, Phoenix me movió los labios: "La casa de Bernarda Alba" y lo exclamé con mucha seguridad; no obstante, quedaba clarísimo que en algún momento la verdad terminaría saliendo a la luz. Aunque lo más extraño de todo era que la pelirroja supiera de teatro. No es por ser un TREMENDO HIJO DE PUTA ni nada por el estilo; pero si bien me parecía una chica interesante y todo lo que fuera, no era lo suficientemente elevada cómo para saber sobre tal arte grandiosa.
Así que me acerqué a su lado y le pregunté por qué DEMONIOS me había dado esa respuesta. Su contestación fue incluso más peculiar que ella por sí misma, al parecer a él le gustaba contarle sus pasiones y por ende le platicaba acerca de sus dramaturgos favoritos. Acto seguido, le musité en la oreja "¿Cómo se sienten los multiorgasmos?" obteniendo un "extraordinariamente delicioso" cómo respuesta. Me gustaba mucho verla feliz, radiante y entusiasmada. Ser padre no era tan malo después de todo -o por lo menos no hacía falta levantarle la voz ni cagarla a trompadas-.
Llegó la hora de partir cuando pronuncíe inconscientemente.
–Espero que no me termine matando más tarde... aunque incluso peor sería tener una violenta discusión con Naomi.
Salí de la choza mucho menos pensativo. Pues me sentía particularmente renovado. Casi como después de hablar con mi profesora de "Problemas Socioculturales" hasta ponerme a llorar con ímpetu –o COJÉRMELA POR DETRÁS, obviamente-.
Los vagabundos fruncieron el ceño confundidos; pero a mí no me importaba un CARAJO lo que pensaran esos inadaptados. Por consiguiente, les pedí un cigarrillo y lo fumé hasta que se me secó la garganta. Luego, les agradecí y los saludé y me dirigí hacia el bar de Putín dispuesto a lidiar con lo que fuera que el negocio de mi amigo estuviera atravesando.
Si bien odiaba a mi padre con lo profundo de mi "aura azul"... era consciente de que tenía suerte de me hubiera tocado uno el cual supiera tanto de negocios y economía y todas esas MAMADAS...
En el bar solo había una mujer que me resultó familiar. Me acerqué disimuladamente para no llamar su atención mientras la observaba de reojo... esto tenía que ser una MALDITA BROMA...
-¡¿Hank?! –Exclamó una voz sumamente dulce.
-¡Tanto tiempo sin verte Ingrid! –Respondí simulando un peculiar entusiasmo- ¿Qué hacés vos en una ciudad llena de fracasados?
-No sé si fue una especie extraña de "acto fallido" o algo así... pero me parece que el "vos" está de más... -La miré apacible- Respondiendo a tu pregunta... -Musitó- Me parece que diciéndolo se estaría insultando a usted mismo señor Carson.
–Es curioso porque lo das a entender como algo ajeno cuando en realidad estás más que acostumbrada.
-Si mal no recuerdo hace un par de años que no nos vemos... -Me mordí la lengua- Por consiguiente, considero como algo lógico al hecho de que no recuerde tal denominación.
–Sí... -Me crucé de brazos mientras me mordía el labio inferior con bronca- Es interesante porque yo no me olvidé de ninguna de tus características ni de tus extravagantes manías... Por ejemplo, me acuerdo una vez que te mordiste la uña tan fuerte que casi te la sacás de repente. Era un día frío y el sol no se terminaba de hacer presente. Maxi nos iba a comprar empandas y vos te pediste dos de jamón y queso y tres de "brócoli al champiñón". Vimos una película de Harry Potter y te pusiste a llorar en la escena donde Bellatrix tortura a Hermione. Teníamos un examen de "Sociología Aplicada" el martes siguiente en el que te sacaste un tres porque no entendías los "Modelos teóricos del análisis de las organizaciones"... si mal no recuerdo fue un once de septiembre.
–Es impresionante cómo te acordás de tantos detalles; no obstante, ya te dejé claro que sos demasiado inmaduro para mí Hank... ¡Y no hay absolutamente nada que puedas hacer para cambiarlo! -Agregó sumamente seria.
-¿Acaso interrumpo algo? –Escuchamos una voz desde atrás.
-¡Tenemos un asunto importante por resolver, andate! –Cité a la jugadora de póquer- Perdón por gritarte rusito de mi corazón... ¿Serías tan amable de traerme un vodka de la más alta graduación que tengas?
-Vino un empresario y me dijo que te diera esto... -Musitó mientras le miraba las NALGAS a mi amiga- ¿No te parece que deberías dejar de molestarla y continuar con tu vida? –Preguntó para luego entregarme un papel adornado.
-¡¿No te parece que deberías ocuparte de tus propios asuntos?! –Respondí de mala manera- ¡Ahora tráeme mi PUTO VODKA antes de que te dé un violento fustazo en el Monte de Venus!
-Yo que vos le haría caso... -la observamos definitivamente atónitos- ¿En este mundo las cosas se resuelven hablando, no?
-O por lo menos se debería... -Completé su trabajo de "Teoría de la comunicación".