Capítulo 57: El final.

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Emilia bajó del carro con muchos nervios, en la puerta del juzgado estaban todos sus amigos, también estaba Claudio.

Se acercó a ellos y todas la rodearon con cariño.

-¿Podemos hablar?- preguntó Claudio acercándose a Emilia.

Emilia asintió con la cabeza y ambos se apartaron de todos los demás.

-Me voy mañana Emilia, eso significa que no quiero que me busques, no quiero saber nada de ti, ni de Martina- Claudio tragó saliva- superalo ya Emilia- vio como ella se empezaba a partir en mil pedazos como él- aquí se acabó todo, adiós.

Emilia no dijo nada, y se metió al juzgado, con el corazón roto, con ganas de llorar y gritar.

Suspiró y se centró en su hija y en recuperarla.

Claudio se acercó a Silverio- me avisas cualquier cosa- dijo triste.

-¿No piensas quedarte?- preguntó su mejor amigo- bueno, es tu decisión- dijo al ver que su amigo suspiraba- nos vemos luego bro.

Silverio vio como su mejor amigo se subía a su carro y arrancaba, a saber dónde.

Emilia se encontraba sentada, rodeada de todos sus amigos.

A su lado estaba su padre, y Germán, su abogado.

Emilia estaba nerviosa, y temblaba, tenía miedo, no quería perder a su pequeña Martina.

Giró la cabeza y vio a sus mejores amigos, les regaló una pequeña sonrisa y ellos le lanzaron un beso.  

El juez entró y todos quedaron en silencio, Emilia suspiró y puso atención al juez.

Varias personas se levantaron a declarar, sus amigos y gente más cercana, Emilia dio su declaración, al igual que Diego.

Después, lo que cerraría la sentencia sería el vídeo de Jess, donde estaba claro que ganarían el juicio y Martina estaría de nuevo con su hija.

El juez salió a hablar con los demás, para decidir qué hacer.

-¿Creen que ganemos?- preguntó Emilia nerviosa.

- Claro que sí Emilia, una bebé está mejor con su mamá- dijo Germán dándole apoyo a Emilia.

- Tranquila hermosa- dijo Raúl dándole un pequeño beso en la frente.

El juez entró de nuevo, todos se quedaron en silencio y se pusieron de pie.

-Según el convenio y la ley 372, declaro que la custodia de la  pequeña niña Martina Ruiz Ayala, debe ser de su madre, Emilia Ruiz Ayala, y que el señor Diego Ramírez debe permanecer lejos de ambas mujeres, o si no será condenado a una multa o incluso prisión.

Emilia soltó el aire que estaba conteniendo y sacó una enorme sonrisa, abrazó a Germán- muchas gracias, neta, muchas gracias.

-No hay de qué, eres la amiga de mi hija, es lo de menos preciosa- dijo Germán con una sonrisa.

Raúl abrazó a su hija- ahora si que todo está bien.  

Emilia se acercó a Diego- dame a mi hija.

Diego miró a todos lados y le dio a Martina, con una sonrisa maligna- suerte mis amores.

-No somos tus amores Diego, y ya largate a Estados Unidos, aquí no pintas nada.

Diego le lanzó un beso y salió del juzgado riendo.

Estaba loco, pensó Emilia, luego miró a su hija que dormía tranquila y le dio un pequeño beso en la mejilla.

¿𝗖ó𝗺𝗼 𝘀𝗲 𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗲 "𝗮𝗺𝗼𝗿"?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora