Cap 2: ¿Visita sorpresa?

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"Si sigues jugando con fuego pronto te vas a quemar"─ suspiro exhausta, Rodrigo no sabe cuándo rendirse. Han pasado dos semanas desde nuestro rompimiento, la verdad me siento bien, un poco desvaída pero super normal.

Mis clases con el profesor Miller cada vez son más complicadas, "Qué novedad" He llegado más lejos de lo que pudiera pensar. Vaya, la lista de travesuras se extiende.

─ ¿Estás segura? Verónica, esto es una locura ─lo sé.

─A la cuenta de uno... dos...Y, tres ─subo por la escalera suspendida a un lado del edificio, Sam me ayuda desde abajo apoyando mis pies en sus hombros.

─ ¿Por qué soy tu amiga, pinche loca?

─ ¿Por qué será? ─finalmente subo, luego le extiendo una mano ─, ah, ya sé, porque soy la única que no pierde la cabeza cuando la embarras.

Una vez arriba caminamos en silencio hasta lo que se supone es la azotea, desde ahí es fácil ubicar la entrada alterna del edificio.

─Apartamento 205 ─le repito ─, te quedas afuera, si ves que alguien sospecha, me avisas. Me gritas un...

─ ¡912! ─hace una demostración ─. ¿Así?

Asiento.

Con destreza abro la puerta del apartamento, no me lleva más de dos minutos darle una galleta al San Bernardo que vigila el apartamento de mi profesor, es precioso, ya hasta me reconoce y me adora, es una ternurita.

─Rocky, basta, deja de lamerme ─es inmenso ─. ¡Ya!

El cachorro me mira con cara de circunstancia, cabizbajo se aleja y me deja recorrer el lugar.

¿Listado de notas, dónde estas? Estoy segura de que Walker lo metió en una folio azul.

─Hey, ¿ya la encontraste?

─Sam, ¡la puerta! ─reprendo a mi amiga.

─Apúrate.

Busco dentro de su despacho, en el escritorio. ¡Zas! "Por fin" reviso la lista de estudiantes, letra E. Listo.

─ ¡Un 420! ─escucho a Sam.

¿420? ¿A qué se refiere? Cierro la gaveta y ordeno los papeles en un tris. Salgo de la oficina para la sala.

─Rocky, ¿qué haces comiendo galletas? ─me paralizo al ver que mi profesor está a tres metros de mí. No se percata de mi presencia ─. ¿de dónde las sacaste?

Rocky menea la cola y lo ignora para lanzarse sobre mí. "Ay no, por Dios, Rocky ahora no"

Toma al perro del collar y lo aleja de mí sin mostrar un atisbo de sonrisa. No es para menos.

─ ¿Verónica?

─Profesor ─estoy perdida ─. No es lo que se imagina, déjeme explicarle.

─ ¿Explicar, qué? ─me mira con sus acerados ojos azules ─. Vengo a mi casa y encuentro que una de mis alumnas está de curiosa hurgando entre mis cosas.

Me jala la carpeta de las manos para extenderla a mi cara ─Llamaré a la policía.

Mierda

─Le cuento la verdad, TODA, pero no llame a nadie.

De pronto empieza reír, lo hace de forma insólita.

─Verónica, ¿qué verdad? ─empieza a despotricar ─. ¿Que me has dañado el seguro de la puerta dos veces?, Ó ¿qué me rompiste el parabrisas del auto?, no, mejor aún ¿que me has hecho cambiar de espejo de baño? Ah, sin contar que le has dado galletas al traidor de Rocky.

El profesor Miller © (SIN CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora