Capítulo 27

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El lugar era algo así como un campamento de casas rodantes. Fuera de joda, no me gustaba escuchar balazos cada vez con más intensidad mientras nos acercábamos a una de las más lindas pero muy pequeña.
A Ella le costaba un poco abrir la puerta, yo me puse a pensar que tal vez la cerradura estaba hecha de un material de segunda y los mafiosos podían entrar a robarnos cuando se les antojara.
-¡Al fin!
Entramos de una PUTA VEZ. No tengo idea de cómo ni por qué, pero lo cierto es que censuré unos cuantos comentarios que no eran demasiado políticamente correctos. Aunque con mi expresión facial de desagrado era más que suficiente para darse cuenta de que no estaba en un hotel de seis estrellas en Dubái.
Pero a la petisa le importaba bastante poco mi opinión. Por lo que me mostró un colchón sucio en el piso y me dijo que sería mi "cama".
Todo estaba en su preciso lugar; lo que no me sorprendía teniendo en cuenta lo reducido del espacio, aunque sí me llamaba un poco atención que fuera más ordenada con sus cosas materiales que con sus sentimientos.
Vi como agarraba una hoja de un pilón y la apoyaba sobre un pedazo de madera que simulaba ser una mesa ratona cuando me di cuenta de que era muy organizada con sus acciones, pues sobre este había muchos planes cuyas palabras no llegué a distinguir. Evidentemente le gustaba tener el control de las situaciones.
Se puso de cuclillas porque al parecer no había sillas y me hizo una seña para que me sentara enfrente. Rodé los ojos suponiendo que me iba a explicar cómo hacer una obra exitosa, lo que era ridículo porque ni siquiera me había permitido escribir el guión la muy PAJERA.
-¿Alguna vez fuiste a ver... -La interrumpí.
-¿El Stand up cuenta como teatro, no?
-¡POR EL AMOR DE DIOS CARSON, TENÉS MENOS CULTURA QUE NEGRO VENDE PANCHOS!
En ese preciso momento quise agarrarle ambos DURAZNOS, uno con cada mano, y exprimirlos hasta que solo quedara pulpa. Pero hice un gran esfuerzo en controlarme. La vaquera se puso a llorar de la risa al ver mi cara de póquer. Aunque yo no le hice nada a pesar de que me sentía para el culo... luego debería descargar esa furia tan contenida como yo al no aniquilarle el suyo...
Generalmente me emborrachaba hasta perder el conocimiento. Algo que era súper práctico. La petisa frunció el ceño al notarme distraído, al parecer me había explayado su planteo por un par de minutos.
Yo solo recordaba una vez en la que había pensado asesinar a alguien. La persona en cuestión se llamaba Ingrid, y el impulso con el que había lidiado también podría resumirse en romperle el CULO en ambos sentidos. Deseaba a Ella con profunda lujuria; y si bien no me quedaba ninguna duda de que tarde o termprano todo se me iría de las manos... tenía intriga de ver hasta que punto lograría contenerme sin perder la cordura...
-¿Te estoy aburriendo un poco, no?
-¡Obvio! -Respondí aliviado- ¡Esa es la razón por la que prestarte atención me cuesta tanto, ESTÚPIDA!
-Si querés lo podés leer así me das tu opinión... -Se levantó de un salto- Voy a preparar un pollo al limón con puré de zanahoria y batatas caramelizadas... -Abrí los ojos de repente- Si lográs no ser tan insufrible mientas comemos, quizás te prepare un postre.
-No sabía que eras chef... -Respondí sorprendido.
-¡Ni que fuera para tanto! -Exclamó con una sonrisa de satisfacción en su rostro- Te agradecería mucho que no "despertaras al muerto"... -Abrí los ojos de repente- ¡Lo digo para evitar situaciones incómodas!
-¡LE HUBIERAS PAGADO A UNA AMIGA SIN TANTOS VIBRADORES PARA QUE ME LO DIJERA, LA RE PUTA MADRE QUE TE RE MIL PARIÓ!
-¡Hace más de nueve años desde la última vez que toqué uno! -Fruncí el ceño- ¡Y mi vieja era una excelente persona!
Entonces hubo un silencio incómodo. Era impresionante como me mandaba cagadas sin darme cuenta.
La jugadora de póquer se puso melancólica mientras yo me iba encogiendo cada vez más de hombros. Pero NO por haberme puesto en su lugar.
Así que se alejó sin la necesidad de interrumpir el silencio. Tampoco tenía sentido continuar la conversación, aunque tal vez para intensificar nuestro vínculo hubiera sido útil. Además, todos vamos a morir en algún momento... naturalmente o no tanto...
Recordé al ricachón que me alquilaba el departamento y me di cuenta de que muy probablemente no estaba conforme con mi respuesta a su mensaje (clavarle el visto). Así que le envié un audio aclarándole que había perdido el trabajo y que no tenía forma de pagarle (lo que no era completamente verídico, pero él no tenía la suficiente información como para darse cuenta). Su respuesta me dejó completamente atónito, quería saber si me habían pagado la indemnización correspondiente porque aparentemente "las reglas no estaban del todo claras" y podría "defender mis derechos" si lo necesitaba. Yo aborrecía rotundamente a los abogados... no me quedaba ni la más mínima duda de que merecían ir al INFIERNO...
-¡Sí! ¡No me vuelvas a hablar nunca más en tu vida! -Le mandé un mensaje de voz.
-¿Para qué empresa trabajabas? -Fue su respuesta.
Seguir la conversación con mentiras no tenía mucho sentido. Por ende, lo bloqueé para terminar de una forma fácil y sin darle demasiadas vueltas al asunto.
Noté que el olor proveniente de la "cocina" era exquisito y me acerqué para observar la delicadeza con la que Okis mezclaba los ingredientes y hacía muchas otras cosas relacionadas con la cocina de una forma precisa... siempre había soñado con tener una amiga así...

Un roto de los nefastosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora