Capítulo 11

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Fuimos al casino y nos sentamos en la barra, al ver a un barman desconocido le pregunté por el ruso. El hombre me respondió que Alex había renunciado, al parecer nunca volvería a verlo. Bebimos sin ningún tipo de inhibición, Ella tenía suficiente dinero como para comprar un viñedo gracias a una tarjeta de crédito que le había dado Paul Hunter. Nadie decía nada, ninguno se atrevía a comenzar. Así que rompí el hielo.
-Me iba mal en la universidad y eso no hacía más que generarme problemas. Por lo que decidí anticipar mis vacaciones con la excusa de que estaba "súper estresado".
Les dije a mis padres que había encontrado un trabajo muy bueno; lo que no era cien por ciento mentira. Desde ese momento no hago más que rascarme las PELOTAS y bajarme botellas de vino barato hasta tirarme en la cama una y otra vez. ¿Qué hay de ustedes?
Ambas se miraron amenazantes para que la otra siguiera hablando, lo que me hizo un poco de gracia. Algunos de los hombres alrededor las observaban con lujuria, otros hablaban entre si o reflexionaban esforzándose en descifrar cuales eran los sentidos de sus respectivas existencias; aunque la mayoría simplemente estaban atontados por las sustancias, vivos y muertos a la vez... fuera de la realidad...
-¡Yo también pasé por algo así!
Miramos a la jugadora de póquer cuando un chico se nos acercó con la intención de decirle un par de piropos a la pelirroja. Phoenix le hizo una seña de "Fuck you" haciendo que se diera la vuelta y volviera con su grupo de fracasados, digo, amigos. Su cara demostraba que no era la primera vez que le sucedía algo así.
Entonces, me di cuenta de si el infierno existiera, estar terriblemente buena no sería una mala comparación. Justo en ese momento, Okis se acomodó en su asiento y prosiguió con su narración.
-Vine a Las Vegas con el sueño de ser una actriz exitosa. Todo iba razonablemente bien, tenía un rol como extra en una comedia americana. Pero todavía no me había desecho de mi amiga problemática... la que se metió en el set de grabación y comenzó a chamuyarse a los camarógrafos exhibiendo sus CALABAZAS... -Me reí por lo bajo, eso me recordaba una vez que había visto a una vieja con tetas flácidas que rebotaban entre si- ¡Y al final me despidieron por culpa de esa ZORRA!
-¿Y qué hay de tu historia Phoenix? ¿Cuál es el problema de tu padre con la psicólog... -Ella me interrumpió.
-¡ERA UNA PUTA DE GAMA BAJA! ¡UNA PERRA SIN CORAZÓN NI NEURONAS! ¡UNA BASOF... -Se le terminó la voz porque ya no le quedaba aire.
El barman me miró desde lejos como pidiéndome que hiciera algo para calmarla. Intenté que la adolescente me diera un consejo, pero negó con la cabeza dándome a entender que solo nos quedaba esperar. Aunque de todos modos, no permaneció callada.
-Está bien sacar lo que uno tiene adentro... -Hart se encogió de hombros- Pero deberías aprender a controlar tus impulsos del mismo modo que tu ansiedad... -Suspiró profundamente- ¿Ahora les puedo contar mi historia por favor?
-Sí... -Respondió un canadiense cuyos abdominales me resultaban familiares.
-¿Vos eras el novio de la PELOTUDA esa, no?
-Sí... -Frunció su ceño extrañado- ¿Por qué le preguntaste a Phoenix cuál era el problema de su viejo con la psicología?
Ese cuestionamiento nos tomó a todos de sorpresa. La recién nombrada se quedó petrificada, pues él acababa de enterarse de su genuina pasión -o estaba a punto de hacerlo-. Le pegué una patada en el CULO y ella me la devolvió pero de frente, básicamente me dejó estéril. Yo no pensaba dejar que se saliera con la suya, así que intenté meterle un puñetazo en el páncreas. El chico se paró delante de mí logrando que su PECHO DE HIERRO bloqueara mi ataque. Desde ese preciso momento, me dolió la mano por un par de semanas.
-Lo preguntó porque es mi pasión.
-Creí que te gustaban la biología y los animales marinos... -Hizo una pausa que se volvió eterna- A la Phoenix que conozco le gustan los unicornios, el púrpura fluorescente, las canciones de XXXTentación y siempre responde con sarcasmo. ¿Por qué no contás tu historia así veo tu lado más oscuro por favor?
Las personas siguieron escapando de la realidad mientras nosotros continuábamos bebiendo. La colorada habló por un largo rato. Al final nos enteramos de que era una chica con un pasado trágico. Su madre había fallecido cuando tenía cinco años porque las medicinas estaban más caras que los Bugatti edición limitada.
Su padre decidió mudarse a Las Vegas porque al parecer había varias oportunidades de negocio allí. En esos tiempos, Phoenix era una chica extremadamente soltaria hasta que conoció a Antonia, la chica más feliz del universo... o por lo menos eso fue lo que dijo...
-¿Vamos afuera? -Preguntó el canadiense- Hay algo que me gustaría que vean, creo que les va a agradar bastante.
-¡NO SOY GAY! -Respondí de mala manera.
Salimos. Solo había una estrella en el cielo.
-MIERDA... -Musité.

     

Un roto de los nefastosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora