Cap 19: La frase tonta de la semana

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El auto de Chris dobla por una esquina, lo sigo con el corazón en la boca; no dejo de pensar que hoy es el cumpleaños de Verónica, que nunca me lo dijo y tampoco me preocupé por preguntarle. Me siento tan mierda.

Freno de golpe al percatarme que Chris ya aparcó, Amelia me mira asustada pasando el mareo de la inercia. Bajo del auto pero Sam me detiene.

─Deja que Chris haga lo suyo ─musita.

El edificio que crece frente a nosotros, es una estructura vieja, sigo sin comprender por qué vinimos hasta aquí. Amelia y Sam se lanzan furtivas miradas, pienso en lo fatal que le haría a Chris que esas dos se conozcan, me huele a secretos.

Verónica.

Sí, vuelvo a pensar en ella y me impaciento, Chris lleva aproximadamente diez minutos sin dar señales de vida, cuando sale su expresión es tranquila. Me mira y se acerca rascándose la nuca.

─La vieron con un tal Evan hoy por la mañana ─escupe, la sangre me hierve.

─ ¿Sabes dónde vive, Sam? ─ella niega varias veces.

Pateo un pelusa invisible y me paso las manos por la cabeza. ¿Dónde carajos pudo habérsela llevado ese hijo de puta?

─Sam, júrame que no tienes idea de dónde vive ese tipo ─la chica vuelve a negar y su novio le cuesta creerle.

─Por lo menos dinos qué lugares frecuenta ─noto lo presionada que Sam está, y lo nerviosa que la pongo con cada movimiento frenético.

─Pues... ─tarda en continuar ─, le gusta ir a la playa, a veces visita a algún conocido, o asiste a las carreras de motos que hacen a las afueras de la ciudad.

─Las carreras, vamos ahí ─ordena Chris, Amelia corre tras mis pisadas, entramos al auto y volvemos a la vía.

No me imagino a Verónica participando en esas carreras, de pensar lo peligroso que es, me causa terror. ¿En qué piensa esa chica? no es, si quiera, un poco responsable, ¿cómo pude fijarme en alguien tan desequilibrada y testaruda?

─Si sigues conduciendo como lo haces te van a multar ─escucho a mi prima y hago intento por controlar- me ─. Confía, la encontraremos sana y salva.

─ ¿En qué piensan ustedes los universitarios? ¿creen que la vida es un juego? Verónica no tiene idea de lo nervioso que me tiene, cuando la vea me va a escuchar.

─Los me suena a mucha gente, Verónica es Verónica y yo soy caso aparte ─me reprende y no puedo reprimir una sonrisa ─, además, la vida que ella lleva no me la mando yo.

─ ¿Qué tuviste con Chris? ─cambio de tema, Amelia se remueve en el asiento del copiloto ─, ¿te incomodo?

─La verdad sí ─confiesa ─, no quiero hablar de eso.

Me lo imaginé.

Después de cruzar la ciudad entera llegamos a la autopista, Chris conduce seguro por varias vías que no están en buen estado, voy tras suyo contando los minutos para ver a Verónica. Me va a escuchar.

Al poco tiempo, siendo las siete y media de la noche, aparcamos en medio de una bandada de motorizados, jóvenes en su mayoría, de algunos apenas veinte años, como muy mayores veintisiete.
Amelia ancla su brazo al mío con temor, Sam camina segura y bastante arrogante al lado de mi prima, conoce bien el lugar y a varios de los sujetos que nos miran raro.

Chris me mira igual de preocupado y dividido, sabe que su hermana estará en serios problemas si hacen una redada y la atrapan. Pero es su sangre y le importa más verla a salvo.

El profesor Miller © (SIN CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora