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POV Alba
-Déjame curarte eso- fui a por el kid de primero auxilios que habíamos traído por si pasaba algo como eso

-Estoy bien, Alba- siempre decía la misma frase

-Para de decirlo porque aunque estés bien, la herida hay que curarla

-Vale- se sentó en la cama

-Avisa si te duele- dije poniéndole agua oxigenada en la rodilla

-Auchh- gritó de dolor

-¿Estás bien?- pregunté asustada

-Si, es solo que escuece

-Ah- le di un pico y seguí con mi trabajo

-Ahora eres mi enfermera también- dijo riéndose

-Parece que sí- me reí también

Le puse una venda en la rodilla para tapar la herida y guarde el kid. Seguido de esto, Natalia me cogió de la mano y tiró hacia ella, caí en la cama encima de ella y comenzó a darme besos por el cuello.

-Tú cuello es mi debilidad- dijo de manera sensual

-Y tú la mía- contesté

Sin esperar más, me lancé a su boca, nada era lento, todo rápido y necesitado. Nos desesperábamos por hacerlo y ahora aún más por el calentón del baño.

Pasé mi lengua por su cuello y después arrastré mis dientes por toda la superficie mojada.

-Mmm- gimió Natalia

Subí a su oreja y le susurré como hizo ella conmigo cuando estábamos en el baño.

-Prefiero hacerlo aquí en vez de en un baño

-No sabes cómo me pones- su voz sonó ronca

Volví a besarla con más ímpetu. Su lengua dejó paso a la mía y ambas comenzaron a jugar solitas. Empezó a hacer mucha calor y la ropa sobraba.
Natalia me bajo los tirantes del mono y yo ya hice el esfuerzo de quitármelo entero, quedando en bragas y sujetador, aunque éste último no tardó en acabar por la esquina del cuarto. Hice lo mismo con ella, le quité ese vestido que le quedaba de puta madre y me quedé embobada en esos abdominales que se le formaban.

-En igualdad de condiciones- susurré en su oreja mientras le quitaba el sujetador

De un movimiento a otro, Natalia tenía el control y yo me encontraba debajo de ella. Su boca se puso a jugar con uno de mis pechos mientras que una mano se fue para el otro.

Capturó mi pezón entre sus dientes y se limitó a morderlo y chuparlo. Mis ganas aumentaban y me desesperaba cada vez más. Empezó a dejar un camino de besos por todo mi cuerpo hasta llegar hasta mis muslos. Dio besos por el interior de los muslos y cada ve se fue acercando más a mi centro. Antes de hacer nada, levantó su cabeza y me miró, asentí y siguió con lo que estaba haciendo.

Sopló en mi parte húmeda y sentí que me iba a morir ya mismo. Y cuando menos me lo esperé, se lanzó directamente a chupar la zona. Su lengua jugaba con mi clítoris, sentía que me podía correr sin el hecho de haber follado. Agarré su cabeza y la empujé para que siguiese y no parase. Pasó uno de sus dedos por encima de mi entrada a la vez que su boca seguía jugando.

-Nat....- dije sonando más como un gemido

-Dime- paró y me miró

-Hazlo ya- sonrió

Mordió mi clítoris y grité de placer. Estaba muy mojada y eso ayudó a que Nat introdujera fácilmente tres dedos de un tirón. Me agarré a las sábanas y gemí todo lo que no había gemido en mi vida.

Sus dedos se movían lento y rápido, alternaba el ritmo constantemente y eso me mataba. Subió a mí boca pero sin dejar de hacer el movimiento de sus dedos. Los sacaba y los metía intensamente haciendo que una corriente pasará por todo mi cuerpo. Me aferré a ella clavándole toda las uñas en la espalda pero no se quejaba, solo sonreía.

-Me voy a correr- dije con dificultad sin dejar de besarla

Aumento la intensidad y noté como llegaba al orgasmo, mi cuerpo se relajó totalmente y Natalia sonriendo se llevó los tres dedos a la boca. Los chupó de forma sensual y me dedicó otra sonrisa.

-Sabes muy bien- dijo y causó que me riera

-Que tonta eres

Se tumbó a mi lado y me abrazó.

-¿Te ha gustado?- preguntó y creo que esa pregunta sobraba ya que la respuesta estaba clara

-Natalia me ha encantado- sonrió aún más y se escondió en mi cuello

-Me encanta como hueles- susurró

-Eres tan mona- dije riéndome a carcajadas

-Tú sí que eres mona- me dio un beso y volvió a esconderse en mi cuello

-Ahora te toca, Nat

-No hace falta, Albi, otro día- contestó

-Ok

Nos acomodamos estando agarradas la una a la otra, y nos quedamos totalmente dormidas. Noté como Natalia nos tapaba con la sábana, y aunque fuese verano, no tenía calor.

Al cabo de algunas horas, despertamos por el ruido que había en la casa, se notaba que habían llegado de la playa.

-¡Qué va, fuiste tú la que le echaste la arena a la de atrás!- gritó María

-!Qué dices!- se rió Marta- ¡Ella fue la que pasó por detrás cuando estaba yo echando la arena!

-Eso es verdad- contestó Sabela riéndose también

Todos reían y de buenas a primera una de las voces desapareció, me temía lo peor. La puerta del cuarto se abrió y me separé de Natalia rapidísimo.

-¿Ya te encuentras mejor?- preguntó acercándose a mí y tenía miedo de que se diese cuenta de que estábamos desnudas

-¡Eh si! Pero no hagas mucho ruido, está dormida, ahora bajo- dije para que no se acercara

-Ok- salió del cuarto y solté el aire contenido

Me vestí y bajé a saludar. Todavía no podía creer lo que había hecho con Natalia, era nuestra segunda vez pero en esta las dos nos queríamos y de verdad. La amaba tanto y quería que siempre estuviese en mi vida.

*  *  *
Escribí algo de Smut, no sé si está bien, no soy muy buena escribiendo estas cosas.

Os agradezco el apoyo que me dais con vuestros comentarios y votos. Me divierto muchísimo leyendo vuestros comentarios y siempre conseguís que me salga una sonrisa. Sois increíbles🧡

Manchame de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora