Capítulo 44

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Salimos de la posada cuando Ella le pidió su auto a un narcotraficante. Este la observó con los ojos rojos –efecto de las líneas de cocaína- y se quedó balbuceando como el CHUPACALVAS de Diego Armando Maradona.
La jugadora de póquer le repitió la pregunta nerviosa. El hombre solo permaneció con la vista hacia adelante sin mover ni siquiera el músculo bulbocavernoso*. Por consiguiente, Okis se acercó a este y le quitó la llave del bolsillo. Luego, se dio la vuelta con mucho glamour mientras se movía el pelo para adelante eyectando cientos de filamentos de estrógeno directamente hacia mí.
Cada vez se sentía incluso más placentero que la anterior; no obstante, mis ojos seguían clavados en el tipo yacente. Cosa que obviamente era extraña ya que generalmente la suerte de danza de Ella me incitaba a analizar lo abstracto y a la vez súper expresivo tal cuadro de Picasso.
-¿En qué pensás? –Preguntó para luego dar un profundo suspiro.
–Nada... -Dejé de observar al vagabundo- ¿Vamos al auto?
Entonces, hizo algo simplemente maravilloso. Algo que se salía del libreto al que yo ya estaba acostumbrado. Me abrazó de costado y se acarició el mentón como si estuviera pensativa; su mirada reflejaba impasibilidad* y desilusión. Se volvió a tocar el pelo porque el viento se lo movía para adelante. Era hermosa. Muy hermosa. Definitivamente hermosa.
Pero lo mejor de todo era que me quería... y valoraba...
Luego, me dijo:
-¿En qué pensás Hanky?
Tardé un par de minutos en contestar.
–Yo sabía que la droga te quemaba las neuronas... ¡Pero nunca me lo imaginé como algo tan brusco!
-Eso solo es la punta del iceberg... -Musitó impertérrita.
Nadie dijo nada más. Solo subimos al auto dando por muerta a la conversación; no obstante, sentí un escalofrío en lo más profundo de mi ser.
Supongo que se sobreentiende que me refiero al alma; aunque tal vez tenía más que ver con el "aura azul" que al parecer Naomi había percibido en mí con sus poderes de bruja... o vidente pues es casi lo mismo...
-¿El mundo se asemeja bastante a un manicomio, no? –Cuestionó rompiendo el silencio.
–Prefiero no hablar de eso.
-¿Por qué? -La miré afligido- De todos modos ya estamos rotos por dentro... no nos queda nada que perder.
–Cuando era niño tenía cientos de expectativas del futuro. Luego, empecé a sufrir y pensé que ya no había sentido alguno en vivir. Al cumplir dieciséis todo cambió; en ese momento me di cuenta de que en realidad nunca iba a encajar en el mundo por más que me esforzara... ya no quedaba ni una pizca de locura en mí; no obstante, tampoco me sobraba racionalidad... Pues la vida adulta; también conocida como "vida real", parecía infeliz; y yo sabía muy bien que solo quería beber una cerveza fría y escribir algo, para luego cascármela con furia e ir a dormir una y otra vez. Supongo que se sobreentiende que a mi padre eso no le gustaba para nada. Pero como muy precisamente acabás de decir... no nos queda nada que perder.
Justo en ese momento se me cayó una lágrima. Lo interesante fue que si bien sabía que con ella sí me hubiera permitido llorar, la aniquilé instintivamente. Se escuchó un poderoso trueno cuando comenzó a llover a cántaros. Su sonido fue tan avasallador que por un segundo creí estar muerto. El viento se estrellaba contra los árboles desnudándolos.
Con nosotros también tenía ese efecto; pero en cuanto a nuestras ideas y pensamientos y conclusiones y -por ende- vitalidad.
Existíamos desde eso, hacia eso e incluso a través de eso –algo quizás extraordinario teniendo en cuenta que siempre volvíamos a "subirnos al barco"-; no obstante, estaba claro que por la misma razón acostumbrábamos a sufrir tanto y de una forma tan frecuente. Éramos complejos. Muy complejos. Definitivamente complejos... y eso era lo único que la vida no nos podía quitar...
-En algún punto, si existir no fuera un caos sería aburrido.
–En algún punto, si no te hubiera conocido pensaría que estoy loco de remate.
-¡Y viceversa! –Respondió casi tan efusiva como Naomi.
-¡¿En serio?! –Pregunté sorprendido.
–En realidad sería más como "la viceversa de la viceversa"; es decir, desde que te conozco dejé de creer que estoy loca de remate. Por consiguiente, se supone que vos deberías viceversa.
-¡¿Debería pensar que estoy mal de la cabeza?!
-De esa forma aceptarías más a los demás por como son en vez de juzgarlos tanto. De hecho, lo cierto es que te hace una persona tóxica en algún punto.
-¡Y UN HUEVO! –Respondí de mala manera- ¡YO CREO QUE SIMPLEMENTE SOY ALGUIEN QUE ELIGE CON QUÉ PELOTUDOS NO SE QUIERE JUNTAR!
-¡¿POR QUÉ NO TE METÉS A TODOS ESOS PELOTUDOS POR EL NUDO DE GLOBO!? ¡ACÁ SOLO HAY UN MALNACIDO Y SU NOMBRE ES HANK CARSON!
-¡AHORA TE VOY A DAR BIEN HASTA EL FONDO DEL CULO A VER SI SEGUÍS HABLANDO MAL DE MÍ! ¡LA ÚNICA MALPARIDA QUE CONOZCO SE LLAMA ELLA HART Y ES ADICTA A LAS CHOTAS!    
-¡ME PARECE QUE AHORA YO TE VOY A DAR POR ATRÁS A VER SI DEJÁS DE SER UN HIPÓCRITA COMO TU PADRE!
-¡ESE DESGRACIADO HIJO DE PUTA NO COJE TAN DURO COMO SU HIJO! ¡¿QUÉ TAL SI TE DOY UNA PROBADITA DE MI VERGA PARA VER SI TE GUSTA?!
-¡GARCHAME HASTA QUE ME SALGA UNA CATARATA DE JUGO DE CONCHA! –Exclamó furiosa.   
Así que al final sí me la pude coger. No voy a entrar en detalle con tal de que Manu Ferrara no se ponga celoso; pero lo cierto es que fue una de esas experiencias que solo se viven una vez en la vida. Era una experta en el sentido más profundo de la palabra, casi como si lo llevara en la genética. Yo me considero un hombre lo suficientemente bueno como para pagarle a una mujer por su ano... aunque puede ser que en ese momento me haya arrepentido de no haber estudiado administración de empresas...
-Necesitaba hacer eso... -Musitó luego de volver a ponerse el pantalón.
–Sí... no hace falta que vayamos a ver a la abogada.
-¡No! ¡Tus problemas siguen vigentes a pesar de que tu PIJA esté feliz!
-¡Creéme cuándo te digo que no te haces una idea de cuánto!                                 










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Aclaraciones:

Músculo bulbocavernoso: En los hombres, recubre el bulbo del pene y en las mujeres, rodea el orificio de la vagina.

Impasibilidad: Incapacidad de una persona para tener sentimientos o emociones que afecten a su estado de ánimo.

Un roto de los nefastosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora