Le conté todo lo que me pasó y él se CAGÓ DE LA RISA. Luego, me sirvió otro trago. Yo lo bebí sin pensarlo dos veces cuando sonó mi celular. Al parecer, Gustavo me estaba llamando.
Dejé al teléfono intacto en la mesa. Putin no preguntó porque eso no lo le convenía. Le pedí que me trajera otra copa por favor; pero él notó tenía otro MALDITO CENTAVO.
Me inquirió si me apetecía el salir con sus amigos. Aunque no estaba de humor como para algo así: por lo que hablamos un rato y volví a mi casa.
Se llamaba Alexander, pero le decían Alex. Era un tipo inteligente. Por alguna razón le gustaba la astronomía, y los lobos; y quería poner su propio bar en Nueva York.
(...) A la mañana siguiente, me desperté cuando decidí llamar a Santoro (para contarle el fracaso del día anterior). Mi bro me dijo que todo requería de un tiempo; y que él le re costó aprender a programar.
Sus consejos me servían porque no me cuestionaba. No cómo el resto de la gente que defiende su postura, y no te escucha ni parece que tuvieras importancia. Y el análisis se vuelve una opción insuperable; pues el paciente y analista forman solo un Inconsciente: Quizás ponerse en el lugar del otro no sea asequible. Aunque intentarlo no sería una mala decisión...
Fui a buscar algo de comer a la heladera. Solo quedaban cervezas y un trozo de queso; mucha leche y una curiosa cantidad de huevos (que me salían quemados pero yo los quería fritos).
-¿Me gusta mucho el flan, no?
Caminé hasta el sillón y salté sabiendo que necesitaba un plan. Prendí la tele cuando alguien me tocó el timbre. Fruncí el ceño sorprendido de haber dormido tan pocas horas. Eran las cinco de la mañana y esto se volvía extraño. Así que pregunté quién era con la respuesta de Okis:
-¡Somos nosotras PELOTUDO, ¡¿a vos alguien más te habla.......?! ¡Abrí si no querés que Ella te MACHAQUE LA CARA!
Bufé ante su muy infantil amenaza. Sin embargo, no quería malgastar más de mis palabras -que son limitadas-.... Además de que para tontas me sobraba con Ingrid... El piso estaba repleto, no las podía incentivar: opinarían y eso no me aportaría una MIERDA. Entonces, chilló y me dejó sin oídos: cada vez que se comportaba como si fuera una niña, me daban incluso más ganas de chocarla con el Prius.... Y el segundo chillido todavía más fuerte; así que abrí la PUTA PUERTA con tal de que "las relajara" (aunque solo tuviera carne bajo su hermosa espalda).
-¡Necesito tu ayuda con el futuro de esta imbécil! –exclamó y fumó un porro de un tamaño bestial- ¡Vos me hablaste sobre un libro que explicaba las carreras!
-¡Eso es en Argentina, PEDAZO DE IDIOTA! -me pegué en la frente con la palma de la mano- ¡¿Apagarías ese artilugio del DEMONIO por favor?!
-¡Sos un aguafiestas! -exclamó cuando la pelirroja asintió con la cabeza- Al parecer vos también te "escapás" de vez en cuando... -agregó interesada en razón de las botellas.
Se agachó y comenzó a contarlas en voz alta. Yo no sabía si Lacan era capaz de curarla: -Veinte, veintiuno. ¡Dedicate al Blackjack! Aunque el problema no era eso, y que no lo haría; sino mis manos que comenzaron a sudar intensamente. Estaba casi tan nervioso como en la cafetería. Por consiguiente, ellas dos se miraron. Con el contenido de las botellas en el momento de la compra: se podría satisfacer al continente de África. Pero yo no lo intentaría porque sería un desastre....
Entonces Okis suspiró y agregó de forma primaria: -¿Estás bien bro? Juro que quise decir algo pero se me cerró la boca: -Es evidente que tenés un pequeño problema.
Ambos miramos a Phoenix. Ella era joven y estaba en el clímax de su desarrollo ya sea tanto corporal y psicológico.
-¿Qué tal si llegamos a un acuerdo en privado? -le musité a Ella y e hizo una mueca.
Así que nos metimos en el baño porque vivía en un monoambiente.
-¿Te parece que le hagamos un "test vocacional"? –le pregunté mientras ella se encogía de hombros- ¡Y no pienso oler más de ese humo venoso!
-Okey... -Lanzó el porro al inodoro y tiró de la cadena- ¡Pero qué conste que en serio te agradezco la idea! ¡Si bien sé que esto suena como algo muy loco; hasta yo me merecía una oportunidad!
Con esto último se refería a estudiar medicina: su madre le había pagado un pasaje a Las Vegas. No obstante, era rebelde y faltaba a las clases. Luego se hizo una mala amiga y comenzó a prostituirse. Cuando un tiempo después conoció a Paul; ahí se dio cuenta de que en el casino se podía facturar.
Me fui de mi fantasía y volví a la realidad. Si bien de Hart ya no había rastro; vi un cigarrillo de marihuana en el retrete y me enojé:
–¡QUÉ HIJA DE PUTA!
Salí mientras Phoenix tenía un ataque de pánico, la petisa se encogió de hombros y la fulminé con la mirada:
-¡No tengo futuro! ¡No tengo futuro! ¡No tengo futuro! –La pelirroja lo repetía hasta el cansancio- ¡No tengo futuro! ¡No tengo futuro! ¡No tengo futuro! ¡No ten... -La interrumpí .
-¡Es imposible que no tengas futuro ya que en realidad ni siquiera existe; aunque sí, es probable que en otro mundo paralelo hagas algo mucho más interesante! ¡De todos modos, no te debería importar un HÍMEN lo que piensen los demás; porque a pesar de que suene estúpido, las personas deberían lidiar con sus PUTOS PROBLEMAS en vez de meterse dónde nadie se los pide! ¡Quizás sea el peor problema de esta tonta humanidad: dependemos de los otros en decisiones que podrían ser cruciales! ¡Tal vez por eso a veces no puedo más y me quiero aislar!
Cuando la adolescente ya estaba mejor, Ella dijo que se irían de mi cueva porque estaban agotadas. Tomé las botellas y fui al tacho interno porque no entraban en el mío.... pero tampoco cabían. Luego bajé a la calle y la tiré en un contenedor...
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Un roto de los nefastos
Teen FictionElla Hart es una simple mujer que subsiste con los juegos de Casino en Las Vegas, Hank Carson es un pobre escritor que decide mudarse a la gran ciudad, Pheonix es una pelirroja muy atractiva que cree no tener futuro y se siente una inutil. Los tres...