Rachel
Me desperté con la ilusión de que ya sería de día, pero me equivoqué. Sasha me había despertado, y por mi ventana aún se veía la oscuridad de la noche. Lo miré a mi mellizo con mi mejor cara de somnolencia, y observé que estaba exaltado. Tenía una mano en su cabeza, y su pecho subía y bajaba, tratando de conseguir aire. No entendía lo que pasaba.
—Tuve una visión —dijo entre respiraciones agitadas. Él tenía la habilidad de tener visiones, tanto del futuro como del pasado y del presente, y cada vez que tenía una, un agudo dolor se le presentaba en la cabeza, pero nunca le había visto una reacción así.
—¿Qué viste? —le pregunté sentándome en la cama, él se colocó junto a mí y mantuvo su cabeza agachada, fija en la nada.
—No lo recuerdo con claridad, fue muy confuso. —Hizo una pausa y frunció el ceño—. Estaba en el bosque caminando y entre los árboles diviso la silueta de una muchacha. Llevaba un vestido blanco y corto...
—¿No será un sueño erótico? —lo interrumpí. Me miró raro—, de esos que tienen los chicos de tu edad —dije encogiéndome de hombros.
—Rachel —dijo molesto—, esto es serio. No fue un sueño sino una visión. Una visión muy real.
—Lo siento —me disculpé—. Sigue con la descripción.
"Pelo alborotado, enrulado y rojizo Vestido blanco y sin mangas, dejando ver dos largos y flacos brazos que se posicionaban cerca de la cara de la joven que, más o menos tenía nuestra edad. Ojos redondos, con pestañas largas y delicadas. Un celeste destellaba de su iris que miraba hacia nosotros". Mi hermano dibujaba mucho (y muy bien) y usaba esa habilidad que tenía para transmitir sus visiones. Me encantaba ver sus dibujos. Siempre dibujaba diferentes perspectivas de lo que veía, lo cual le permitía tener una gran carpeta llena de dibujos. Mientras los contemplaba, Sasha miró bruscamente a la ventana y corrió hacia ella, como si sus instintos hubieran sido activados.
—¿Qué pasa, Sasha? —le pregunté.
—Llama a papá y a Alex —me ordenó.
Iba a protestar pero el horrible cosquilleo de los instintos que me informaban que algo malo estaba pasando, llegó a mí. Sin decir palabra, me dirigí a la habitación de mi padre y luego a la de Alex. Los desperté y salí corriendo, cosa que hizo que saltaran de la cama, sabiendo que algo malo estaba ocurriendo. Nos reunimos con mi hermano y les informamos de la horrible sensación que habíamos sentido. Mi padre lo dudó un momento, pero luego de la frase "mientras más somos, más seguros estaremos", nos pidió que fuéramos al bosque junto con él. Sentí miedo, algo muy malo estaba pasando, papá estaba asustado. Salimos de la casa y Sasha tuvo una visión. Había visto una parte específica del gran bosque que teníamos frente a nosotros.
—Guíanos —le ordenó mi padre.
Sasha asintió y empezó a correr. Lo seguimos hasta cerca de una pequeña cascada donde escuchamos un escalofriante grito. Mi padre trató de convencerme de que me quedara y no fuera con ellos, pero eso obviamente no pasó. Al adentrarnos, yendo hacia donde se había escuchado el grito, el bosque se volvió más espeso. Ramas y raíces se cruzaban a nuestro paso, tratando de impedirlo; y arbustos espinosos, que me pinchaban cada tanto. Me separé de mi padre al subirme a un árbol, para poder caminar con más facilidad, siempre se me había dado mejor en las alturas. Olí algo putrefacto y bajé del árbol, encontrándome con el cuerpo de una mujer que se estaba desangrando. Rápidamente me acerqué a ella para brindarle auxilios, y noté que aún respiraba, lento y costosamente; pero respiraba. Cuando me agaché ante ella vi un gran círculo negro, con un líquido espeso y rojizo en medio de sus pechos, que se podía ver por su blusa rota. Me miró, sintiendo mi presencia, y trató de decirme algo, pero no logré escucharlo. Llamé a los gritos a mi padre, y en cuestión de segundos ya estaba junto a mí. Cuando Alex llegó me alejó del cuerpo y empezó a curar las partes dañadas, él tenía el poder de curar, y aprovechando eso eligió estudiar medicina. Se sacó la camisa que tenía, la hizo un bollo y, con presión, la colocó entre los pechos de la mujer, que tendría unos 25 años. Con inquietud, me pidió que yo tomara su lugar presionando la herida para que él pudiera seguir con el procedimiento. Me arremangué la remera y me arrodillé junto a él e hice lo que me indicaba, mientras mi padre buscaba con la vista a Sasha, que parecía no estar por ninguna parte. Fue cuando mis manos estaban manchadas de sangre, que escuchamos el aullido de mi mellizo, llamándonos. Me quedé con Alex, atendiendo a la chica, y mi padre fue en su búsqueda.
—¿Qué hora es? —me preguntó Alex. Enseguida mis ojos se humedecieron al verlo alejarse de la joven.
Miré el reloj, que llevaba en mi muñeca, y secándome las lágrimas pude ver la hora.
— 00:58 hs. —le informé agachando la cabeza para que no me viera llorar.
—Hora de muerte 00:58 —repitió mi hermano anotando en su pequeña libreta—. Vamos con Sasha.
Asentí y empezamos a correr. Íbamos tan rápido como un auto, pasando mi límite, y eso que por el llanto no podía ver bien. Me tropecé con una rama salida del suelo. Gracias a la inercia, avancé unos metros dando vueltas en el suelo, clavándome ramas y espinas en todo mi cuerpo. Cuando mi cuerpo paró de avanzar no sabía por qué estaba llorando, si por el dolor o por la pobre joven. Miré para todas partes, buscando a Alex cerca mío pero no lo vi. Me paré tocando mi brazo, del que salía sangre, y retrocedí asustada al ver la silueta de alguien, o algo. Unos ojos rojos me miraban desde las sombras de los árboles provocadas por la luz de la luna. La sombra se movió a otro lado, permitiéndome seguirlo con la mirada, y luego desapareció.
—¿Qué te pasó? —preguntó una voz femenina a mis espaldas.
Volteé hacia ella, y la vi a Katheryn, viéndome con el ceño fruncido, a unos pasos de mí, con las manos en la cadera. Sus ojos bajaron hacia mi brazo, de donde no paraba de manar sangre. Retrocedí un paso y presioné la herida, llenándome la mano de sangre. Hice una mueca de dolor.
**********
Espero que les haya gustado.
¡Multimedia James!
Firma: The Wolf.
ESTÁS LEYENDO
Relaciones peligrosas
Fantasy¿Qué pasaría si tu mundo se estuviera derrumbando y la única posibilidad de salvarlo sería aliándote con tu peor enemigo? Ésta es la historia de Rachel, una joven de 16 años, y de Kat, una chica de "17". El mundo está en peligro, y ellas harán lo im...