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POV Alba
Abrí la puerta y me encontré con un montón de farolillos que indicaban el camino. Entré y seguí este camino andando lentamente, admirando todo esto. Cómo la tenue luz de los farolillos iluminaban cada paso que yo daba. De repente, ya no solo había farolillos, si o qué ahora también había pétalos de rosa. Me mordí el labio y respiré ondo, cerrando los ojos por si esto era un sueño, pero al abrirlos me di cuenta de que era más que real y que todavía no me creía nada.

Seguí caminando, mirando el suelo, con cuidado de no tropezar porque aunque estuviese iluminado por las pequeñas luces, aún se veía algo oscuro ya que era de noche. Levanté mi mirada y entonces la vi, sonriente y tan guapa cómo siempre. Con un mantel en el suelo, rodeado por los petalos, y velas colocadas en medio que hacían todo más romántico.

Me acerqué con una sonrisa interrogativa por todo lo que era esto, pero a la vez de emoción por qué esto me estuviese pasando a mí. Me extendió su mano y la acepté gustosamente. Nos sentamos en el mantel y por primera vez en la noche, escuché su maravillosa voz.

-Hola- susurró acercándose a mí para dejar un beso suave en mis labios

-Hola- dije en el mismo tono que utilizo ella, después del beso

Apartó un mechón de mi pelo colocándolo detrás de mí oreja.

-Estás preciosa

-¿Qué dices? Pero si llevo con esta ropa desde por la mañana- me reí por su comentario

-¿Y? Siempre lo estás- contestó refiriéndose a lo de preciosa

No sé como lo hacía, pero siempre conseguía sonrojarme y sacarme una sonrisa tonta de enamorada.

-Nat...- susurré cerca de sus labios acompañado de un jadeo que me salió insconscientemente

-Dime- contestó dejando descansar su mano descansaba en mi mejilla

-¿Por qué haces todo esto?

-Porque te quiero demostrar lo importante que eres para mí y lo mucho que te quiero, además, tengo algo que preguntarte

-¿El qué?- pregunté sonriendo

-Eso viene más tarde- respondió y justo aplaudió separándose de mí y provocando que me sobresaltase en el sitio del susto que me había dado

Una pregunta que se me acababa de venir a la cabeza era que ¿dónde se encontraban los demás?¿Y María?¿Había entrado ya?¿Ella sabía de esto?

Justo cuando en mi cabeza rondaban esas preguntas, apareció Damion vestido entero de negro con una servilleta en su brazo como si fuese un camarero ¿O es que estaba haciendo de camarero?

-¿Por qué está Damion así vestido?

-Ya verás- respondió sin dejar de mirarle

-Hola, ¿Qué desean?- preguntó de forma super caballerosa

Casi me dio un ataque de risa por la situación, ver cómo Damion ejercía de camarero.

-Si, queremos el menú- contestó Natalia con un tono elegante

-Ahora mismo se lo traemos- se fue

-No estoy entendiendo nada- me reí

-No hace falta que entiendas, solo siente- volvió a susurrar cerca de mis labios

Sonreí y volvió a besarme. Sentía que me moría con cada beso que me daba. Qué me teletransportaba a otro mundo, uno en el que solo estábamos nosotras dos. Pero ese momento se vio interrumpido cuando llegó Damion dos cuencos. Uno era sopa de tomate y otro era sopa de verduras.

Manchame de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora