Emilia bajó del carro con muchos nervios, en la puerta del juzgado estaban todos sus amigos, también estaba Claudio.
Se acercó a ellos y todas la rodearon con cariño.
-¿Podemos hablar?- preguntó Claudio acercándose a Emilia.
Emilia asintió con la cabeza y ambos se apartaron de todos los demás.
-Me voy mañana Emilia, eso significa que no quiero que me busques, no quiero saber nada de ti, ni de Martina- Claudio tragó saliva- superalo ya Emilia- vio como ella se empezaba a partir en mil pedazos como él- aquí se acabó todo, adiós.
Emilia no dijo nada, y se metió al juzgado, con el corazón roto, con ganas de llorar y gritar.
Suspiró y se centró en su hija y en recuperarla.
Claudio se acercó a Silverio- me avisas cualquier cosa- dijo triste.
-¿No piensas quedarte?- preguntó su mejor amigo- bueno, es tu decisión- dijo al ver que su amigo suspiraba- nos vemos luego bro.
Silverio vio como su mejor amigo se subía a su carro y arrancaba, a saber dónde.
Emilia se encontraba sentada, rodeada de todos sus amigos.
A su lado estaba su padre, y Germán, su abogado.
Emilia estaba nerviosa, y temblaba, tenía miedo, no quería perder a su pequeña Martina.
Giró la cabeza y vio a sus mejores amigos, les regaló una pequeña sonrisa y ellos le lanzaron un beso.
El juez entró y todos quedaron en silencio, Emilia suspiró y puso atención al juez.
Varias personas se levantaron a declarar, sus amigos y gente más cercana, Emilia dio su declaración, al igual que Diego.
Después, lo que cerraría la sentencia sería el vídeo de Jess, donde estaba claro que ganarían el juicio y Martina estaría de nuevo con su hija.
El juez salió a hablar con los demás, para decidir qué hacer.
-¿Creen que ganemos?- preguntó Emilia nerviosa.
- Claro que sí Emilia, una bebé está mejor con su mamá- dijo Germán dándole apoyo a Emilia.
- Tranquila hermosa- dijo Raúl dándole un pequeño beso en la frente.
El juez entró de nuevo, todos se quedaron en silencio y se pusieron de pie.
-Según el convenio y la ley 372, declaro que la custodia de la pequeña niña Martina Ruiz Ayala, debe ser de su madre, Emilia Ruiz Ayala, y que el señor Diego Ramírez debe permanecer lejos de ambas mujeres, o si no será condenado a una multa o incluso prisión.
Emilia soltó el aire que estaba conteniendo y sacó una enorme sonrisa, abrazó a Germán- muchas gracias, neta, muchas gracias.
-No hay de qué, eres la amiga de mi hija, es lo de menos preciosa- dijo Germán con una sonrisa.
Raúl abrazó a su hija- ahora si que todo está bien.
Emilia se acercó a Diego- dame a mi hija.
Diego miró a todos lados y le dio a Martina, con una sonrisa maligna- suerte mis amores.
-No somos tus amores Diego, y ya largate a Estados Unidos, aquí no pintas nada.
Diego le lanzó un beso y salió del juzgado riendo.
Estaba loco, pensó Emilia, luego miró a su hija que dormía tranquila y le dio un pequeño beso en la mejilla.
ESTÁS LEYENDO
¿𝗖ó𝗺𝗼 𝘀𝗲 𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗲 "𝗮𝗺𝗼𝗿"?
Fanfiction𝘓𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘢 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘥𝘢 𝘶𝘯 𝘨𝘪𝘳𝘰 𝘥𝘦 180°. 𝘠 𝘭𝘢 𝘵𝘦𝘰𝘳í𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘭𝘰𝘴 𝘰𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘰𝘴 𝘴𝘦 𝘢𝘵𝘳𝘢𝘦𝘯, 𝘦𝘴 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘤𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢. 𝘖 𝘴𝘪 𝘯𝘰, 𝘱𝘳𝘦𝘨𝘶𝘯𝘵𝘦𝘯 𝘢 𝘊𝘭𝘢𝘶𝘥𝘪𝘰 𝘔𝘦𝘺𝘦𝘳 𝘺 𝘌𝘮𝘪�...