Capítulo 29

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-Cuando era preadolescente tenía una mejor amiga opuesta. Yo me parecía a un "rayito de sol" al que todos querían: Sabía mucho sobre chicos, me sacaba cientos de dieces, etc. La vida era como una suerte de paraíso. Sin embargo, ella se parecía más bien a la luna, gótica, chica mala... ¡Se entiende el punto! –Hizo una pausa- Muy probablemente por haber repetido dos veces y ser la más grande del curso, manipulaba a los hombres bastante mejor que todas nosotras. Los que le tenían miedo y terror y los excitaba su agresividad... -Me sentí identificado- Un día nos juntamos en mi casa para hacer un trabajo de ciencias naturales y comenzó a preguntarme cosas turbias. Yo me quedé petrificada. Luego, me contó un par de "anécdotas" dejándome traumada. La chica en cuestión iría a una secundaria deplorable mientras que yo a una de las mejores en Texas. Resulta que elegí mal a mi primera amiga... y a la segunda y a la tercera... la cuarta no fue la excepción. Necesitaba hablar con alguien lo antes posible. Así que me junté con mi mejor amiga y le conté todo con lujo de detalles... -Suspiró profundamente mientras movía las batatas caramelizadas- ¿Qué tal si intentan adivinar lo que me respondió?
–Emm... -Musité- ¿Qué te colaras los dedos? 
-No, no... ¡Algo incluso mejor!
-¡¿Qué te rociaras agua caliente sobre el clítoris?! –Respondió Ralph.
–¿Querés que les siga contando así podés terminar de preparar la comida? -Miramos a la pelirroja- La chica en cuestión le aconsejó vengarse de esa PERRA. Y bueno... resulta que se volvieron archienemigas en un abrir y cerrar de ojos. Entonces, Ella hizo un amigo que le presentó a su pandilla y formó parte de un grupo donde era la única mujer. La hermana del más cheto les decía que eran unos "pajerracos" porque al parecer tenían las hormonas alborotadas u otra cosa de la que las mujeres están exentas. Hart no entendía la referencia y le preguntó por qué los llamaba así. Ese día fue también fue bastante turbio para la vaquera... se volvió a quedar petrificada ante la misma pregunta que le había hecho su mejor amiga esa tarde de invierno... Okis le preguntó si realmente era tan placentero como le había contado su amiga. Por consiguiente, la hermana de su amigo le respondió que no perdía nada en intentarlo ya que era algo completamente normal. A la mañana siguiente, Ella le preguntó a su mamá como se hacía. La que le dijo que hablara con su padre... pero este le ordenó pedirle ayuda a su progenitora... Así que Hart se quedó en el aula en vez de salir al recreo y le cuestionó a la profesora de biología si podían platicar acerca de las "cosas turbias". Esta se quedó atónita y pálida y perdida y le dijo que hablara con la psicopedagoga. Okis salió corriendo de aula. Luego, entró a la sala de profesores cuando se chocó con Ariel, el más particular de estos, tirándole unos exámenes y haciendo que se cayeran al piso...  Él le dijo que no se preocupara. Aunque de todos modos, ella se agachó y levantó todos y cada uno. Entonces, Ari le preguntó porque corría con tanta pri... -Ella la interrumpió. 
–¡Solo quería hablar con la psicopedagoga, no es un delito! -Exclamó haciendo alusión a lo que había respondido.
–Me parece que hoy faltó... -Miramos a Phoenix- Pero si es algo en serio podés charlar conmigo.
–Definí "en serio".
–¿Algo que te hace sentir mal o un poco tonta quizás?
-¡ENTONCES ES MUY MALDITAMENTE EN SERIO! –Gritó con una cara de enojada que era un poema- Fuimos a una suerte de cabina de vidrio. Nunca entendí bien porque DEMONIOS había algo así en una escuela... pero bueno... El socialista me pidió que le explicara el problema cuando le aclaré que quería hablar sobre "las cosas turbias". Sus ojos se abrieron como platos y me preguntó si lo iba a hacer con alguien de confianza. Yo me reí nerviosa porque evidentemente no había comprendido del todo la cuestión. Entonces, le aclaré que el problema tenía que ver conmigo misma. Ariel me preguntó si estaba indispuesta y negué con la cabeza cuando exclamé furiosa porque no me sobraba la paciencia: "¡POR EL AMOR DE DIOS, SOLO QUIERO SABER COMO FROTÁRMELA HASTA LLEGAR AL ORGASMO!" Ambos nos quedamos callados por un par de minutos hasta que el profesor de geografía rompió el silencio. "Creo que deberías averiguarlo por tu cuenta... aunque también es cierto que internet está lleno de datos interesantes." Cuando ya había vuelto a mi casa, busqué "¿Cómo frotármela hasta llegar al orgasmo?" en Google y cliqué en la primera página. Al parecer tenía que elegir el lugar adecuado... evitando preocuparme de que alguien me descubriera. Recomendaban excitarte pensando en algo que estimulara tu deseo. Supuestamente, la vagina se te humedecería un poco. "Movimientos suaves, utilizar saliva, alternar las caricias con movimientos circulares e introducirte uno o dos dedos, estar concentrada y ser paciente, no perder el ritmo y seguir pensando en eso que te excita... ¡Parece fácil!" Pensé. Seguí bajando y vi que había algunas posiciones. Además, al parecer rociarte agua con el grifo de la ducha era algo placentero. Así que bueno... estaba sola en casa y me sentía sucia y sudada... Por ende, me preparé un baño de burbujas para luego acomodarme en la tina quedando dentro de la espuma. Fantaseé con Shawn Mendes semi-desnudo cuando comprobé que la página tenía razón. Me sentía muy MALDITAMENTE bien. "Debería hacer esto más seguido" musité mientras acariciaba bruscamente a mi nuevo mejor amigo. Estaba encantadísima de conocerlo. Saqué la mano del agua y me chupé dos dedos: El índice y el anular. Entonces, me penetré a mí misma entre cien o doscientas veces; cada una con más ganas, rapidez, entusiasmo y lujuria. Había encontrado mi vocación. Cuando como por arte de magia, recordé que mi mejor amiga se introducía cosas en la vagina. Así que estiré el brazo para agarrar un cepillo de pelo... no me aburría de hacerlo...
Escuché un ruido que venía desde afuera y continué dándome placer con la excusa de que era algo completamente normal. Además, la página aclaraba que no había ningún problema en el que me encontraran infraganti. Alguien abrió la puerta cuando mi hermano exclamó: "¡¿QUÉ DEMONIOS?! ¡TENÉS DOCE AÑOS PAJERA DEL ORTO!" Pero a mí no me importaba una MIERDA lo que dijera ese imbécil. Por ende, seguí pasándola bien hasta que un líquido viscoso y transparente salió de mis partes íntimas... -Sacó las batatas caramelizadas- Ahora vamos a comer par de DEPRABADOS. Después les sigo contando.


Un roto de los nefastosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora