Capítulo 17

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El viejo despareció entre la gente, Ella se tuvo que quedar con las ganas de fumarse un buen porro. Yo estaba en un nivel de excitación tan terrible que deseaba volver a mi antigua vida... tranquila pero eficaz...
Solo había visto a dos hembras llorando de verdad en mi vida hasta ahora. Evidentemente, eso de "la tercera es la vencida" era para otro tipo de cosas. No tenía idea que decir... pero por lo menos musité algo...
-¿Querés un abra... -Me interrumpió. 
-¿Por qué seguís acá Hank?
-¡Explícate mujer! ¡¿Acaso hay una razón para irme y no me había dado cuenta?! 
-¡Nunca vas a ser feliz al lado mío!
-¡Qué bueno! ¡Porque no quiero serlo! 
-¡¿Cómo DEMONIOS a alguien se le ocurriría decir algo así?!
-¡¿Cómo MIERDA una chica se pone a llorar de repente y no le explica nada a su amigo?!
Hubo un silencio. Recordé que ella me había dicho que no tenía amistades, eso último había sido un error. La miré los ojos y por un momento me puse en su MALDITO lugar. No quise hacerlo ni lo intenté, solo lo PUTO hice... fue como si hubiera visto su alma de repente...
No soy el mejor poeta del universo, pero supongo se entenderá la metáfora. Se sintió desesperanzador; aunque sinceramente yo no tenía muchas expectativas del futuro.
Entonces, comenzó a reírse con ganas cuando exclamó. 
-¿Las mujeres somos histéricas a veces, no? 
-¿Estás segura de que descargaste toda tu ira? –Pregunté por si acaso.
-¡Ahora tengo treinta días de libertad!
-¿Es una broma?
-¡Obvio que sí, CARA DE RATA!
-Genial Okis... ¿Y ahora qué?
-Deberíamos pensar un plan para salvar a Phoenix... ¡Y que te quede claro, NO tengo amigos! 
Bufé mientras volvía a mirar hacia arriba. Había unas mesas afuera, era una suerte de jardín. Distinguí un par de grandes aviones y bajé la mirada. Luego, vi a un grupo de chicos escuchando a otro unos dos o tres año mayor con un cigarrillo, aunque no era el único. Dirigí mi vista hacia la jugadora de póquer, ella estaba observándolos y escuchando la conversación. Así que hice lo mismo.
–Sí, no lo voy a negar. Simplemente la tomás y te ponés muy "pum para arriba", te sentís el mejor... ¡Pero después te agarra un dolor de cabeza terrible y no entendés una GARCHA! ¡Así que no, no vale la pena!
Él dio una pitada... los chicos parecían estar bastante enganchados con la narración...
-¡Qué suerte que tienen de ser jóvenes! –Ella me miró- Les quedan sueños por soñar, batallas por batallar, logros por lograr, sensaciones por sentir, amores por amar... vida por vivir.
-¿Acaso no es exactamente lo mismo con la pelirroja?
-¿Y? 
-Ella es nuestra esperanza... -La miré- ¿La oferta del abrazo sigue en pie? 
-Nunca pensé que iba a decir esto... ¡Pero no, la próxima aceptá antes!
De repente y casi como por arte de magia, distinguí a una chica y un chico sentados en el sillón. Ella estaba básicamente arriba de su PORONGA, él la miraba con deseo sin atreverse a besarla.
-¡Ni que estuviera a punto de romperle el hímen! -Pensé enojado.
Los chicos observaban el espectáculo mientras Hart se ponía melancólica. 
-¿Qué tal si la ayudamos a ser abogada y listo? –Me preguntó. 
-¡Y un huevo! ¡Es lo suficientemente inteligente cómo para hacerse rica de una forma más honorable! 
-Solo hay tres maneras de hacer dinero: Trabajando, heredándolo, o robando. 
–¿Acaso no es lo mismo ser abogado que ladrón de blancos, digo, bancos? –Miré al chico y seguía sin tirarle la boca, algo que me ponía peculiarmente nervioso- ¡¿Vas a hacerlo de una buena vez o te vas a quedar mirándola como un RETARDADO?! 
Entonces sucedió lo que todos queríamos que pasara. Fue un beso simple pero prolongado, apasionado pero tímido, bueno pero no lo suficiente. Aunque el chico quería que en serio hubiera contacto, así que la acomodó de una forma tal por la que pudiera acabarse en los pantalones lo más rapidamente posible. Pero ella estaba harta de tener un maní rozándole el culo. Por ende, se levantó para luego irse dejándonos a todos un amargo sabor en la boca.
El ruso apareció ganándose mi atención y la de los chicos, aunque Ella continuaba pensando que hacer con Phoenix.
-¡¿Quién fue el ATORRANTE que me afanó la propina?! ¡Si habla ahora se ahorra un puñetazo en el hígado!
-¿Cómo puede ser que le manoteen un billete si usted los agarra después de que alguien page por la cuenta señor Lukasch? –Pregunté formal.
–Resulta que soy el dueño del bar señor Carson, alguien sacó unos cuantos billetes del tarro que dice "propinas" sobre la barra.
-¡Yo no lo hice! –Respondió el chico más grande.
Putín se dio la vuelta mientras encendía un cigarro y comenzaba a fumarlo. La jugadora de póquer me preguntó si quería ir afuera y asentí con la cabeza. Noté un leve bulto en su corpiño... esto tenía que ser una MALDITA BROMA...
-¡Te diste cuenta! ¡Sos más inteligente de lo que pensé bro! 
-¡Y vos más plana que una tabla de planchar, estúpida!   
-¿Te gusta la pizza con ajo?
-¡¿Con ajo?!
-¡Lo que me falta de BUBIS lo tengo acá abajo!
Reí y volví a mirar hacia arriba pero no había nada. Ni aviones ni pájaros ni nubes... ni siquiera una estrella...

      
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
                                                                                                   

Un roto de los nefastosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora