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POV Alba
-Te quiero, Nat

-Yo también Albi, y quiero pasar el resto de mi vida contigo

Sonreí y cuando nos fuimos a fundir en un beso, sentí un fuerte golpe. Abrí los ojos y me encontraba tirada en el suelo de mi habitación. Me había caído mientras dormía y al ver que no llevaba nada de ropa, me ruboricé enseguida. Miré a Natalia que seguía durmiendo tranquilamente, tapada con la sábana hasta el cuello. Me volví a meter en la cama para intentar quedarme dormida, pero pensar en el echo de que Natalia se encontraba desnuda en mi cama y que por la noche habíamos follado, no podía conciliar el sueño.

A los minutos, noté un movimiento de Natalia en el colchón y unas suaves caricias en mi cara. Yo me hice la dormida y disfruté del momento, no sabía cuánto podría durar todo esto.

Las caricias pasaban de mis mejillas a mí barbilla, mi frente, por la nariz, hasta acabar en mis labios. De repente sustituye sus dedos por sus labios, formando un beso lento y tierno. No pude evitar sonreír y se dio cuenta de que estaba despierta porque entrecerró los ojos de forma divertida.

-¿A qué viene eso?- pregunté riéndome bajito

-No sé, me apetecía

Sentía una felicidad enorme dentro de mí pero a la vez miedo por que yo no fuese nada para ella y que lo de anoche solo hubiese sido un polvo. No quería que todo esto fuese un juego, para mí era más que eso, la quería y mucho.

-Nat- le iba a decir que yo la quería pero me vi interrumpida por un portazo que hizo que me incorporara de la cama rápidamente y saliera de la habitación con la sábana liada en el cuerpo.

-¡María tío, vaya susto que me has pegado!- grité al ver que era María la que había llegado

-Jajaj lo siento, espera- abrió los ojos y empezó a reírse más- no me digas que os he interrumpido

-¡¿Qué?!¡No!- dije mirándome de arriba a abajo

-¿Y porque estás desnuda?- preguntó sonriendo pícaramente

-Esto es de anoche, ya me levanté así- al momento me di cuenta de lo que dije y me arrepentí, María abrió la boca un montón sorprendida por mi declaración

-¡Habéis foll!- gritó pero le tapé la boca antes de que acabase la frase

-María no grites, que está ahí- susurré

-¿Y lo hace bien?- preguntó María bajito y la pregunta sobraba un poquito creo yo

-¿Es necesario contestarte a eso?- dije riéndome

-Ese es un dato fundamental, porque como sea buena haciéndolo, ya tiene tiene todo esa chiquilla

-Pues sí, lo hace bien- fui a la cocina para hacerme un café

-No me jodas, es una puta diosa

-No te lo niego

-Buenos días- escuchamos y la miramos a la vez, yo temía por María pero ella parecía divertirse porque no dejaba de sonreír

Natalia llevaba una camiseta que le quedaba muy larga y por abajo no llevaba nada, solo las bragas, aunque a penas se veían con la camiseta, solo de vez en cuando, cuando se le levantaba un poco al andar.

-Hola morena- dijo María acercándose para darle un abrazo

-¿De qué hablábais?

-De lo buena que est- la corté porque sabía perfectamente lo que iba a decir

-Que estaba la noche, es que María salió a dar una vuelta con Pablo

-Ah, pues si, ha estado bien esta noche noche- ¿Eso tenía doble sentido? María me miró sonriente levantando las cejas, como insinuando que iba por lo que pasó entre nosotras, así que la fulminé con la mirada y Natalia no parecía entender nada porque frunció el ceño

Manchame de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora