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POV Alba
Último día en aquel chalet. Había despertado contenta y no sabía porqué razón, pero estaba de buen humor. Mi día mejoró cuando María se acercó a hablarme.

-Hola- dijo algo tímida mirando al suelo

-Hola- respondí igual

-Lo siento, no debí de haberme puesto así

-No pasa nada, fue mi culpa- asumí

Suspiró.

-¿Me perdonas?- preguntó con un brillo en sus ojos de esperanza

-Claro que sí- sonreí y abrí mis brazos para fundirnos en un cálido abrazo

Ambas empezamos a reírnos.

-Te quiero, Reche

-Y yo a ti, Mari

-¿Habéis vuelto a hacer las paces?- preguntó una Marta asombrada al vernos abrazadas

-Si- contestó María mirándome con una sonrisa

-Me alegro, y ya que estáis bien, pídeselo a ella, no me encuentro muy bien, María, lo siento- Marta puso una mueca triste

-No pasa nada, lo importante es que te encuentres bien- contestó

Marta le dedicó una sonrisa y se fue.

-¿Qué me tienes que pedir?- pregunté con el ceño fruncido

-Pues que dentro de nada es el cumple de una amiga y le pedí a Marta que me acompañase a comprar un regalo pero ya viste, se encuentra mal, entonces te iba a preguntar si me acompañas

-Claro que sí - respondí super contenta

POV Natalia
María se había llevado a Alba al centro comercial con la excusa de "comprar un regalo". En mientras, todos nosotros prepararíamos las cosas.

Trabajamos en común, como un equipo, y todo quedó según lo planeado.

No podía creerme todavía lo que estaba a punto de hacer. Estaba muy nerviosa por si salía mal, aunque mis amigos no paraban de repetirme que me relajase que todo saldría perfecto.

María me fue informando de cómo iba con Alba. Al parecer no sospechaba de nada y se lo estaban pasando bien. Ellas comieron en la calle y nosotros encargamos comida para comer algo rápido.

Sobre las seis de la tarde me empecé a preparar. Abrí el grifo de la bañera y dejé que se llenase mientras cogía las toallas. Me metí en ella y me di un buen baño relajante que duró por lo menos media hora. Llevé tanto tiempo que parecía una pasa arrugá, así que me salí y comencé a vestirme.

Busqué en el armario algo para la ocasión. Quería sorprender a Alba pero tan poco ir tan arreglada. Algo que fuera bonito y elegante, pero tampoco tanto, ya que ella tampoco se podría cambiar de ropa. Finalmente, me decanté por un pantalón de cuero negro junto a una camisa blanca y una americana del mismo color que el pantalón.

Luego cogí mi maquillaje y me hice con el eyeliner el rabillo del ojo. Seguido de esto, repasé mis pestañas con el rimel hasta que quedasen bien largas, y por último, pinté mis labios de un tono rojizo que destacaba en la oscura noche.

Me miré en el espejo y me gustaba lo que veía, pero... ¿Le gustaría a Alba?

Eran las ocho menos cuarto pasada, y María me había mandado un mensaje de que estaban en camino.

Avisé a todos quiénes también se estuvieron preparando durante ese tiempo.

POV Alba
Me lo había pasado muy bien con María. Habíamos ido al centro comercial a buscar un regalo, aunque al final no compramos nada porque no le gustaba nada de lo que veía. Luego, almorzamos en un restaurante en el que la comida estaba buenísima, y de postre, fuimos a una heladería que quedaba cerca del restaurante.

Más tarde, dimos un paseo por la ciudad y le fui contando cómo surgió lo mío con Natalia. Básicamente, todo lo que pasó cuando ella vino a Elche. María también me contó que Marta y ella fueron las que le animaron a venir, y que la idea fue de Alicia.

No me salte ningún detalle, ya que María lo quería saber todo. Incluso que en realidad no estábamos saliendo oficialmente todavía porque queríamos ver cómo surgía todo, pero que igualmente la quería.

Cuando vimos que el cielo empezó a oscurecer, decidimos volver al chalet.
María se llevó todo el trayecto en coche de vuelta algo nerviosa, no me lo había dicho, pero yo lo había notado. Le pregunté que si le pasaba algo y respondió con que ya era la última noche allí y por eso estaba así, pero yasta.

Al llegar, la casa estaba por fuera totalmente apagada, sin ninguna farola encendida, así que me extrañé, no podrían haberse ido a dormir porque todavía era temprano y ni siquiera habíamos cenado.

Me bajé del coche y noté como María en vez de hacer lo mismo, me miraba desde éste, sentada todavía en el asiento.

-¿No bajas?- pregunté

-Ahora iré yo, primero entra tú- fruncí el ceño por su respuesta, pero solo me hizo señas con la manos de que entrase ya

Le hice caso y abrí la puerta lentamente, todo me parecía muy extraño. Me giré para mirar a María que me miraba sonriente y me asentía con la cabeza para que terminase de abrir la puerta. La empujé entera y no me podía creer lo que estaba viendo. Al principio no entendí nada pero luego supe de quién había sido toda la idea.

* * *
Ohhhhh
¿Qué es lo que se ha encontrado Alba?
¿Cómo reaccionará con todo esto?

Manchame de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora