Capítulo 21

14 1 0
                                    

Ella dijo que tenía ganas de mear. Yo me di la vuelta para pegarle un grito pero ya se había alejado lo suficiente. Claro, eso teniendo en cuenta de que soy malísimo buscando a Wally; quizás alguien más normal la hubiera divisado fácilmente entre la multitud. 
Ver a los chicos acompañados y felices por chicas que tal vez los hacían así no me gustaba para nada. Yo no era un tipo emo ni gótico ni sádico ni nada por el estilo, sino que me sentía solo en comparación a los demás; y eso tampoco me gustaba para nada.
Por lo tanto, volví a entrar a las instalaciones suponiendo que alguien me diría donde estaba el baño. Iría a buscar a la jugadora de póquer y todos mis problemas se solucionarían automáticamente.
Pero justo en ese preciso momento vi a Antoine con un hombre que no era el canadiense y abandoné mi plan bastante intrigado. Los seguí sin mucho disimulo ya que nunca me había sobrado ni hecho falta. A mi parecer él tenía buen cuerpo y su cabeza parecía útil, digo, no era de esos TARADOS que suelen "estudiar" en los lugares donde debería hacerse.
Aunque tal vez sea una forma por la cual mi inconsciente me obligue a "salir del closet"; quizás odiaba a los gays como negación a admitir que lo era... el consejo de "hablá con tu abuela mientras esté viva porque después cuando vaya al cielo (o no) la vas a extrañar" es más complicado de lo que parece a simple vista...
-¿Por qué vas a dormir cuando el sol está radiante y en su clímax? –Le preguntó el chico a la rubia.
-¡¿Me tengo que justificar?! –Respondió ella de mala manera.
Él tragó saliva nervioso haciéndome sentir un poco de pena. Esa tipa tenía toda la pinta de ser la "reina de las perras". Osea, era tan mala que de solo mirarla a los ojos te dolían la pupilas. De hecho, el chico estaba cabizbajo; el muy maricón ni se atrevía a cuestionarla... hasta que agregó tomándome de sorpresa...
-No te olvides de darme la llave cuando salgas. ¿Está bien? 
-¡Lo qué di... -La interrumpió.
-¡Más te vale que no se la uses para hacer cosas sucias con Efraín! 
-¡Soy rica, puedo pagar hoteles!... ¡Y se llama Mauricio! ¡De última le podés decir "Calesita" si no te gusta su nombre! (por la "skill"*)
Él comenzó a alejarse cuando la rubia me divisó observándola escondido atrás de una columna. 
-¡¿Quién DEMONIOS se supone que sos?! ¡¿Y por qué me estás espiando, DEPRABADO SEXUAL?! 
-Soy yo, Hank... -Respondí luego de salir de mi escondite. 
–Bueno Hank... ¿Me podrías explicar de una forma lógica y que tenga sentido la razón por la cual estabas siguiéndome tan misteriosamente? 
-Solo quería asegurarme de que no hicieras nada de lo que te arrepintieras más tarde... ¡"Una forma lógica y que tenga sentido" es redundante!... ¡¿Y en serio tenés sueño?! ¡¿Dormiste mal o qué?!
-¡¿Por qué te importa tanto?!... ¡Y es una figura retórica, NEGRO IGNORANTE! 
Yo soportaba casi todos los insultos porque no me sobraba autoestima (las personas tenían razón diciéndomelos). Pero eso último era una aberración, una falta de respeto que me hería el alma; es decir, yo era muchas cosas malas, pero no un ignorante.
Así que pensé en hacerla sangrar sin estar indispuesta cuando exclamé más rojo que los cachetes de una chica que vale la pena (riéndose).
-¡SI NO SERÁS LA REINA DE LAS PERRAS, ZORRA HIJA DE PUTA! 
Me acerqué a ella decididamente y estiré mis brazos sin compasión. Entonces comencé a hacerle cosquillas porque sabía que era la debilidad de la mayoría de las mujeres; (además estaba buenísima y se sentía genial hacerlo). Por suerte no había nadie cerca para separarnos o entrometerse. Antoine me metió una piña en el ojo y se alejó unos pasos para luego frenarse en seco sin dejar de observarme. Pensé en disculparme por haberme dejado llevar desmedidamente cuando la rubia lo hizo tomándome de sorpresa. 
–Perdón por responderte para el "ortis". Te prometo que no va a volver a pasar... -Alcé los hombros expresando desinterés- Ahora bien, ¿Me podés explicar quién CARAJO hace algo así? 
-¿Alguien me debe respuestas antes, no? 
-Es gracioso porque lo decís como si pudieras obligarme a hablar... -Dijo desafiante y con los brazos cruzados.
Noté que su bolso estaba en el piso y me arrojé al suelo con tal de quedármelo. Parecía de buena calidad. De hecho, la marca era la mejor o una de las mejores. Aunque no tengo NI LA MÁS PUTA IDEA de cuál porque no sé nada sobre moda.
-¿Qué tal si hacemos "el reto de la cartera", Antoine? –Pregunté con una gran sonrisa en mi rostro.
Empecé a arrojar las cosas que había dentro de este mientras las nombraba divertido cuando un objeto peculiar me llamó muchísimo la atención. Era una fusta, lo que se usa para golpear a los caballos en las carreras. Entonces, se la enseñé extrañado. Luego, le pregunté por qué DEMONIOS tenía eso en su bolso.
–Me gusta la equitación... -Respondió con una sonrisita de bruja mentirosa- ¡Ahora dámelo por favor! 
-Lo vamos a hacer de una forma simple rubia... -Reí con maldad- Hasta que no me digas la verdad no te lo voy a devolver. 
-¡JESÚS! –Exclamó curiosamente nerviosa- ¡¿A VOS TE DICEN QUE SOS UN ESTÚPIDO MUY SEGUIDO, NO?! 
-Sí... de hecho, Ella lo hace todo el tiempo. 
-¿Por qué hablan de mí? –Preguntó la jugadora de póquer desde no tan lejos mientras venía caminando hacia nosotros- ¡¿Tanto te gusta el sadomasoquismo?! 
-Es de ella... -Respondí señalándola con el dedo. 
–"Calesita" tiene mucha suerte. ¿No?
-¡VÁLLANSE DE UNA MALDITA VEZ, MIERDA! 
Pensé en decir algo, pero Hart me cogió del brazo y me arrastró pasándose mi voluntad por los ovarios. Todos nos miraban divertidos. Así que cerré los ojos porque me daba mucha vergüenza ajena a mí mismo.
Cuando ya estábamos afuera, sacó un cigarrillo y lo encendió para luego ofrecerme uno. Negué con la cabeza. Ella hizo una mueca cuando yo rodé los ojos para luego preguntarle por qué DEMONIOS había hecho eso.
-Esa chica es peligrosa... yo siempre le hago caso aunque me parezca una idiota y quiera pegarle con un látigo.
-¿Irónico, no? -Pregunté después de darle un fuerte golpe con la fusta en el DURAZNO izquierdo.
-Me vas a dar eso a la cuenta de tres... Uno... Dos... Dos y medio... Dos y tres cuartos... -Le di en el derecho y luego otra vez en el más grande- ¡VALISTE VERGA!*
Salí corriendo por mi vida... esto me iba a costar muy caro...






____________________________________

Aclaraciones:

Calesita: Buscar en youtube, skills también.

Valiste verga: "¡Andate a cagar!" o "¡La cagaste!"

Un roto de los nefastosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora